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Rivera se enfrenta a su 'papelón': se queda solo con Sánchez y mira a un PP sin Rajoy
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EL PACTO c's-psoe NO Saldrá adelante

Rivera se enfrenta a su 'papelón': se queda solo con Sánchez y mira a un PP sin Rajoy

Solo C's se unió al PSOE en su sí a Pedro Sánchez. El pacto sellado no saldrá adelante y toca explorar nuevas vías después de haberse 'atado' en un plan de Gobierno sin respaldos

Foto: El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la sesión de la tarde de la segunda jornada del debate de investidura. (EFE)
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la sesión de la tarde de la segunda jornada del debate de investidura. (EFE)

El pacto sellado entre Pedro Sánchez y Albert Rivera se queda en 130 votos. Ninguna otra fuerza política está dispuesta a sumarse a la hoja de ruta elaborada por el PSOE y Ciudadanos, como reflejó la votación de este miércoles y lo volverá a hacer la del viernes por la noche. Ambos dirigentes pusieron en valor el acuerdo alcanzado y ensalzaron el trabajo conjunto realizado, que consiguió aglutinar 200 iniciativas fruto de las negociaciones de tres semanas. Sin embargo, el PP se mostró contundente: “No nos votaron para hacer presidente al señor Sánchez”, argumentaba Rajoy. Tampoco Podemos apoyará de ninguna de las maneras un acuerdo que incluya a Ciudadanos, “la otra derecha”, más teniendo en cuenta que su objetivo pasa por seguir abriendo una brecha en el seno del PSOE y arrancarle gran parte del electorado de la izquierda. Y los nacionalistas fueron con toda probabilidad los más críticos con el líder centrista y sus políticas y reprocharon incluso al jefe de los socialistas “haberle elegido” a él para pactar.

Solo Ciudadanos se unió al Partido Socialista para votar a favor de que Sánchez Castejón se convierta en el próximo presidente del Gobierno. La aritmética para conseguir la investidura, como bien saben unos y otros, es insuficiente (130 síes frente a 219 noes), “ficticia”, dijo el candidato popular, lo que obliga necesariamente a explorar vías distintas en los próximos dos meses o a ir a nuevas elecciones el 26 de junio.

El ‘papelón’ del presidente de Ciudadanos no es fácil en ninguno de los escenarios después de firmar un plan de gobierno con los socialistas. Sin embargo, en la formación de centro, están convencidos de haber hecho lo correcto: “En vez de quedarnos en un rincón con nuestros 40 escaños, nos pusimos a trabajar”, explicó el propio Rivera en su intervención de ayer. Las encuestas electorales publicadas en los últimos días certifican que el proceso negociador ha beneficiado la figura del dirigente barcelonés y a su partido, que aumentaría el porcentaje del voto si se celebraran otros comicios.

Aun así, el pacto entre socialistas y naranjas se hizo añicos tras un debate de investidura en el que todos los líderes políticos a excepción de su socio Rivera ‘remataron’ al “señor candidato” entre reproches y acusaciones. Pedro Sánchez no saldrá investido en este Parlamento manteniendo ese acuerdo con Ciudadanos. A partir de la próxima semana, comenzará el segundo tiempo de un partido cuya duración máxima será de ocho semanas. El PSOE, “que sigue con la mano tendida” a Podemos, Izquierda Unida y Compromís, podrá reabrir la mesa de negociaciones con la intención de incluir novedades en el documento firmado con Rivera.

El dirigente barcelonés, por su parte, iniciará -más que retomará- el diálogo con el PP, con el que en realidad siempre aseguró “contar”, teniendo en cuenta la imposibilidad de sacar adelante “las grandes reformas que el país necesita” -la de la Constitución, para empezar- sin su apoyo “y el de los siete millones de españoles que lo votaron”. Sin embargo, lo hará con un cambio sustancial, porque la intervención de Rivera de este miércoles fue clara e inequívoca: Rajoy es un escollo.

Usted no es creíble para liderar esta nueva etapa”, afirmó con dureza el líder naranja, que enarboló un discurso con serias críticas dirigidas al jefe de Génova. “Quien no es capaz de limpiar su casa, no puede limpiar España de corrupción”, continuó en referencia a los distintos escándalos que han estallado en el seno del Partido Popular durante los últimos tiempos.

Y el ataque no terminó ahí. Rivera afirmó “estar seguro” de que gente del partido encabezado por Rajoy respaldaría muchas de las reformas acordadas entre Ciudadanos y el PSOE, reiterando que se acabó el tiempo del candidato popular, ya que es momento de iniciar “una etapa de generosidad y liderazgo”. El dirigente barcelonés abordó sin titubeos una nueva posibilidad que, hasta el momento por lo menos, no había sido verbalizada y pidió “coraje y valentía” a dirigentes y votantes del PP en la nueva etapa. El presidente naranja escenificó sin dudas la petición más atrevida que había protagonizado, requiriendo implícitamente la marcha del jefe de Génova.

Posibilidad que, si bien es cierto, el barcelonés ya había barajado de alguna forma desde hace semanas, especialmente tras ‘reventar’ la operación Taula en Valencia y los últimos hallazgos de la Púnica en Madrid. Noticias a las que Rivera reaccionó asegurando que veía muy complicado que Rajoy abanderara una segunda Transición, llamada a convertirse en la nueva política española. En todo caso, será a partir de la próxima semana cuando la formación de centro y los conservadores puedan comenzar las conversaciones después de que el viernes por la noche se cumpla el guion y Sánchez vuelva a fracasar con 219 votos en contra de que él sea el próximo presidente del Gobierno de España.

El pacto sellado entre Pedro Sánchez y Albert Rivera se queda en 130 votos. Ninguna otra fuerza política está dispuesta a sumarse a la hoja de ruta elaborada por el PSOE y Ciudadanos, como reflejó la votación de este miércoles y lo volverá a hacer la del viernes por la noche. Ambos dirigentes pusieron en valor el acuerdo alcanzado y ensalzaron el trabajo conjunto realizado, que consiguió aglutinar 200 iniciativas fruto de las negociaciones de tres semanas. Sin embargo, el PP se mostró contundente: “No nos votaron para hacer presidente al señor Sánchez”, argumentaba Rajoy. Tampoco Podemos apoyará de ninguna de las maneras un acuerdo que incluya a Ciudadanos, “la otra derecha”, más teniendo en cuenta que su objetivo pasa por seguir abriendo una brecha en el seno del PSOE y arrancarle gran parte del electorado de la izquierda. Y los nacionalistas fueron con toda probabilidad los más críticos con el líder centrista y sus políticas y reprocharon incluso al jefe de los socialistas “haberle elegido” a él para pactar.

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