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Depresión en el PSOE por los sondeos, pero confía en que despierten a sus votantes
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EL CAMINO HACIA EL 26-J

Depresión en el PSOE por los sondeos, pero confía en que despierten a sus votantes

En el partido se palpa la preocupación por unas encuestas que lo colocan como tercera fuerza, por detrás de Unidos Podemos, pero la cúpula espera que sirvan de "acicate"

Foto: Pedro Sánchez, durante su mitin de precampaña en Huelva, este 6 de junio. (EFE)
Pedro Sánchez, durante su mitin de precampaña en Huelva, este 6 de junio. (EFE)

La sensación en el PSOE, sobre todo en los territorios, es de "preocupación", "depresión", "angustia", "alerta". No de pánico o de alarma total. Todavía no se ha llegado a ese extremo. Pero calma no la hay ni puede haberla. Las últimas encuestas no dan tregua y pintan un panorama desolador para los socialistas: la posibilidad de que se conviertan en tercera fuerza, por detrás del Partido Popular y de Unidos Podemos, perdiendo así su condición de partido hegemónico de la izquierda. Lo que espera Ferraz es que esos malos sondeos que auguran el 'sorpasso' de la coalición liderada por Pablo Iglesias, y que por cierto no coinciden con sus propios datos, sirvan para despertar y movilizar tanto a sus bases como a sus electores para el 26-J.

Fue el propio Pedro Sánchez el que admitió públicamente este lunes que la riada de estudios demoscópicos adversos -solo este último fin de semana, de Metroscopia para 'El País', de Sigma Dos para 'El Mundo', de Netquest para 'El Español' y de NC Report para 'La Razón'- estaba minando la moral de sus votantes. "Tenemos que sacar conclusiones de esa foto fija. Necesitamos activar a nuestro electorado. Hay una caída de la participación. El electorado de Podemos y del PP está movilizado, y el del PSOE, en una parte, menor, pero que sí es importante, está más desanimado", reconoció en declaraciones a la Ser.

El candidato mostró su comprensión por los votantes que "estén desanimados" y lo ligó a la frustración provocada por la repetición de las generales, pese a los intentos del PSOE por formar Gobierno. "Hay gente que se puede preguntar si merece la pena volver a las urnas y apostar de nuevo por el PSOE -reflexionó-. Yo creo que sí. Tenemos mucho más cerca el cambio de lo que lo tuvimos en diciembre". Un mensaje de argumentario que repitió en sus actos en Huelva y Jerez, este último con Susana Díaz. En ese mismo sentido, la presidenta andaluza pidió a los suyos "garra, ilusión y ganas" para llevar a Sánchez a La Moncloa. Un intento de insuflar ánimo a unas bases alicaídas.

Un partido que es un "motor diésel"

Pero Sánchez no hablaba solo para sus votantes. También es consciente de que su partido no está al cien por cien activado. Y de que hay inquietud. "Existe la lógica preocupación por si la tendencia a la baja sigue", indica un responsable de Organización territorial con mucha experiencia a sus espaldas. "Preocupación y sensación de angustia por unas malas encuestas las tiene todo el mundo", apunta un secretario provincial andaluz. Testimonios similares se recogen en otras federaciones más distanciadas de Sánchez y en las que se masca un mayor pesimismo sobre el resultado global. "Hay desánimo, yo creo que más que en diciembre, y es normal -opina una dirigente que conoce bien las tripas del PSOE-, porque aquí vamos con una mochila: la frustración por unas negociaciones que no salieron. Arrastramos el pacto con Ciudadanos, y eso no es una fortaleza. La gente no premia un fracaso".

Aunque la moral colectiva no es de victoria, ni mucho menos, distintos responsables sí apuntan a la naturaleza ya probada del partido: muy sensible a las encuestas, ciclotímico y con un funcionamiento "semejante al de un motor diésel". Es decir, que la maquinaria del PSOE tarda en ponerse en marcha en las campañas, comienza muy al ralentí, pero cuando se enciende, "funciona" y "es muy potente". Las cúpulas regionales confían además en que la estructura territorial, mucho más tupida que la de las formaciones emergentes, ayude a resistir mucho mejor de lo que auguran los institutos demoscópicos. En el fondo, nadie quiere acabar de creerse que se confirme la hipótesis de que el PSOE cae hasta la tercera posición, y menos que pueda ser rebasado en escaños.

