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Ferraz, prudente pero optimista ante una negociación que aún no ha comenzado
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EL CAMINO HACIA LA CONFORMACIÓN DE UN NUEVO GOBIERNO

Ferraz, prudente pero optimista ante una negociación que aún no ha comenzado

La dirección del PSOE es consciente de que los últimos movimientos favorecen la investidura de Sánchez, pero insiste en que el secretario general sólo buscará el acuerdo una vez que fracase Rajoy

Foto: Pedro Sánchez, este 20 de enero durante su visita a San Sebastián en su día grande, que este año sirve como antesala a la inauguración de la capitalidad cultural europea 2016. (EFE)
Pedro Sánchez, este 20 de enero durante su visita a San Sebastián en su día grande, que este año sirve como antesala a la inauguración de la capitalidad cultural europea 2016. (EFE)

El viento sopla más a favor de los socialistas. Y ellos lo saben. Son conscientes, al menos en la sede federal, en Ferraz, de que las cosas se han puesto de su lado de cara a la investidura de Pedro Sánchez, porque cada día se evidencia más que Mariano Rajoy está aislado y no logrará la reelección y porque en las últimas horas se han ido sorteando ciertos obstáculos: Podemos desistió de presentar su solicitud de cuatro grupos parlamentarios y algunos de sus aliados territoriales, como En Marea y Compromís, ya reconocieron que están abiertos a aupar al líder del PSOE hasta La Moncloa, igual que Izquierda Unida-Unidad Popular. Y Ciudadanos no reniega de la abstención en segunda vuelta si con ello evita nuevas elecciones y el PNV es proclive a un cambio en el Ejecutivo. Por lo tanto, como constatan distintos dirigentes del partido, sí existe un "clima de opinión positivo", dentro y fuera de Ferraz, pero no porque objetivamente se haya avanzado en las negociaciones, que de hecho no han comenzado -más allá de conversaciones informales y de tanteo-, sino porque el resto de actores están moviéndose.

En el entorno de Sánchez insisten en que "es el tiempo de Rajoy", y que corresponde por tanto al presidente en funciones explicar qué proyecto tiene en mente y cómo piensa lograr la investidura. No lo logrará con el PSOE, como ha reiterado una y mil veces el secretario general. "No es no", le dijo gráficamente desde Murcia el pasado lunes. Este miércoles no salió palabra de su boca que aclarase el confuso escenario. Disfrutó de una agenda festiva en San Sebastián en su día grande, al ritmo de tambores y barriles.

Sin embargo, como coinciden varios miembros de la ejecutiva federal y de la dirección del grupo en el Congreso, las últimas horas se han vivido con cierto "optimismo", en un clima "positivo". Ciudadanos salió de su posición inicial y se abrió a una abstención si con ello espanta el riesgo de unos nuevos comicios, y al tiempo critió la "inacción" de Rajoy en la búsqueda de un acuerdo, pese a que su respaldo es fundamental, aunque no suficiente. La secretaria general de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, señaló que a la hora de negociar con el PSOE hay que poner por delante la "agenda social" al referéndum de autodeterminación en Cataluña, una condición que los socialistas situaron como indispensable para iniciar el diálogo. De hecho, como publica este jueves este periódico, la formación morada está dispuesta a aparcar su reivindicación del derecho a decidir para así tentar a Sánchez.

La renuncia a los cuatro grupos

Podemos, por añadidura, renunció a seguir tensando la cuerda con su pretensión de conseguir cuatro grupos en la Cámara Baja y se ahorró que la Mesa tumbara su solicitud por aplastante mayoría, lo que desde Ferraz se interpretó como un gesto de distensión. A su vez, el PSOE apoyó la petición de la formación morada de desdoblarse en dos -su grupo matriz y otro que reuniera a las confluencias- en el Senado, pero el PP, que dispone en la Cámara Alta de mayoría absoluta, enterró ese plan.

