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El Congreso sigue sin elegir Gobierno... pero saca adelante todas sus primeras iniciativas
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EL PRIMER PLENO ORDINARIO DE LA LEGISLATURA

El Congreso sigue sin elegir Gobierno... pero saca adelante todas sus primeras iniciativas

Con distintas combinaciones, la Cámara aprueba todas las proposiciones no de ley (entre ellas, las dos de defensa de la unidad de España) y de creación de comisiones planteadas por los grupos

Foto: El portavoz socialista, Antonio Hernando, charla con su homólogo de Podemos, Íñigo Errejón, y el número dos del grupo de C's, Miguel Gutiérrez, este 15 de marzo. (EFE)
El portavoz socialista, Antonio Hernando, charla con su homólogo de Podemos, Íñigo Errejón, y el número dos del grupo de C's, Miguel Gutiérrez, este 15 de marzo. (EFE)

No hay Gobierno a la vista porque no hay números en el Congreso para sacar adelante una investidura. Porque no hay consenso entre las fuerzas políticas para elegir un nuevo presidente del Gobierno, básicamente. Pero los partidos sí que han demostrado que saben pactar a varias bandas. En temas nucleares pero que no dejan de ser mociones de orientación política -o sea, no de obligado cumplimiento- o de creación de órganos parlamentarios. Apoyos cruzados, con distintas combinaciones, que arrojaron un pleno de la Cámara Baja, el primero ordinario de esta XI Legislatura, redondo: todo aprobado, en algunos casos con el voto afirmativo de fuerzas tan dispares como PP y Podemos, y bajo un clima de tranquilidad. Sin sobresaltos en la tribuna ni intervenciones hoscas. Ya lo advertían varios diputados socialistas a la finalización del pleno, entre risas: "¡No habrá Gobierno, pero qué bien pactamos en la Cámara!".

La sesión tuvo un punto hasta de aburrida. A ella se llevaron cuatro proposiciones no de ley -una de cada grupo grande- y varias solicitudes de puesta en marcha de comisiones. Las iniciativas de mayor voltaje eran, a priori, las de PP y Ciudadanos relativas a la defensa de la unidad de España. Ambas salieron adelante. La primera, la de los populares, con el apoyo de Ciudadanos y la abstención del PSOE. Y la segunda, fue aprobada con el sí del PSOE y la abstención del PP. No fue casualidad. Fue un compromiso recíproco de populares y socialistas, para que no saliese tumbada ninguna proposición no de ley que tomase por bandera la unidad de la nación. Así las cosas, estos fueron los números: 147 síes, 79 noes y 101 abstenciones para el texto del PP y 131 apoyos, 95 en contra y 114 abstenciones para la de los naranjas. En ambos casos, Podemos, IU, nacionalistas e independentistas votaron en contra. Las diferencias en el bloque del no de ambas votaciones se debieron a la confusión de una parte del grupo morado -entre ellos su portavoz, Íñigo Errejón- a la hora de apretar el botón desde su escaño.

También salió validada la iniciativa del PSOE de fortalecimiento del sistema público de pensiones, gracias al respaldo de todos los grupos y pese al voto en contra del PP; y una cuarta de Podemos, sobre la ratificación del convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de las trabajadoras domésticas, con el sí de toda la Cámara y la abstención de los populares. Además, todos los grupos -PP, PSOE, Podemos, C's, ERC, Democràcia i Llibertat, Compromís, Izquierda Unida y el resto del Mixto- apoyaron crear una comisión permanente para la auditoría de la calidad democrática, la lucha contra la corrupción y las reformas institucionales y legales. Solo hubo un voto discordante, el del PNV, que se abstuvo en esta propuesta. La misma foto del hemiciclo (con la abstención incluso de los nacionalistas vascos) se reprodujo cuando se aprobó la puesta en marcha de una comisión permanente acerca de los derechos de la infancia.

