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Cayo Lara se despide de IU: "Alberto, me va a costar votar en estas elecciones"
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XI ASAMBLEA FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA

Cayo Lara se despide de IU: "Alberto, me va a costar votar en estas elecciones"

El coordinador saliente deja ver su malestar por la negociación con Podemos y el desplazamiento de Garzón al quinto puesto por Madrid. Pide a los suyos no renunciar a la "memoria de dignidad"

Foto: Cayo Lara y Alberto Garzón, en el arranque de la XI Asamblea Federal de IU, este 4 de junio en la sede de UGT Madrid. (EFE)
Cayo Lara y Alberto Garzón, en el arranque de la XI Asamblea Federal de IU, este 4 de junio en la sede de UGT Madrid. (EFE)

Cayo Lara quizá ya no podía evitarlo, ni quería callarse el malestar que ha rumiado durante meses por la aproximación de Izquierda Unida a Podemos, la irritación por las condiciones en las que se ha fraguado la alianza electoral, el enfado por el desplazamiento de Alberto Garzón a la quinta plaza por Madrid. Así que lo dijo.

Eran las últimas puntadas de su discurso de despedida ante el plenario de la XI Asamblea Federal de IU, la última vez que se dirigía a sus compañeros como coordinador. Se dirigió a quien mañana será investido como su sucesor, volviéndole la mirada. Y siéndole sincero: "Alberto, has sido y eres mi candidato a la Presidencia del Gobierno. Me va a costar votar en estas elecciones. Pero voy a votar, votaré el día 26 como si fueras tú quien encabezara la lista de Madrid, porque aunque vayas en el número cinco tú sigues siendo mi candidato a la Presidencia del Gobierno". El equipo de Garzón se dio cuenta de inmediato de que la advertencia de quien ha sido líder de IU durante siete años y medio -accedió a la cúspide de la federación en diciembre de 2008- pesaría en el ánimo del día y en los titulares de prensa.

Me va a costar votar, pero votaré el día 26 como si fueras tú quien encabezara la lista de Madrid, porque tú sigues siendo mi candidato

No se esperaba el aviso final de Lara este sábado en la apertura del cónclave, celebrado en la sede de UGT Madrid, en Avenida de América. Sobre todo porque había enhebrado de casi media hora más preñado de emoción que de contenido político, de agradecimiento a su equipo y a los hombres y mujeres de izquierdas y de reivindicación de la mochila y de la patria de IU. Pero para nadie era desconocido que había recelado siempre de Podemos, pese a que en sus declaraciones públicas había sido moderado y pese a que en los últimos meses había salido de escena para cederle todo el protagonismo a Garzón y propiciar una sucesión tranquila.

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Apostaba por la alianza con la formación morada, sí, pero cree que IU fue demasiado "generosa", "generosa con mayúsculas" -como decía ayer ante los periodistas, en su última rueda de prensa- en su negociación, y que transigió demasiado al postergar a su próximo coordinador al quinto puesto de la candidatura por Madrid. Las reticencias de Lara hacia Pablo Iglesias, látigo en el pasado de IU y de su vieja guardia, siguen ahí. Y este sábado no las pudo ocultar al manifestar su malestar con el número uno de la lista de Unidos Podemos, el propio Pablo Iglesias, y dºecírselas a la cara a quien le sucederá oficialmente a partir de mañana.

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Fuentes del entorno de Lara explicaron que la frase polémica -"Me va a costar votar en estas elecciones"- estaba pensada para movilizar a los indecisos, a los antiguos electores de IU que recelan de Iglesias y a los que quería animarles a apostar por Unidos Podemos pese a sus reservas. No obstante, el hasta hoy coordinador no tuvo más palabras de cariño hacia quien recibirá su testigo. El saludo de los dos al final de su discurso supo más a formalismo y protocolo.

El programa de "50 sueños"

Lara defendió la coalición, aunque haya "costado" forjarla, porque "es probable" que recabe "más confianza" por la izquierda que en cualquier otro momento de la historia reciente. Ese apremio que él y otros dirigentes habían escuchado "tantas veces" en la calle, el "tenéis que uniros la izquierda", logró "tomar cuerpo", es una realidad "buena" para la mayoría social y "mala" para quienes "consideran a esta España como su cortijo". Pero el hasta hoy coordinador insistió en que lo fundamental es la defensa del programa, una obsesión durante su mandato. Podemos e IU, recordó, han pactado un manifiesto de 50 puntos, "50 sueños" que deben hacerse realidad si la coalición llega al poder, porque no se puede "permitir el lujo" de crear "frustración" y porque es una plataforma para cumplir la "necesidad democrática" de derrotar al PP.

El líder saliente subraya que la coalición no puede permitirse "el lujo" de crear "frustración" y recuerda: el no a la OTAN y el sí a la república están en su ADN

Claro que ese documento de 50 puntos orilla las proclamas máximas de cada socio. En el caso de IU, su no a la OTAN y su sí a la república. "Que son inseparables de nuestro ADN", clamó Lara entre aplausos. "Como dijo Miguel Hernández: aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido, jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños". Toda una reivindicación del pasado de la federación, que en 2016 cumple precisamente 30 años.

Unidad sin renunciar a la identidad. El sustento que nutre las convicciones de Lara, y las que ha ido remarcando en las últimas horas. El coordinador saliente, en la inauguración de la asamblea, admitió que IU procede de la "cultura de la unidad", es "hija" de ella, porque nació al calor de la alianza de varios grupos contra la OTAN, pero esa creencia implica "respeto a la identidad" como Ia federación, rubricó, ha respetado a los demás. Porque esa "lealtad a las raíces dignifica" a la organización, y la une con el "hilo rojo, verde, feminista y republicano de la historia".