Vídeo: Alberto Garzón: “Es posible una alternativa de izquierdas y por nosotros no va a quedar”

Pero hubo ya más señales explícitas. Joan Baldoví, portavoz de Compromís, adelantó que sus cuatro diputados podrían apoyar la investidura del secretario general de los socialistas porque su apuesta por el cambio es "absolutamente firme". Las condiciones serían reformar el reglamento del Congreso, una financiación autonómica justa para los valencianos o la derogación de ciertas leyes como la Lomce o la norma laboral impuesta por el PP. No situó el referéndum entre sus prioriades. Alexandra Fernández, portavoz de En Marea, explicó por su parte a Felipe VI, en su audiencia con él en la Zarzuela, que su plataforma está dispuesta a investir a Sánchez habida cuenta del "cambio" político demandado por la ciudadanía. Alberto Garzón, de IU-Unidad Popular, también apoyó la posibilidad de un Gobierno presidido por el socialista, y se ofreció como "facilitador" entre PSOE y Podemos, ya que sería un "drama" que vuelva a gobernar la derecha.

A los gestos de distensión de C's y Podemos, se sumó el apoyo explícito a Sánchez de Compromís, En Marea e IU. ERC y DiL no dan por ahora portazo total

Las formaciones independentistas, sin embargo, no fueron tan explícitas. Joan Tardà, de ERC, garantizó que sus nueve diputados no votarán en ningún caso a Rajoy. ¿Y a Sánchez? No está decidido aún. "No hemos oído nunca al PSOE manifestar que está por el derecho a la autodeterminación de Cataluña", avisó el diputado. respondió. Francesc Homs, jefe de Democràcia i Llibertat en el Congreso, coincidió en que sus ocho representantes "de ninguna manera" respaldarán a Rajoy y dejó abierta la puerta a un apoyo a Sánchez, porque no cree "aconsejable" ir a unas nuevas elecciones".

Tanteos exploratorios

El tablero, por tanto, se ha movido en las últimas horas. Aunque no hay nada concreto. "No se hablará con ningún grupo hasta que fracase Rajoy. Hay que respetar los tiempos. Sólo cuando se constate que él no logra la confianza de la Cámara, Pedro tomará la iniciativa", repiten como un mantra desde el equipo del secretario general. Con similares términos lo expresó el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando: "Hablaremos con todo el mundo, y sobre todo, lo haremos con el para qué por delante, para qué queremos un Gobierno de progreso y de cambio con nuestro programa y nuestras propuestas". La determinación es absoluta.

Vídeo: Los socialistas ven más cerca la investidura de Sánchez, mientras siguen sumando apoyos

Hasta ahora, según advierten en el aparato, sólo ha habido conversaciones con los partidos para desembrollar lo más inmediato. Primero, la Mesa del Congreso. Luego, la configuración de los grupos, que este miércoles se cerró provisionalmente con el rechazo del registrado por los cuatro diputados de Compromís y el sorpresivo portazo a ERC-IU-Bildu dado por PP y Ciudadanos. "Ha habido tanteos, conversaciones informales, poco más", cuentan desde Ferraz. Por ejemplo, Sánchez charló con Andoni Ortuzar, presidente del PNV, como acto de "cortesía". Una llamada puramente "exploratoria" en la que no hubo ninguna oferta ni negociación concreta, según fuentes de la formación jeltzale consultadas por este periódico. No obstante, es bastante posible que los socialistas consigan el respaldo de los seis parlamentarios nacionalistas vascos. PNV y PSE se apoyan mutuamente en Euskadi y tienen buena sintonía. El lehendakari, Iñigo Urkullu, se ha mostrado a favor de un cambio en La Moncloa, de un Ejecutivo que "respete" el autogobierno y se "comprometa" con su "actualización y profundización". Pero antes de hablar con su formación, ha avisado, el PSOE tendría que cerrar un acuerdo con su principal interlocutor, Podemos.