La unidad de España, a debate en el Congreso

"Etapa reformista e ilusionante"

Bien es cierto que no se puso sobre la mesa ningún tema especialmente conflictivo o que hiciera peligrar las distintas iniciativas. PSOE y Podemos eligieron para este pleno, el primero ordinario de esta nueva legislatura, propuestas que no suscitaban rechazo, por genéricas. Los socialistas, además, querían aprovechar la sesión para hacer ver que tejer consensos no es tan complicado si hay voluntad política, y que es posible unir a todas las fuerzas del cambio contra el PP. Lo cierto es que el partido de Mariano Rajoy se quedó solo en su rechazo en la moción socialista sobre el Pacto de Toledo, porque defendía que no era cierto que se hubiera gobernado en la anterior legislatura a espaldas de los pensionistas ni que no hubiera revalorizado sus prestaciones.

La abstención pactada del PP a la moción de C's supone la aceptación de la enmienda del PSOE, que planteaba la apertura de la reforma constitucional

El compromiso de abstención recíproca de PP y PSOE a las dos proposiciones sobre la unidad de España tuvo una consecuencia inmediata: que los populares apoyaron de matute, con su abstención, una reforma constitucional. Los socialistas habían presentado una enmienda transaccional tanto a PP como C's [consulta aquí en PDF], que se basaba en el acuerdo de gobierno firmado por Pedro Sánchez y Albert Rivera, que solo los naranjas aceptaron. Y en ella se contenía que el Congreso manifiesta su voluntad de "promover una reforma" de la Carta Magna que "actualice el marco de convivencia". Esa posición fue defendida con ahínco tanto por al presidente de C's, Albert Rivera, como por la secretaria de Programas del PSOE, Meritxell Batet. El primero invitó al PP a que busquen en qué puntos pueden estar de acuerdo las fuerzas constitucionalistas para cambiar la Carta Magna, porque es hora de abrir una "etapa reformista e ilusionante". Batet sostuvo que la mejor defensa de la Constitución es procurar su reforma, y que esta debe contar "con todos". No basta, dijo, con las "proclamas solemnes y resistencialistas" del PP, sino que hay que encontrar soluciones al conflicto soberanista en Cataluña.

Albert Rivera responde a Podemos: “Solo una Constitución reconoce la autodeterminación: Etiopía"

Nacionalistas catalanes y vascos advirtieron a PSOE, PP y C's de que no lograrán persuadir a los que abogan por el derecho a decidir pese a su insistencia en la defensa de la unidad de España. Los mayoritarios "pueden vencer, pero no convencer", según dijo el portavoz de DiL, Francesc Homs. En el bloque del no también se situó Podemos, cuyo portavoz, Íñigo Errejón, denunció el "gesto vacío", el "enésimo intento de instrumentalizar a Cataluña" por parte de "políticos irresponsables", todo para "tapar los problemas de España". "Lo último que debemos hacer es respaldar a un Gobierno que ahora está en funciones y que ha creado en buena medida este problema", abundó Sol Sánchez, diputada de IU-UP.

La vuelta al consenso del Pacto de Toledo y el futuro de las pensiones, defendida por la socialista Luz Rodríguez, puso de acuerdo a toda la Cámara, salvo el PP. Y la iniciativa de Podemos sobre el empleo de las trabajadoras domésticas concitó el respaldo de todo el hemiciclo y se granjeó incluso la abstención de los de Rajoy.

El ejemplo del consenso de izquierdas

Al pleno de este martes habían llegado dos propuestas similares de creación de una comisión permanente sobre lucha contra la corrupción. Una de PSOE, Compromís e IU y otra de Podemos. Al final, se acabaron fusionando en una, firmada por las cuatro formaciones de izquierdas [aquí en PDF], e incluso participó de ese consenso el PP, que introdujo algunos cambios que fueron aceptados. El consenso cosido por la izquierda fue reivindicado en la tribuna por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, como ejemplo para el "Gobierno a la valenciana" que sigue reclamando para el país. "Ojalá podamos seguir poniéndonos de acuerdo para que este país cuente con un Gobierno que acabe por fin con la corrupción como forma de gobierno", señaló.

