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Rivera afronta la campaña con el reto de cortejar al PP tras dos meses atado al PSOE
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LA NECESARIA NUEVA ESTRATEGIA

Rivera afronta la campaña con el reto de cortejar al PP tras dos meses atado al PSOE

Si todos los caminos conducen a Roma... todos los de C's llevan al PP. Rivera y los suyos comenzarán a partir de hoy a trabajar en su estrategia electoral, rompiendo con el PSOE

Foto: El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la rueda de prensa. (Reuters)
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la rueda de prensa. (Reuters)

Se confirmó lo que parecía inevitable desde hace semanas: habrá elecciones generales el próximo 26 de junio ante la incapacidad de los líderes políticos para llegar a un acuerdo. “No existe un candidato que cuente con los apoyos necesarios para que el Congreso le otorgue su confianza”, afirmó el comunicado del Rey tras concluir la tercera ronda de contactos con los líderes de las fuerzas parlamentarias. Las formaciones se enfrentan ya a lo que se presenta como la campaña electoral definitiva, en la que todas ellas deberán rediseñar una nueva estrategia que permita explicar a sus electores los pasos dados en estos cuatro meses de negociación y convencerles de que vuelvan a elegir su papeleta.

Es el caso de Ciudadanos tras el acuerdo de gobierno con el PSOE firmado el 24 de febrero, que los situó como socios incondicionales en los últimos meses. La condición para entenderse con otros partidos pasaba en todo caso por que el pacto entre ambos sobreviviera, como quedó demostrado en cada negociación posterior, incluso fracasando la gran alianza de izquierdas. Una vez finiquitada toda opción de que la XI Legislatura contara con un nuevo Ejecutivo y con la confirmación de Felipe VI sobre la mesa, Ciudadanos y PSOE reconocen que su pacto ha muerto. Y el ‘papelón’ de Rivera será un necesario acercamiento al PP de Mariano Rajoy.

Ciudadanos rechaza la oferta del Gobierno 'in extremis'

La formación naranja insiste en no tener miedo al respecto, ya que su acuerdo con los socialistas se formó “en unas circunstancias determinadas, con una fecha de caducidad y fruto de muchas cesiones de unos y otros”. Aun así, el equipo de Rivera comenzará a trabajar desde este momento en el análisis de los posibles costes que podría tener el idilio político con Pedro Sánchez en sus votantes, fundamentalmente los que provenían del PP, que ahora podrían sentirse decepcionados. Este miércoles, Rivera ha convocado a la ejecutiva nacional del partido, cuya reunión habitual tiene lugar los lunes dos veces al mes, para informar debidamente a todos sus miembros de la consulta con el monarca y empezar a abordar los retos más inmediatos para la próxima campaña.

El verdadero reto, en todo caso, será plantear un acercamiento a los populares. Por dos motivos fundamentales. El primero, la mayoría de encuestas sitúan la suma de PP y Ciudadanos cerca de la mayoría absoluta, lo que podría terminar por obligar a Rivera a replantearse un cambio radical en su estrategia de pactos y de socio. El segundo, porque aunque el objetivo de los naranjas continuara siendo un acuerdo entre los tres partidos constitucionalistas, el dirigente barcelonés se verá obligado a conseguir lo que en estos cuatro meses no fue posible: una negociación conjunta a tres, con él como mediador principal. Si, como dice la expresión, todos los caminos conducen a Roma… todos los de Ciudadanos llevan -de una forma u otra- al PP.

El principal escollo en el entendimiento de ambos partidos hasta el momento fue Mariano Rajoy. El presidente en funciones será el candidato del PP el 26 de junio y la formación de centro ha sido especialmente severa con la figura del jefe popular, al que no consideran "la persona más adecuada" para "abanderar una nueva etapa política y de regeneración" tras los últimos casos de corrupción que salpicaron de lleno al PP mientras él estaba al mando. Por otro lado, la afinidad entre el líder de centro y los nuevos políticos de Génova se ha ido haciendo más evidente en las últimas semanas, cuando Rivera llegó a asegurar que le constaba que hay gente en las filas del PP, entre los dirigentes más jóvenes y críticos con el aparato, partidaria de sentarse a hablar y encontrar puntos comunes para explorar vías de acuerdo. Con toda seguridad, los puentes tendidos con este sector de los conservadores podrían ser la definitiva tabla de salvación para un futuro acuerdo.

Por otro lado, el líder de Ciudadanos debe pensar cómo se deshará de su atadura con Sánchez mientras convence a sus electores de que el acuerdo en sí buscaba un Gobierno para España y poner en marcha la legislatura a través de una nueva política de consensos y pactos “que los españoles eligieron”. Lo expresó de nuevo este martes el propio Rivera en su comparecencia pública tras pasar por La Zarzuela, al afirmar que el bloqueo “no ha terminado” y que solo “los consensos” conseguirán ese objetivo. Y lo dijo en muchas otras ocasiones, cuando instó a Rajoy a sentarse a la mesa de negociación junto a los suyos y el equipo socialista, pidiendo al jefe de Génova “no dejar para septiembre” lo que se podía hacer ya. Rivera también comenzó a distanciarse de Sánchez al afirmar sentirse perplejo ante las declaraciones del portavoz socialista sobre el pacto ‘in extremis’ presentado por Joan Baldoví, que afirmó ver “compatible” con el documento firmado con Ciudadanos.

Aun así, el plan de la formación naranja sigue siendo ‘sacar pecho’ del documento firmado con el PSOE. Ciudadanos consiguió, a través del pacto, posicionarse en el verdadero centro después de que las pasadas autonómicas y municipales de mayo los situaran más cerca del PP como los pactos en las distintas CCAA y capitales de provincia demostraron, a excepción de Andalucía. La muestra de que el grupo de Rivera es capaz de entenderse tanto con PP como con PSOE -con este acuerdo de gobierno entre Sánchez y Rivera- podría beneficiar su ascenso -o por lo menos evitar su caída- en las posibles generales de junio.

Se confirmó lo que parecía inevitable desde hace semanas: habrá elecciones generales el próximo 26 de junio ante la incapacidad de los líderes políticos para llegar a un acuerdo. “No existe un candidato que cuente con los apoyos necesarios para que el Congreso le otorgue su confianza”, afirmó el comunicado del Rey tras concluir la tercera ronda de contactos con los líderes de las fuerzas parlamentarias. Las formaciones se enfrentan ya a lo que se presenta como la campaña electoral definitiva, en la que todas ellas deberán rediseñar una nueva estrategia que permita explicar a sus electores los pasos dados en estos cuatro meses de negociación y convencerles de que vuelvan a elegir su papeleta.

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