"No hay que precipitarse", avisan desde la dirección, que desde el principio creyó posible armar un Ejecutivo "progresista y reformista"

Por tanto, aunque reine cierto ambiente de declarado "optimismo", desde la dirección se remacha que "no hay que precipitarse", que hay que ser "prudentes" porque el panorama es muy cambiante, y todo puede pegar giros bruscos en cuestión de horas. "Estamos igual en ese sentido. Sé desde el principio que armar un Gobierno de izquierdas es posible", afirma una dirigente del primer anillo de confianza del líder.

¿Qué suma es la mejor?

Sánchez viene mostrando determinación para construir un Ejecutivo "progresista y reformista", y se ve "fuerte" para intentarlo, pero no ha definido qué combinación quiere, más allá de abrir la puerta a Podemos y Ciudadanos -a los tres les une "el cambio", ha proclamado- y de advertir de que no buscará los votos de ERC y DiL.

Algunos miembros de la dirección, igual que en los territorios, sostienen que la fórmula idónea sería "implicar" a las dos formaciones emergentes, pues ello aportaría mayor estabilidad. A los barones críticos -todos los presidentes autonómicos, a excepción de la balear Francina Armengol, que apoya a Sánchez- les causa pavor que el secretario general pueda resultar investido gracias a la abstención de ERC o DiL. En el PSOE existe un "debate profundo" sobre cuál es el proyecto de futuro y cómo y con qué apoyos se llega a La Moncloa. Muchos temen que asumir el Ejecutivo con sólo 90 diputados socialistas, con el respaldo de un Podemos que busca superarle y no es un socio tan "fiable" como IU, y acatando las órdenes de Bruselas -que pide más sangre y más recortes-, puede ser una "trituradora" a medio y largo plazo. Más aún si Sánchez se convierte en presidente por la abstención de los independentistas.

Un sector del partido desaprueba que Sánchez pueda resultar investido gracias a la abstención de ERC y DiL. Ferraz señala que no puede ordenarles qué votar

El manchego Emiliano García-Page ya advirtió el martes de que una investidura no puede depender siquiera del "silencio" de aquellos que quieren romper con España. "Eso sería incumplir la resolución del comité federal del 28 de diciembre", avisa un barón de peso. Aquel texto pactado por el secretario general y los territorios señalaba que no se podía iniciar el diálogo con los que defiendan el derecho a decidir o la secesión. Los líderes autonómicos interpretan que "en el espíritu" de aquella moción se encontraba el rechazo de cualquier apoyo prestado por los soberanistas, porque sería lesivo para el PSOE e inmediatamente utilizado por el PP y Ciudadanos. Si ya causó un hondo malestar la cesión de senadores a ERC y DiL, que prosperase la investidura con su "silencio", en la terminología de Page, podría hacer estallar las costuras del partido.

El mismo Page aseguraba este miércoles en Madrid, durante su visita a Fitur, que todo pacto deberá tener "límites muy claros y muy comprensibles para la opinión pública y buscando diálogo a lo largo de toda la legislatura". "Lo que no se puede es negociar a la aventura", avisó. El extremeño Guillermo Fernández Vara, también en la feria de turismo, apuntó que la hoja de ruta ha de ser la escrita el 28 de diciembre. Susana Díaz, igualmente en Fitur, no se quiso pronunciar sobre las alianzas. En los barones también hay miedos respecto a los términos del acuerdo con Podemos, si cuaja.

La pugna interna

En el equipo del líder, sin embargo, reiteran que Sánchez no negociará con ninguna fuerza independentista, pero no puede decir a ninguna formación que no se abstenga o no le respalde. Sus críticos replican que la abstención nunca es gratis y que no se puede caer en esa "trampa". "Una investidura no es una tómbola, tú tienes que ir a ella si tienes los apoyos amarrados. Y si no los tienes, no te postulas como candidato", indica un buen conocedor del aparato del PSOE.

