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La jugada de Iglesias para cercar a Sánchez y blanquear la hoja de ruta de Podemos
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DE PUERTAS ADENTRO, la oferta no es creíble

La jugada de Iglesias para cercar a Sánchez y blanquear la hoja de ruta de Podemos

La iniciativa de Pablo Iglesias exime a Podemos de toda responsabilidad ante la opinión pública, tanto si finalmente se forma un gobierno de gran coalición como si se repiten las elecciones

Foto: El Rey recibe al líder de Podemos, Pablo Iglesias, en La Zarzuela durante la ronda de consultas con los partidos políticos. (EFE)
El Rey recibe al líder de Podemos, Pablo Iglesias, en La Zarzuela durante la ronda de consultas con los partidos políticos. (EFE)

Primer giro de guión. Pablo Iglesias tomó la iniciativa para dejar la pelota en el tejado de Pedro Sánchez, acosado por sus barones y tentado por el poder. El líder socialista quedaba cercado, con el foco de la responsabilidad apuntando a sus próximos pasos. Ambos dirigentes hablarán “a lo largo del fin de semana”, según la contestación de Sánchez al mensaje que le envió Iglesias tras reunirse con el Rey. La propuesta para formar un gobierno de coalición entre el PSOE, Podemos y la IU de Alberto Garzón, concretando incluso el reparto de poder (Sánchez, presidente, e Iglesias, vicepresidente) ha sido definida por todos los analistas políticos, al margen de filias ideológicas, como una jugada maestra... Hasta que salió Rajoy.

Jugada porque el líder de Podemos siempre ha recurrido a la metáfora del ajedrez para definir la política, y su movimiento en esta ocasión ha sido jaque. Maestra porque obliga a los socialistas a retratarse, o más bien enfrentarse sacando a relucir sus miserias internas y erosionando el liderazgo de su secretario general. "Ahora le toca mover ficha a Pedro Sánchez y al PSOE", explicaba ayer tras conocerse la renuncia de Mariano Rajoy a presentarse de momento a su investidura. Aunque el principal efecto de este movimiento es que exime a Podemos de cualquier responsabilidad, tanto si finalmente se forma un gobierno conservador o de gran coalición como si se repiten elecciones.

Vídeo: Iglesias propone un gobierno de coalición junto a PSOE e IU.

La verdadera hoja de ruta de Podemos, ya sea convertirse en el líder de facto de la oposición si se forma una gran coalición o repetir las elecciones, quedaría blanqueada ante la opinión pública. Como bonus, Iglesias ha conseguido relegar a Ciudadanos a la irrelevancia política. Lo que está en juego, como trasfondo y a medio plazo, son los votantes del centro-izquierda, que Sánchez quiere retener e Iglesias absorber.

La credibilidad de la oferta ha sido escasa tanto de puertas hacia adentro como hacia afuera. Internamente no se había debatido ni consensuado el repentino cambio de estrategia. Solo el núcleo más cercano a Pablo Iglesias estaba al tanto de esta maniobra. Un movimiento que siempre rechazó el propio secretario general.

La política de pactos ha sido una constante en la formación emergente: “No es lo mismo un gobierno alternativo al del PP en el que la fuerza mayoritaria eres tú a otro en el que la fuerza mayoritaria sea el PSOE”, ha argumentado Iglesias hasta la saciedad para rechazar su posición de socio minoritario. Esta máxima es la que ya primó en las negociaciones para los gobiernos autonómicos. Por si a alguien le quedaban dudas, recurría siempre al mismo ejemplo: “Creo que IU ha aprendido la lección en Andalucía de las implicaciones que entraña entrar en un gobierno como socio minoritario”.

La ausencia de un proceso deliberativo, ya no entre las bases, sino al menos en el seno de los órganos dirigentes del partidos o con el resto de confluencias, ni siquiera ha alterado a los sectores más críticos del partido. Todos asumen el “farol” y se prestan a la escenificación. Los propios estatutos de la organización obligan a refrendar entre los inscritos los pactos de gobierno.

En el caso de los parlamentos autonómicos incluso se preguntó por el sentido del voto en la investidura una vez rechazadas las ofertas para formar gobiernos de coalición con el PSOE. Aun de llevarse a cabo, como ha asegurado el secretario de Organización, Sergio Pascual, antes debería actualizarse el censo de inscritos, con una gran cantidad de perfiles inactivos que no permitirían llegar al porcentaje mínimo de participación establecido. Una problemática que no ha tratado de subsanarse, por lo que nada hace presagiar que la posibilidad de recurrir a la consulta interna se contemple en estos momentos.

El diputado de IU, Alberto Garzón, al que se le ofrece un ministerio en la propuesta de Iglesias para formar un gobierno tripartito, ha subrayado por su parte una obviedad en la coalición de izquierdas en forma de dardo: “Cualquier decisión se tomará de manera colectiva, consultando a las bases de IU-Unidad Popular a través de mecanismos participativos. Partiendo de esa premisa, el líder de IU se ha prestado para trabajar con el objetivo de lograr “un gobierno de cambio, siempre con el programa por delante”.

Al margen de la lectura más generalizada sobre la “jugada maestra” de Iglesias, la propuesta es firme, está sobre la mesa y ha generado expectativas entre los votantes socialistas. Sánchez, consciente de ello, no ha cerrado la puerta y, aunque regateando, ha afirmado que "los votantes de Podemos y los del PSOE no entenderían que Pablo y yo no nos pusiéramos de acuerdo". Ambos tendrán que discutir las condiciones del pacto. Es en ese proceso de discusión en el que, de prosperar los acercamientos, se podría subir la apuesta para golpear el tablero y volver a la casilla de inicio. Los riesgos existen. Mientras tanto, habrá que esperar al juicio de los poderes económicos y sus posibles presiones para alejar el pacto con Podemos. Máxime si Sánchez asume ciertas medidas básicas que generarían cierto nerviosismo entre la banca, como la “recuperación” de los activos inmobiliarios de la Sareb o la devolución del rescate bancario. Iglesias es consciente de que faltan jugadores.

Primer giro de guión. Pablo Iglesias tomó la iniciativa para dejar la pelota en el tejado de Pedro Sánchez, acosado por sus barones y tentado por el poder. El líder socialista quedaba cercado, con el foco de la responsabilidad apuntando a sus próximos pasos. Ambos dirigentes hablarán “a lo largo del fin de semana”, según la contestación de Sánchez al mensaje que le envió Iglesias tras reunirse con el Rey. La propuesta para formar un gobierno de coalición entre el PSOE, Podemos y la IU de Alberto Garzón, concretando incluso el reparto de poder (Sánchez, presidente, e Iglesias, vicepresidente) ha sido definida por todos los analistas políticos, al margen de filias ideológicas, como una jugada maestra... Hasta que salió Rajoy.

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