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Ofensiva a Podemos y 'sacando pecho' por el pacto con el PSOE: así afrontaría C's el 26-J
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Ofensiva a Podemos y 'sacando pecho' por el pacto con el PSOE: así afrontaría C's el 26-J

En la formación de Rivera prefieren esperar hasta el último momento, pero asumen que el escenario más probable son elecciones. Si se confirma, replantearán su estrategia

Foto: Albert Rivera, aplaudido por sus diputados tras intervenir en el Congreso. (Reuters)
Albert Rivera, aplaudido por sus diputados tras intervenir en el Congreso. (Reuters)

El 26 de abril el Rey terminará la ronda de consultas con las fuerzas políticas parlamentarias y la incógnita se resolverá: o hay un último candidato en un nuevo debate de investidura para intentar lograr un pacto 'in extremis' o los españoles, definitivamente, acudirán a las urnas por segunda vez en seis meses. Para eso queda apenas una semana y, aunque en Ciudadanos apuestan por la última bala hasta que se agote el tiempo, son conscientes de que las probabilidades de unas nuevas elecciones son ya demasiado altas. Albert Rivera acudirá a la cita con Felipe VI reiterando su voluntad por poner en marcha la legislatura -como hizo en anteriores ocasiones- y comunicará al monarca la incapacidad de su grupo y de los socialistas para haber sumado más apoyos a su pacto de Gobierno.

En el partido de centro aseguran que no afrontarán con preocupación los comicios pese a su unión con el PSOE para intentar constituir el Ejecutivo de la XI Legislatura. Todavía no piensan en los posibles costes que pueda acarrear este 'idilio político' en la campaña electoral del 26-J, que parece ya inminente. "No hay preocupación" al respecto porque están convencidos de haber hecho las cosas bien. El documento de 66 páginas "es fruto de negociaciones y cesiones", como explicaron miembros de la formación en varias ocasiones y, si se repitieran los comicios, Ciudadanos recuperaría casi con toda probabilidad su programa íntegro del 20-D.

Si se confirma en los próximos días que habrá elecciones, el partido de centro sopesará con calma la estrategia para afrontarlas. Como resulta evidente, la ruptura con los socialistas será completa. Rivera ya advirtió que "el pacto decaería" en este escenario, aunque en el seno del partido confían en 'sacar pecho' por el acuerdo alcanzado. La conclusión obtenida por la ejecutiva nacional es que Ciudadanos consiguió salir reforzado del periodo de negociaciones, convirtiéndose en un partido decisivo pese a estar en una situación complicada con 40 escaños. El otro gran objetivo poselectoral de los naranjas, aislar a Podemos, también resultó satisfactorio.

La reunión a tres en la que PSOE y C's buscaban el respaldo de Pablo Iglesias para sacar adelante su acuerdo resultó un fracaso, como en el partido de Rivera ya aguraban antes incluso de celebrarse. La formación de centro reiteró entonces que cualquier entendimiento con Podemos para estar juntos en un futuro pacto era "inviable" por las enormes diferencias de identidad y programáticas entre los dos emergentes. El aumento del gasto público en más de 60.000 millones, la aceptación del derecho a decidir y la composición de un Gobierno integrado con todas las fuerzas de la izquierda son solo tres de los elementos que separan drásticamente a Ciudadanos y la formación morada.

El aislamiento a Podemos seguirá siendo el gran objetivo de Rivera si se repiten elecciones. El partido de centro reconoció que uno de sus 'errores' en la pasada campaña electoral fue la escasa presión ejercida sobre la formación de Iglesias, confiando en que el PP de Rajoy se centraría en esa labor. Sin embargo, las últimas semanas previas al 20-D los populares intensificaron su ofensiva contra Ciudadanos, al percibir en ellos su verdadero rival y ante el miedo de la fuga de votos que iría a parar a las papeletas naranjas. La formación nacida en Barcelona pasará al 'ataque' contra el partido de Iglesias en caso de haber nueva campaña, más aún después de que el CIS, las encuestas de todos medios y sus propios sondeos internos pusieran de manifiesto que podría haber un trasvase de votos desde Podemos al partido de centro.