Todos los grupos apoyan la creación de una comisión permanente de lucha contra la corrupción y de auditoría democrática. Sólo el PNV se abstiene

Pero no hubo alta tensión, pese a la multiplicidad de escándalos presentes todos los días en los medios. Iglesias demandó a C's que deje de sostener en la Comunidad de Madrid al "Gobierno de la Púnica", y el socialista Juan Carlos Campo se congratuló por el acuerdo "en tiempos de tanta zozobra", lo que hace "tan ambicioso como necesario" examinar la calidad democrática en un momento en el que los ciudadanos desconfían tanto de la política. La portavoz del PP, María Jesús Moro, defendió por su parte lo "mucho" que "se ha avanzado" en los últimos años, gracias a las reformas impulsadas por el Ejecutivo de Rajoy, y llamó a los partidos a dejar de tirarse "los trastos a la cabeza" por los casos de corrupción. Ciudadanos también respaldó la iniciativa, porque si algo caracteriza la nueva política es el objetivo de "erradicar la corrupción". El PNV justificó su abstención porque no comparte que la comisión permanente "mezcle" la prevención y control de la corrupción con cuestiones que pueden generar distanciaciamiento de la ciudadanía, pero que no son prácticas corruptas. "No es lo mismo", ilustró el diputado Joseba Agirretxea, la elección de candidatos por sufragio directo y secreto que la financiación ilegal de los partidos, y por tanto no conviene "un tratamiento conjunto".

El lío del control al Ejecutivo en funciones

Pactar, por tanto, se pudo pactar. "¡Y con un Gobierno en rebeldía!", recordaban los socialistas. Porque la polémica del día no estaba en el contenido del pleno, sino más bien en el control del Ejecutivo en funciones. Este martes la Junta de Portavoces evaluó si la Cámara puede fiscalizar a un Gobierno que está de salida y que tiene sus atribuciones limitadas, y solo el PP persistió en su negativa. El presidente del Congreso, Patxi López, remitió una carta a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, para que reconsiderara el rechazo del Gobierno [aquí en PDF] a ser controlado, y basaba su petición en el artículo 26.2 de la Ley de Gobierno, que dice que "todos los actos y omisiones" del Ejecutivo -sin especificar si está en funciones o no- pueden ser vigilados por el Parlamento.

Patxi López advierte del "conflicto institucional grave" entre el Congreso y el Gobierno de Mariano Rajoy

López elevaba esa petición al Gobierno para evitar un "conflicto institucional grave", el de un Congreso que requiere al Ejecutivo que vaya a rendir cuentas y un Ejecutivo que se niega a ello. El PSOE ya prepara su munición. Su portavoz parlamentario, Antonio Hernando, ya advirtió de que si el Gobierno de Rajoy "se declara en rebeldía" y no va a la Cámara, promoverá un conflicto de competencias ante el Tribunal Constitucional.

La jornada estuvo dominada por la amenaza de los socialistas de llevar al TC al Gobierno en funciones por negarse a ser controlado por el Parlamento

¿Cuándo? Su idea es constatar que este jueves el ministro de Defensa, Pedro Morenés, no se explica en comisión, pese a haber sido citado, y llevar al siguiente pleno, a finales de abril, el requerimiento formal de la Cámara al Ejecutivo para que se someta al control del Legislativo. La Moncloa tiene un mes para contestar. Eso llevaría a que su respuesta llegaría a finales del mes próximo o principios de mayo, bien con un nuevo Gobierno ya elegido o bien con las Cortes disueltas. Hernando argumentó que es importante que, al margen de lo que ocurra, se "defiendan los poderes de la Cámara". Puso como ejemplo la sentencia 234/2000 del TC, que dio la razón al Gobierno socialista contra la Mesa del Senado por haber invadido su facultad para declarar urgentes los proyectos de ley.

