Sánchez confía en la "inocencia" de Besteiro y le apoya para que siga como líder del PSdeG
El secretario general considera que el jefe de los socialistas gallegos no debe caer hasta que se abra juicio oral contra él. Sí reconoce que el caso "hace daño" al partido
Para Pedro Sánchez, no hay razón para apartar a José Ramón Gómez Besteiro como secretario general de los socialistas gallegos. Y eso que está imputado -investigado- ya por diez delitos relacionados con la corrupción. Se da por satisfecho con su anuncio de que no encabezará las listas de las próximas elecciones autonómicas. Cree que sólo si se abre juicio oral contra él, en cumplimiento del código ético del partido, debería dejar sus cargos orgánicos. Entretanto, confía en su "inocencia", aunque reconoce que el caso "hace daño" al PSOE.
Estas eran las primeras palabras de Sánchez, y fue en una entrevista en 'La Sexta noche', tras conocerse la renuncia de Gómez Besteiro a la candidatura de la Xunta de Galicia. El único paso atrás dado por el líder de los socialistas gallegos, porque no dimitió de su cargo orgánico ni de su puesto como vocal de la ejecutiva federal. Sánchez le había apoyado en los últimos meses con rotundidad, contra viento y marea. La última vez, este mismo jueves, durante su visita a A Coruña. Besteiro, a fin de cuentas, es uno de los barones más leales a Sánchez.
El secretario general no había abierto la boca en las últimas horas. Este sábado estaba previsto que acudiera a la clausura del congreso confederal de UGT, pero se excusó por "motivos personales". Aunque en su equipo ya habían ido preparando el terreno de la esperada renuncia del jefe del PSdeG. Y se produjo. Sánchez, durante su entrevista en 'La Sexta noche' este sábado, reconoció que la nueva imputación de Besteiro -seis delitos en la operación Pulpo, por supuesto desvío de fondos cuando presidía la Diputación de Lugo, que se suman a otros cuatro por el caso O Garañón- "es una mala noticia", porque "este tipo de imputaciones" sí "hace daño al PSOE". "Absolutamente". Su renuncia a la candidatura a la Xunta "demuestra que es un político que asume en primera persona la responsabilidad política".
Sánchez defendió en todo momento que Besteiro había hecho lo que correspondía -"ha hecho lo que tenía que hacer"-, y que no se le podía exigir más. Recordó que su partido prometió -y él mismo, el 13 de noviembre de 2014- que no habría imputados en las listas electorales. Razón por la que el jefe del PSdeG cede, esgrimió, no por la presión de su nuevo socio, Ciudadanos. No obstante, Besteiro ya estaba imputado por el caso O Garañón y no había dado señales de dar un paso atrás.
El líder socialista se aferra en todo momento a lo que dispone el código ético: que los imputados solo deben dejar su cargo orgánico cuando se abre juicio oral
El secretario general insistió en que el código ético del PSOE impone que sólo cuando se abre juicio oral el cargo imputado debe dejar su cargo. No antes. "Confío en su inocencia", señaló en hasta cuatro ocasiones. Y si Besteiro se sentase en el banquillo, se llevaría un "disgusto personal y político", porque lo conoce "desde hace diez años". Sánchez subrayó que no lo apoya como jefe del PSdeG porque este le respalde frente a los barones críticos. "Aplico el código ético de la misma forma a unos y a otro, no hay más lectura que la que estoy haciendo", no lo mantiene por razones "partidarias". Negó, en consecuencia, todo doble rasero. No lo hay, dijo, dentro de su partido, en comparación con otros casos como el de Tomás Gómez -su defenestración se debió a los "malos resultados que se auguraban y por una descomposición en las agrupaciones" del partido en Madrid-, por lo que la doctrina "es la misma" contra los investigados. Tampoco fuera del PSOE: "No se puede equiparar el caso Bárcenas con este caso, que nos preocupa".