La conclusión de C's es que consiguió salir reforzado del periodo de negociaciones, convirtiéndose en un partido decisivo pese sus 40 escaños

Ese fenómeno pertenecería a un sector de población que apuesta por el cambio político y valora positivamente el esfuerzo negociador realizado en los últimos meses. Por otro lado, Ciudadanos consiguió, a través de su pacto con los socialistas, posicionarse en el verdadero centro después de que las pasadas autonómicas y municipales de mayo los situaran más cerca del PP como los pactos en las distintas CCAA y capitales de provincia demostraron, a excepción de Andalucía. La muestra de que el grupo de Rivera es capaz de entenderse tanto con PP como con PSOE -con este pacto de Gobierno Sánchez-Rivera- beneficiaría también su ascenso en las posibles generales de junio. A este respecto, Ciudadanos no muestra preocupación por la penalización que pueda causarle su acercamiento al PSOE.

El ascenso del PP, eso sí, certificaría que algunos votantes que apostaron por Ciudadanos en diciembre volverían a su lugar de origen con los populares. Esta situación será difícilmente moldeable por los de centro más allá de explicar al electorado la imposibilidad de haber negociado con Rajoy "por su pasividad y encierro en la Moncloa". Tambíen habría un traspaso de votos desde el PSOE a los naranjas. En Ciudadanos son conscientes de que el pacto firmado recalará en una menor ofensiva de los socialistas hacia su partido. Los ataques de "muleta del PP", "marca blanca" o "la otra derecha" tan repetidos por Pedro Sánchez en la campaña pasada serán difícilmente asumidos por el jefe de Ferraz.

Autocrítica y errores irrepetibles

Las encuestas tuvieron responsabilidad aunque el partido tomó las decisiones. Algunos sondeos llegaron a situar a Ciudadanos como segunda fuerza a pocas semanas del 20 de diciembre. El resultado de 40 escaños fue notable para un partido que debutaba en el Congreso, pero bastante menor del esperado. La campaña se centró en el liderazgo de Rivera y en demostrar un perfil presidenciable a la sociedad. En caso de que Ciudadanos encarara en los próximos meses una nueva campaña, el corte sería muy similar. El peso seguirá recayendo en la figura del líder aunque el partido deberá paliar los errores cometidos en la recta final de diciembre.

Precisamente la dirección de la formación centrista se dedicó durante semanas a realizar un profundo análisis para aflorar todos los motivos en los que fallaron durante la campaña. Entre ellos, la falta de estructura y coordinación entre los distintos órganos territoriales que forman el partido, que no supo gestionar el vertiginoso crecimiento del mismo. Tampoco supieron, según manifestó el vicesecretario general José Manuel Villegas, dosificar las 'balas' y las 'medidas estrella' del partido en las últimas semanas previas a las elecciones, transmitiendo un discurso reiterativo sin grandes golpes de efecto, a diferencia de Podemos, por ejemplo.

La formación es muy consciente de que no esperaba los duros ataques de sus rivales políticos, tanto el PP como el partido de Iglesias, lo que causó un inevitable desgaste en la propia formación y sus dirigentes. De ahí el replanteamiento que podría hacer la cúpula naranja de cara a las futuras elecciones: deberán pasar a la ofensiva con el resto de formaciones, además de poner en valor el trabajo realizado.

El 26 de abril el Rey terminará la ronda de consultas con las fuerzas políticas parlamentarias y la incógnita se resolverá: o hay un último candidato en un nuevo debate de investidura para intentar lograr un pacto 'in extremis' o los españoles, definitivamente, acudirán a las urnas por segunda vez en seis meses. Para eso queda apenas una semana y, aunque en Ciudadanos apuestan por la última bala hasta que se agote el tiempo, son conscientes de que las probabilidades de unas nuevas elecciones son ya demasiado altas. Albert Rivera acudirá a la cita con Felipe VI reiterando su voluntad por poner en marcha la legislatura -como hizo en anteriores ocasiones- y comunicará al monarca la incapacidad de su grupo y de los socialistas para haber sumado más apoyos a su pacto de Gobierno.

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