Iglesias llamará este martes a Sánchez si el líder socialista no toma la iniciativa

Por la mañana, salió a responder al jefe de la Cámara el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, para advertir de que el Gobierno no cambiaría su posición. Por la tarde, lo ratificó Santamaría ante los periodistas. Esta pidió a López que reflexione porque cree que quiere hacer del Congreso un espacio para preparar la "precampaña" de las siguientes generales. La número dos de Rajoy insistió en que el Gobierno es "muy coherente" porque no puede explicarse ante sus señorías para asuntos que excedan de sus limitadas competencias. Y cuando se ha sobrepasado el límite, como cuando se debatió la posición española antes del Consejo Europeo que intentó impedir la salida del Reino Unido o ahora que se discutirá la postura sobre la política de refugiados, sí está dispuesto a acudir al Parlamento. El Gobierno se agarra, pues, a que no tiene plenitud de funciones, y a que le avalan los precedentes, puesto que ningún Ejecutivo anterior se sometió al control del Legislativo cuando se hallaba en situación interina en ninguna de las diez legislaturas precedentes, y tampoco ocurrió, por ejemplo, tras las últimas elecciones andaluzas y catalanas, con los presidentes Artur Mas y Susana Díaz, a las que sucedieron largos periodos de 'impasse'.

Sánchez e Iglesias abren la puerta a retomar el diálogo, y PSOE y C's se reunirán con Compromís

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias mantendrán de forma inminente una conversación, intentando abrir así la puerta de un diálogo hasta ahora obstruido entre ambos. El secretario general del PSOE, tras reunirse este martes con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se mostró "encantado" con poder reunirse con el líder de la formación morada para "desbloquear" la situación. Horas antes, Iglesias también había manifestado su deseo de volver a hablar con el máximo dirigente socialista.

Iglesias contactó posteriormente con Sánchez. Le mandó un mensaje de WhatsApp y el líder del PSOE le respondió vía Telegram -otro sistema de mensajería instantánea al que se unió este lunes-. En el intercambio de mensajes, quedaron en hablar a lo largo del martes. Pero la conversación, al menos hasta las 23 horas, no se había producido, pues ninguno de los dos partidos informó de que se había producido el contacto. Claro que cerca de la medianoche saltó la noticia de que Iglesias había destituido de forma fulminante al número tres de Podemos. Nada más y nada menos que su secretario de Organización, Sergio Pascual.

Este miércoles PSOE y C's pretenden por su parte retomar su ronda de reuniones. El único grupo que se ha mostrado dispuesto a hablar sin cortapisas, con ambas fuerzas,es Compromís. Tanto IU como Podemos habían vetado todo encuentro en el que, además de los socialistas, estuvieran presentes los de Albert Rivera. La coalición valenciana no había puesto pegas. Pero sólo aporta cuatro diputados, insuficientes para procurar la investidura de Sánchez.

No hay Gobierno a la vista porque no hay números en el Congreso para sacar adelante una investidura. Porque no hay consenso entre las fuerzas políticas para elegir un nuevo presidente del Gobierno, básicamente. Pero los partidos sí que han demostrado que saben pactar a varias bandas. En temas nucleares pero que no dejan de ser mociones de orientación política -o sea, no de obligado cumplimiento- o de creación de órganos parlamentarios. Apoyos cruzados, con distintas combinaciones, que arrojaron un pleno de la Cámara Baja, el primero ordinario de esta XI Legislatura, redondo: todo aprobado, en algunos casos con el voto afirmativo de fuerzas tan dispares como PP y Podemos, y bajo un clima de tranquilidad. Sin sobresaltos en la tribuna ni intervenciones hoscas. Ya lo advertían varios diputados socialistas a la finalización del pleno, entre risas: "¡No habrá Gobierno, pero qué bien pactamos en la Cámara!".

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