El partido contiene la respiración hasta que se publique el sondeo del CIS, esta semana: si certifica que Unidos Podemos le gana, el ánimo se hundiría

Pero la situación también puede agravarse, y el ánimo hundirse, si el sondeo con mayúsculas, el preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que previsiblemente se publicará este jueves, horas antes del arranque oficial de la campaña, certifica lo que ya avanzan las casas privadas de encuestas: el 'sorpasso' de Unidos Podemos. En las últimas semanas, distintos estudios insisten en situar al PSOE como tercera fuerza: algunos ya anticipan que el vuelco será no solo en votos, sino también en escaños. En este último caso, el golpe psicológico sería demoledor y Sánchez no podría agarrarse a ningún dato para mantenerse en Ferraz. Con una victoria de Iglesias en papeletas, pero no en diputados, aún podría alegar que en el Congreso se cuentan actas, no sufragios, y son los parlamentarios los que conforman una mayoría suficiente para gobernar. Aunque para el candidato de la coalición gana -y por tanto tiene la legitimidad para negociar- quien tenga más votos, aunque quede atrás en escaños. Los datos que maneja la cúpula son otros: sí constata que Iglesias le pisa los talones, pero que sigue por detrás, a 1,4 puntos.

Susana Díaz: Unidos Podemos "son hijos de la izquierda que hizo el juego a la derecha"

El sondeo del CIS es el que cuenta con una mayor muestra de entrevistas personales en toda España, y pronostica un reparto de diputados circunscripción por circunscripción. Y es el que marca la tendencia de los siguientes estudios. Ferraz (y el propio Sánchez) suele recordar que para las generales de diciembre, distintos sondeos apuntaban a que Ciudadanos superaría al PSOE. El CIS le preservó el segundo puesto, y le otorgó una horquilla amplia, entre 77 y 89 escaños. El barómetro generó una auténtica conmoción en las filas socialistas en los primeros días de la campaña. No obstante, el partido fue entrando en calor en las jornadas siguientes y se dio un chute de autoestima tras el cara a cara de su líder con Mariano Rajoy. En la recta final, las encuestas situaron al PSOE como segundo. Y eso fue lo que ocurrió: segundo en votos (5,5 millones) y en escaños (90), aunque algunas israelitas del 20-D auguraban que Podemos le adelantaría. El secretario general por eso repite que los españoles tratan "mucho mejor" que las encuestas al PSOE.

Los barones también se la juegan

Las cúpulas regionales, pese al sentimiento de preocupación, sí están intentando movilizar a sus bases. En Aragón y Valencia, por ejemplo, insisten en que se han previsto más actos que para el 20-D. Pese a los recelos que pueda generar Sánchez en algunos barones, todos a fin de cuentas se juegan su pellejo, y ninguno quiere perder en sus respectivos territorios. Para la propia Díaz, que presume de haber encadenado cuatro victorias consecutivas desde su llegada a la Junta -europeas, autonómicas, municipales y generales-, sería un mazazo que el PP, que se quedó solo un escaño por debajo del PSOE-A en diciembre, la gane esta vez, porque además la debilitaría de cara al siguiente combate: el de la sucesión de Sánchez si este se estrella el 26-J.

"El PSOE tiene el reto de movilizar a los suyos, y Pedro se ha dirigido a ellos. Si esa gente se mueve, el PSOE puede ganar", alega un miembro del comité electoral

En Ferraz, reina un mayor optimismo que en los territorios y, como dicen desde el aparato, no hay un clima de "duelo o quebranto" por las encuestas. Pero el comité electoral, obviamente, sí reconoce que cuadros y militantes "prefieren las encuestas buenas" que las adversas. "Pero ahora mismo los sondeos están sobrerrepresentando a Podemos, igual que en las anteriores lo infravaloraron y sobreestimaron a Ciudadanos, y además no se está produciendo una transferencia de voto del PSOE a ellos", indica un importante miembro del comité electoral, que subraya que lo que se está produciendo es un gradual retorno de electores que el 20-D apostaron por Iglesias y ahora se sienten "defraudados" con él.

Pedro Sánchez: el cambio está en "manos del PSOE"

El reconocimiento de Sánchez de que cunde el "desánimo" es producto de la "constatación de la caída de la participación", que en diciembre fue del 73,20%. "El PSOE tiene el reto de movilizar a los suyos, y Pedro se ha dirigido a ellos. Eso es lo que quería decir. Si esa gente se mueve, el PSOE puede ganar, y por eso se le dice que se mueva", apunta esta fuente, que además indica un efecto importante de estos sondeos contrarios: "Lo que esperamos es que sean un acicate para la movilización de los nuestros. Confiamos en que movilicen al votante socialista. Que reaccione". "Es verdad que los votantes de Podemos e IU están muy movilizados porque ven alcanzable lo que siempre han deseado, el 'sorpasso' al PSOE, pero es verdad también que la amenaza de 'sorpasso' también es motivación de voto para los socialistas deprimidos", arguye una dirigente con mucho conocimiento del partido.

¿Hace falta un revulsivo?

