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Rivera 'saca tajada' del proceso negociador y refuerza su liderazgo en la centralidad
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C'S SUBE EN LAS ENCUESTAS POR SU PAPEL DE MODERADOR

Rivera 'saca tajada' del proceso negociador y refuerza su liderazgo en la centralidad

Todas las encuestas sonríen a Ciudadanos. El proceso negociador desarrollado en febrero ha beneficiado a Albert Rivera, que asumió la iniciativa del diálogo y un papel moderador

Foto: El presidente de Ciudadanos comparece tras firmar el acuerdo de Gobierno con Pedro Sánchez. (EFE)
El presidente de Ciudadanos comparece tras firmar el acuerdo de Gobierno con Pedro Sánchez. (EFE)

"Hace semanas nos decían que debíamos temer unas nuevas elecciones porque nos podíamos quedar con quince diputados. Ahora nadie nos lo dice". La estrategia desarrollada por Ciudadanos desde el pasado 20 de diciembre parece estar dando sus frutos y sus principales dirigentes, como el autor de la frase mencionada, están satisfechos con el camino recorrido. Los 40 escaños obtenidos por el partido que encabeza Albert Rivera -un resultado inferior al esperado- han servido para situar al líder catalán como artífice del diálogo y reforzar la posición de la centralidad política en España. Incluso para firmar un plan de Gobierno que difícilmente saldrá adelante, al menos de momento, pero que ya se ha convertido en el primer pacto de la XI Legislatura.

Todas las encuestas realizadas durante el proceso de negociación entre Rivera y Pedro Sánchez sonríen a la formación naranja. También la del Instituto DYM para El Confidencial publicada este viernes, que refleja el crecimiento del partido nacido en Barcelona con respecto a los comicios de diciembre (3,7 puntos) y que pasaría del 13,9% del voto al 17,6% a costa del PP. En una situación similar se encuentra el PSOE, la otra fuerza protagonista de un papel central en estas últimas semanas, que lograría mantener el tipo aguantando en torno al 22%. Sin duda, el proceso negociador ha cobrado una importancia vital y está posicionando cada vez mejor a los dos partidos que tomaron las riendas a principios de mes para llegar a un acuerdo.

Rivera desarrolló una estrategia en esa línea, culpando al inmovilismo del PP y alzándose como nexo entre los tres partidos constitucionalistas, algo que parece dar sus resultados. Ahora la formación trabaja en una respuesta firme a la ofensiva lanzada desde Génova, que reprocha públicamente el acuerdo alcanzado con los socialistas en aras de recuperar a los votantes de centroderecha el próximo 26 de junio, si las nuevas elecciones llegan.

La mayor dificultad que el partido catalán se ha encontrado por el camino ha sido explicar a la opinión pública el cambio en su táctica pre y poselectoral, pasando de asegurar que la única forma por la que su formación facilitaría un Gobierno sería a través de la abstención y que jamás entraría en un Ejecutivo que no estuviera presidido por él mismo, a votar "sí" en la investidura de Pedro Sánchez la próxima semana. Para ello, el equipo negociador naranja compuesto formalmente por el economista Luis Garicano; su 'mano derecha', José Manuel Villegas; el portavoz del grupo parlamentario, Juan Carlos Girauta; y la diputada Marta Martín, además del secretario general del grupo y diputado Miguel Gutiérrez, logró introducir en el documento final acordado con el PSOE un gran paquete de medidas del programa de C's.

El dirigente centrista comenzó hace días a barajar, además del "sí" a Sánchez, la posibilidad de entrar en el Gobierno si conseguían "un amplio acuerdo"

Rivera aseguró que el acuerdo alcanzado "tiene muchos tintes naranjas" y no iba mal encaminado, ya que tanto en materia económica y fiscal como en la estrictamente laboral, el equilibrio alcanzado favorece en gran medida a lo propuesto por Ciudadanos. Lo mismo sucede en la reorganización territorial, que permitiría la supresión de diputaciones -algo a lo que se oponen algunos barones socialistas- aunque la 'medida estrella' de Rivera en este punto, la supresión del Senado, se saldaría con la reducción de hasta 100 miembros como máximo para lograr una Cámara territorial más eficiente. De hecho, fuentes de Ciudadanos reconocen que existe un cierto malestar en Ferraz desde la firma y presentación formal del documento, ante la creencia social de que el texto irradia en exceso el ADN de la formación de centro.

El dirigente centrista comenzó hace días a barajar además del "sí" a Sánchez la posibilidad de entrar en el Gobierno si conseguían "un amplio acuerdo" que avalara las políticas de su formación. Y esta cuestión la abordó la última ejecutiva nacional del partido el pasado lunes tras ratificar la hoja de ruta firmada con los socialistas. Con todo, el escenario actual es un rompecabezas imposible de resolver. Sin la abstención de PP o Podemos, el acuerdo no saldrá adelante. Y el segundo asalto comenzará después de que Sánchez se estrelle en la segunda votación porque tanto Rajoy como Iglesias no volverán a la mesa de negociación hasta ver el fracaso del socialista en el hemiciclo.

La formación morada presionará a Sánchez para hacerlo girar a la izquierda tras no lograr ser investido e introducir novedades en ese acuerdo de Gobierno firmado con Rivera, mientras que el dirigente centrista pretende arrinconar al PP de Rajoy haciéndole ver que el documento comprende las líneas políticas generales del propio programa de Génova y asegura asuntos capitales para el país como vetar cualquier intento de referéndum o medidas para garantizar el crecimiento económico. Por otro lado, Rivera continuará cercando a los populares apoyándose en los últimos escándalos de corrupción, que poco a poco van reventando las costuras más fuertes del partido.

El verdadero problema de que no fructifique el diálogo entre tres de las formaciones es que la repetición de comicios augura un panorama muy similar en el que los grandes bloques ideológicos -PP y C's a la derecha, PSOE y Podemos a la izquierda- se mantienen con subidas o bajadas leves que no influyen en el resultado final: dos grandes partidos son insuficientes para sacar adelante una investidura y será necesario pactar. Este es el otro pilar en la estrategia de Rivera, que tratará de convencer a las otras formaciones constitucionalistas -con la que ha firmado un plan de Gobierno y la que estaba considerada su socio natural- a sentarse en la misma mesa para constituir el próximo Ejecutivo, ya que si no lo hacen ahora, lo tendrán que hacer después del 26 de junio...o lo intentará Podemos. Pero todas estas conversaciones no ocurrirán hasta después de la próxima semana.

"Hace semanas nos decían que debíamos temer unas nuevas elecciones porque nos podíamos quedar con quince diputados. Ahora nadie nos lo dice". La estrategia desarrollada por Ciudadanos desde el pasado 20 de diciembre parece estar dando sus frutos y sus principales dirigentes, como el autor de la frase mencionada, están satisfechos con el camino recorrido. Los 40 escaños obtenidos por el partido que encabeza Albert Rivera -un resultado inferior al esperado- han servido para situar al líder catalán como artífice del diálogo y reforzar la posición de la centralidad política en España. Incluso para firmar un plan de Gobierno que difícilmente saldrá adelante, al menos de momento, pero que ya se ha convertido en el primer pacto de la XI Legislatura.

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