Sánchez e Iglesias mantienen sus discrepancias y se citan para el 30 de marzo
Los dos líderes hablan durante 30 minutos, repiten sus posturas confrontadas y coinciden en que es "urgente formar Gobierno y poner fin" al Ejecutivo de Rajoy con "acuerdos amplios"
Las posiciones de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias siguen donde estaban. Ambos lo pudieron constatar este miércoles por teléfono, en una conversación de 30 minutos, en la que repitieron sus posturas, coincidieron en la "urgencia" de formar Gobierno y evitar nuevas elecciones y quedaron en verse cara a cara el próximo miércoles, 30 de marzo. Una entrevista que "servirá para abrir el diálogo entre el PSOE y Podemos".
Los equipos de los dos secretarios generales emitieron una nota conjunta a las 15 horas, tal y como habían adelantado en la tarde de ayer, cuando anunciaron que la reunión entre ambos programada para antes de Semana Santa se desconvocaba por la "imposibilidad" de "cuadrar las agendas respectivas", pese a que ninguno tenía actividades públicas hoy. Según detallaron, fue Sánchez quien llamó a Iglesias, "tras ponerse de acuerdo por [el servicio de mensajería instantánea] Telegram". El tono fue "muy cordial y de plena voluntad de abrir un nuevo marco de diálogo".
Fue el líder socialista quien llamó al jefe de la formación morada. Ambos manifiestan su "plena voluntad de abrir un nuevo marco de diálogo"
Hablaron de las "reformas necesarias en España, no sólo en materia constitucional sino en materia fiscal y laboral y en materia de regeneración democrática". "Hay muchos puntos en común", ponen PSOE y Podemos por escrito. A partir de ahí, las diferencias. Así, Sánchez entiende que muchos de esos aspectos "están incluidos en el acuerdo con Ciudadanos", pacto que para los socialistas "está vigente y abierto a otros partidos", una cuestión clave y que choca con la formación morada, que pide romper. En cambio, Iglesias sigue defendiendo que "la mejor inspiración para el futuro de España es el Gobierno de la Comunidad Valenciana", que comparten PSOE y Compromís y que apoya desde fuera Podemos. Es decir, que la fuerza emergente no renuncia al Ejecutivo de coalición en el que su líder sea el vicepresidente. "En cualquier caso, hay respeto mutuo por las visiones respectivas y en ningún caso impiden el diálogo y nuestra firme voluntad de evitar nuevas elecciones y conseguir un Gobierno de cambio estable", reza la nota.
Inaugurar "un nuevo tiempo"
El comunicado intentó hacer hincapié en los puntos de coincidencia. Primero, la convicción de que haya "un Gobierno alternativo a [Mariano] Rajoy y sus políticas", y la "necesidad de abrir un nuevo tiempo político". Dos, la situación internacional y sobre la crisis humanitaria de los refugiados. Los dos secretarios generales comparten que "la defensa de los derechos humanos debe trazar las líneas de la política europea al respecto". Tres, la "preocupación por la amenaza del terrorismo yihadista" y la defensa de la "unidad de las fuerzas políticas por encima de cualquier otra diferencia", pese a que -y esto no lo dice la nota- Podemos no ha suscrito del pacto antiterrorista y sólo asiste a las reuniones como observador.
Cuarta coincidencia, ya relativa a España, que les inquietan "las formas de un Gobierno interino que no respeta al Parlamento". De hecho, este mismo miércoles ambas formaciones, junto con Ciudadanos y otras formaciones (PNV, ERC, Democràcia i Llibertat, Compromís, IU-Unidad Popular, Coalición Canaria y Nueva Canarias), firmaron una petición para que el pleno apruebe elevar al Tribunal Constitucional un conflicto de competencias entre el Ejecutivo y el Legislativo [consulta aquí el escrito en PDF].
Las dos formaciones coinciden en que hace falta un Ejecutivo alternativo, la crisis humanitaria, la lucha antiyihadista o las "reformas" que precisa España
Quinta, la coincidencia en que "resulta urgente formar Gobierno, poner fin al Gobierno de Rajoy, y para ello es necesario articular acuerdos amplios". Claro que, hasta ahora, PSOE y Podemos entendían tal predicado de forma distinta. Sánchez busca mantener su alianza con Ciudadanos y con otros pequeños partidos y empujar a la formación morada a la abstención. Iglesias, en cambio, busca un acuerdo de las izquierdas -los dos grandes, más Compromís e IU- y que se abstenga el partido de Albert Rivera, aunque no pone pegas a que quien lo haga sean los independentistas catalanas. Una fórmula esta última que los socialistas descartan, porque no el secretario general no quiere hacer "descansar la gobernabilidad" en fuerzas secesionistas.
Último acuerdo de la conversación: un encuentro entre los dos el próximo miércoles, 30 de marzo, que "servirá para abrir el diálogo" entre las dos formaciones. Desde entonces apenas quedarán poco más de 20 días para intentar trenzar un pacto que posibilite la investidura de Sánchez, porque de lo contrario se repetirán los comicios. Porque pese a las buenas palabras y los comunicados conjuntos, lo cierto es que las posiciones no han variado y el choque de PSOE y Podemos sigue vivo.
Las posiciones de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias siguen donde estaban. Ambos lo pudieron constatar este miércoles por teléfono, en una conversación de 30 minutos, en la que repitieron sus posturas, coincidieron en la "urgencia" de formar Gobierno y evitar nuevas elecciones y quedaron en verse cara a cara el próximo miércoles, 30 de marzo. Una entrevista que "servirá para abrir el diálogo entre el PSOE y Podemos".
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