Foto: Alberto Garzón conversa con el coordinador de IU en Andalucía, Antonio Maíllo, este 4 de junio al comienzo de la XI Asamblea Federal, en la sede de UGT Madrid. (EFE)

"La brújula señala al norte. Y nuestro norte es el socialismo -advirtió-. Y para ello necesitamos alianzas sociales y sindicales, que sean el pulmón de la alianza política. Sin alianza social, no hay transformación posible". De nuevo, otra llamada de atención: no perder los vínculos con los movimientos sociales y las centrales obreras. Y otro más: mimar la organización desde la base, porque de lo contrario "las ideas van perdiendo eficacia". "Sin una organización que esté enraizada, que esté en cada cerebro y corazón, sabemos que no podemos combatir a los que consideran personas como mercancía".

Más "desiertos que oasis"

Una formación, además, que como decía Lara, ha sufrido más "desiertos que oasis", ha resistido "vaivenes y tiempos duros" porque tiene una "base muy sólida", una militancia que sabe "decir no a los que intentan corromper", que "da la cara en los piquete", que "no tiene cajas B" y a veces vive "enfados internos por cuestiones intrascendentes", siente "ganas de tirar la toalla" y no tiene "apego a los sillones". IU, por tanto, tiene "mucha solera", "tiene vida y proyectos, pasado y futuro", comentaba ayer sábado el coordinador saliente: "Si tuviera que volver a nacer, volvería a militar en el PCE y en IU".

Lara desea "aciertos" a la nueva dirección. Pero lanza un aviso: "Quien piense que renovar es desaprovechar la memoria, se equivocará"

Lara también se reivindicó a sí mismo. Recordó que llegó en 2008 a la cúspide de IU, aupado por el PCE, en una asamblea, la IX, de total fractura, frente a otras cuatro listas. En la siguiente, la X, la de 2012, logró renovar su mandato al frente de una lista unitaria. "He intentado ser el coordinador de todos, que lo haya conseguido es otra cuestión". Quiso "respetar las minorías, huir del autoritarismo, la prepotencia y la vanidad". "Llegué a la coordinación sin pedir un sillón y facilité la renovación [la sucesión de Alberto Garzón] porque era el deseo mayoritario". Y otro aviso: "Quien piense que renovar es desaprovechar la memoria, se equivocará". Lara, no obstante, deseó "aciertos" a la nueva dirección, parte de la cual se elegirá mañana.

No quiso trufar su discurso de contenido político. Se inclinó por la emoción, y de hecho toda la primera parte de su intervención estuvo ocupada por los agradecimientos a su equipo técnico y político, a sus colaboradores más estrechos -Manuel Fuentes, José Antonio García Rubio-, a los jefes de las centrales sindicales -acudieron Pepe Álvarez, de UGT, e Ignacio Fernández Toxo, de CCOO- y a sus antecesores, a Marcelino Camacho y a su mujer, Josefina, al poeta comunista Marcos Ana, a los dirigentes de la primera línea: Lola Sánchez, secretaria de Finanzas; Adolfo Barrena, responsable de Organización (y presidente de la XI Asamblea); Marga Ferré, secretaria de Programa, y a José Luis Centella, secretario general del PCE y miembro de la candidatura de Garzón. "Que nunca una diferencia política separe lo que es una gran relación humana", le dijo al líder comunista. Lara avaló otra lista, la de la eurodiputada Paloma López ('IU sí, con más fuerza'). "Pero que nadie olvide que todos somos compañeros".

Una persona "corriente"

Pero Lara, un hombre de lágrima fácil y de emociones a flor de piel, casi rompió a llorar cuando mentó a su mujer, Juani Quiralte, sentada en el plenario. "Gracias por compartir una vida a mi lado. Gracias por ser roja, republicana y atea y por ser la madre de mis hijos". Juani subió un momento al escenario y se fundió en un abrazo con su marido.

La brújula señala al norte. Y nuestro norte es el socialismo. Sin alianzas sociales y sindicales, no hay transformación posible

El coordinador sale de los órganos y no tiene voluntad de volver a ellos en la nueva etapa, ni siquiera propuesto por su federación, la manchega. Quiere seguir siendo "una persona corriente", tal y como se presentó hace casi ocho años en aquella conflictiva asamblea que se cerró sin la elección automática del líder -tuvo que hacerse un mes después-. Entonces subió al escenario con una cajita de música que le regaló el hoy exeurodiputado Willy Meyer, con una imagen de Dolores Ibárruri, La Pasionaria. "Esa cajita simbolizaba la unidad -recordó este sábado-. Sigamos trabajando por la unidad de la clase trabajadora sin renunciar nunca a toda nuestra memoria de dignidad".

Lara, manchego, de 64 años, exalcalde de su pueblo, Argamasilla de Alba, ya no será el pato que vuela primero de la bandada. Pasa a la cola. Aunque en IU no hay "superpatos" por situarse delante ni "subpatos" por quedar rezagado, dijo. Era su último recuerdo a su admirado Eduardo Galeano como coordinador federal de IU. Los patos "siguen con su alto vuelo". En horas, con Garzón a la cabeza.

Cayo Lara quizá ya no podía evitarlo, ni quería callarse el malestar que ha rumiado durante meses por la aproximación de Izquierda Unida a Podemos, la irritación por las condiciones en las que se ha fraguado la alianza electoral, el enfado por el desplazamiento de Alberto Garzón a la quinta plaza por Madrid. Así que lo dijo.

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