"O cambio o elecciones"
Por lo demás, Sánchez no aportó grandes novedades a lo ya conocido sobre el proceso de investidura. Para él, la disyuntiva no ha cambiado: "O cambio o continuidad". O dicho de forma más cruda, "o cambio o elecciones", puesto que si el 2 de mayo no hay elegido un nuevo presidente del Gobierno, el Rey deberá firmar el decreto de disolución de las Cortes y convocar comicios para el 26 de junio. De modo que la única vía que tiene para conseguir su salto a La Moncloa es convencer a Podemos, ya que descartó totalmente romper su pacto con Ciudadanos. El secretario general defendió que no es posible el "Gobierno a la valenciana" por el que presiona Pablo Iglesias, porque la izquierda "no suma", y no hará "descansar la gobernabilidad de España en ERC y Democràcia i Llibertat", ni será presidente "a cualquier precio".
El líder socialista no tiene "ningún problema en que Podemos esté en el Gobierno". Sí advirtió de que un Ejecutivo de coalición ha de basarse en la "confianza", e Iglesias insiste en entrar en el Gabinete porque no se "fía" de él. "Si hay confianza, ¿por qué no nos vamos a entender?", se preguntó. De cualquier modo, deben ir por delante las políticas y "no los sillones", y cuando estas estén pactadas, se podrá conformar el Gobierno "con la formulación que sea", de coalición, con independientes "no indiferentes"... "E Iglesias deberá decidir si bloquea o se une al cambio", y hasta ahora, se quejó, ha dado muestras de lo primero: "No sé si quiere acordar conmigo o volar todos los puentes de entendimiento".
La posibilidad de que Podemos entre en el Gobierno "existe". Sánchez apremia a Iglesias a que se sume al acuerdo entre las "fuerzas del cambio"
En consecuencia, "la posibilidad de que Podemos entre en el Gobierno existe". Ahora bien, subrayó que es el presidente quien decide su Ejecutivo, y este debe ser sólido. Porque "si hay dos o tres Gobiernos, no es eso lo que quieren los españoles", ni él estará "en eso". Por su parte, no quiere un Gabinete "monocolor". Sánchez defendió su propuesta de un acuerdo de "las fuerzas del cambio", porque PSOE, Ciudadanos y Podemos tienen cuestiones "en común", como se vio en la última semana respecto al rechazo al principio de acuerdo sobre la política de refugiados de la UE con Turquía. No se plantea que presida el Ejecutivo otra fuerza, porque entiende que el cambio ha de "pivotar" sobre el PSOE, la segunda fuerza el 20-D. También recordó que casi el 80% de los militantes que participaron en la consulta respaldaron la alianza con Ciudadanos. Sí asumió, por cierto, que la pregunta a las bases, muy genérica, y que no hacía referencia a la entente con Albert Rivera, podía haberse "afinado".
¿Se retrasará el congreso federal del partido? No dio una respuesta concluyente. Sánchez recalcó que espera que no haya elecciones el 26 de junio, y que se pueda llegar a un acuerdo que permita la investidura. Pero si se repiten las generales, será una "decisión" que habrá de tomarse "de forma colegiada con los líderes del partido". El secretario general dijo que no le consta que vaya a competir contra él Susana Díaz, pero que en cualquier caso la disputa la decidirán los militantes con sus votos. "Y si hay compañeros que se quieran presentar, podrán dar un paso al frente cuando toque", remachó.
Para Pedro Sánchez, no hay razón para apartar a José Ramón Gómez Besteiro como secretario general de los socialistas gallegos. Y eso que está imputado -investigado- ya por diez delitos relacionados con la corrupción. Se da por satisfecho con su anuncio de que no encabezará las listas de las próximas elecciones autonómicas. Cree que sólo si se abre juicio oral contra él, en cumplimiento del código ético del partido, debería dejar sus cargos orgánicos. Entretanto, confía en su "inocencia", aunque reconoce que el caso "hace daño" al PSOE.