En el equipo de campaña del candidato ponen como ejemplo gráfico del pinchazo en el interés por Podemos la escasísima taquilla hecha por el documental sobre Podemos -'Política: manual de instrucciones'- dirigido por Fernando León de Aranoa: en su primer fin de semana, recuerdan, solo atrajo a 3.346 espectadores en toda España, y una recaudación de 28.800 euros. Otro dato: el segundo cara a cara de Pablo Iglesias y Albert Rivera en 'Salvados', con Jordi Évole, fue visto por 3.237.000 espectadores, 1.977.000 menos que los que siguieron el emitido el pasado octubre (el 'share' bajó del 25,2% al 18,2%).

En Ferraz destacan como un síntoma del agotamiento ciudadano con Iglesias el escaso éxito del documental de León de Aranoa: 3.346 espectadores en su estreno

No está previsto ningún viraje brusco en la estrategia de campaña socialista. Los cimientos ya están construidos y se resumen en el eslogan elegido: 'Un sí por el cambio'. O sea, que solo el voto al PSOE garantiza la salida de Rajoy de La Moncloa, y por tanto no hacen falta "intermediarios". Y en esa idea machaca el candidato a diario, con la esperanza en que su partido capitalice el voto útil. Por eso también se ha diseñado una campaña "cercana", de "contacto con la gente", en la que Sánchez protagonizará hasta 24 actos en la calle -en 18 provincias y 13 comunidades, y seis de ellos en Madrid, uno de sus agujeros negros el 20-D-, por los ocho programados de Iglesias. Y "en positivo", con propuestas, razón por la que el secretario general va desgranando partes de su programa. Este lunes, por ejemplo, bajando al detalle de los compromisos en medio ambiente [aquí en PDF]

Pedro Sánchez intenta reactivar el voto socialista

En las federaciones críticas no se escucha un sentir común acerca de la necesidad de un "revulsivo" en estas casi tres semanas que quedan hasta las urnas. "En todo caso, debe decidirlo el comité electoral, que es el que tiene más datos", indica un responsable de Organización, prudente. En Ferraz sí se recuerda que los "volantazos bruscos" pueden ser arriesgados a estas alturas, ya que podrían ser percibidos por el electorado como "ocurrencias" o "improvisaciones". Algunos dirigentes críticos sí recomiendan que es momento de comprometerse a no gobernar si no gana, como hizo José Luis Rodríguez Zapatero en 2004, pero los que rechazan este anuncio alegan que el panorama político no es como entonces y sería atarse de manos antes de tiempo porque el Congreso puede quedar igual de fragmentado que el 20-D.

Cuando ya se está tan cerca del momento de votar, importa más que no haya patinazos ni grandes errores, porque entonces sí pesarán más como una losa. Y ahí el punto crucial es el debate a cuatro del lunes 13 de junio, que puede marcar el devenir del resto de la campaña.

Díaz admite que la "foto" del momento es "difícil"

Públicamente, a todos los dirigentes del PSOE no les queda otra que guardar la compostura e insistir en que el partido sale a ganar. Pero tampoco pueden obviar por completo los datos insistentes de los sondeos. Este lunes, Susana Díaz, en un acto en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), reconoció que la "foto" del momento es "difícil", aunque aún quedan 20 días hasta las elecciones. El PSOE, dijo, está en condiciones de "ganarle" a las encuestas, pero sobre todo de "ganar en las urnas".

Por la tarde, en el mitin que compartió con Pedro Sánchez en Jerez de la Frontera (Cádiz), criticó a los que "se emborrachan de encuestas estos días". "A [Mariano] Rajoy y a [Pablo] Iglesias les gustaría que no tuviéramos que ir a votar y que directamente de las encuestas se formara el Congreso", arguyó la presidenta de la Junta.

La baronesa andaluza advirtió de que la coalición Unidos Podemos está integrada por "los hijos de la izquierda que siempre le hizo el juego a la derecha". De nuevo, recurrió a la imagen de la pinza de IU con el PP de los noventa: recordó que Julio Anguita "se sentaba en una mesa a jugar al dominó" con quien era el líder del PP andaluz, Javier Arenas, informa Efe.

Sánchez, por su parte, replicó el mensaje de que sólo la movilización del electorado socialista puede hacer que Rajoy salga de La Moncloa. El cambio, dijo, está "en manos" del PSOE

La sensación en el PSOE, sobre todo en los territorios, es de "preocupación", "depresión", "angustia", "alerta". No de pánico o de alarma total. Todavía no se ha llegado a ese extremo. Pero calma no la hay ni puede haberla. Las últimas encuestas no dan tregua y pintan un panorama desolador para los socialistas: la posibilidad de que se conviertan en tercera fuerza, por detrás del Partido Popular y de Unidos Podemos, perdiendo así su condición de partido hegemónico de la izquierda. Lo que espera Ferraz es que esos malos sondeos que auguran el 'sorpasso' de la coalición liderada por Pablo Iglesias, y que por cierto no coinciden con sus propios datos, sirvan para despertar y movilizar tanto a sus bases como a sus electores para el 26-J.

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