Una alternativa, en consecuencia, es que los barones forzaran una resolución aún más dura en el comité federal del próximo 30 de enero, que atara más en corto al secretario general. La reunión está convocada en principio para poner fecha -siquiera aproximada- al 39º Congreso, pero que inevitablemente discutirá sobre la política de pactos que, como subrayan las federaciones 'rebeldes' es la raíz de la guerra interna y no sólo el deseo de propiciar el relevo de Sánchez al frente del PSOE y de la cabecera de cartel electoral en caso de que se repitan las elecciones, un escenario nada descartado aún. En Ferraz, sin embargo, reducen las hostilidades a una pelea por el trono del PSOE encabezada por la andaluza Susana Díaz y consideran las alertas de los críticos meras "excusas" para quitarse de en medio al jefe. La fecha del 30 de enero, por cierto, está puesta en duda por algunos jefes autonómicos, que entienden que no conviene celebrarlo sin que estén despejadas más incógnitas del panorama, como la confirmación del fracaso de Rajoy. Ferraz no contempla por ahora un aplazamiento.

El PSOE quiere buscar el acercamiento con Podemos y con C's a través de las medidas concretas, y para ello está presentando distintas iniciativas en el Congreso

En consecuencia, no hay pactos cerrados con ninguna fuerza. Es más, incluso los más optimistas inciden en que las negociaciones, cuando arranquen formalmente, serán "extremadamente difíciles" por los intereses contrapuestos que casar.

Los socialistas consideran que será más fácil propiciar el acercamiento a partir de las políticas. Y ahora comienza ese momento, subrayan, una vez pasada la página, casi definitivamente, de la cuestión de "procedimiento", de la organización del Congreso, constituida la Mesa y encarrilada la configuración de los grupos, a falta de la decisión última de la próxima semana, cuando se resuelvan los recursos [lee aquí en PDF el informe de los letrados del Congreso sobre la aceptación de los grupos].

Iniciativas para empezar a funcionar

Con ese propósito de tender puentes, el PSOE registró en el Congreso el 14 de enero una batería de 17 iniciativas y ayer mismo, otras diez. Todas clasificables en dos grandes cajones: agenda social y regeneración democrática. Ahí se incluyen medidas como derogación de la Lomce, la reforma laboral, la 'ley mordaza' o el artículo 315 del Código Penal -para impedir que los sindicalistas que participen en piquetes y huelgas sean encarcelados-, la vuelta a la pluralidad en RTVE, la eliminación del voto rogado, la subida del salario mínimo, la aprobación de un ingreso mínimo vital, un acuerdo contra la violencia de género, una ley de segunda oportunidad, la reactivación de las ayudas a la dependencia, el impulso de un nuevo sistema de financiación autonómica, el cierre progresivo de las cenrales nucleares o la recuperación del subsidio para parados mayores de 52 años. A estas dos tandas de medidas se sumarán este jueves otras más, relativas a la ampliación de los derechos de las mujeres.

Guiños claros a Podemos y Ciudadanos, para que se perciba que ahí se pueden encontrar con el PSOE. Las tres formaciones comparten la premisa de que el Congreso se debe poner a funcionar ya, de forma que se constituyan las comisiones lo antes posible y se empiecen a tramitar las iniciativas. La Cámara Baja, dijo este miércoles el portavoz socialista, Antonio Hernando, "no está en funciones", como el Gobierno, sino "a pleno rendimiento". A su pretensión ayuda un informe de los letrados del Congreso [consúltalo aquí en PDF], que considera que el Legislativo puede actuar pese a que no se haya producido la investidura de un nuevo presidente.

¿Y si el Rey no propusiese a Rajoy como primer candidato a la investidura?

Durante toda la jornada del miércoles, corrió la impresión, confirmada por algunos cargos del PP, de que quizá a Mariano Rajoy no le convenga someterse a la votación de investidura para perderla en la primera semana de febrero, cuando se calculaba que podría producirse el debate en el Congreso.

En la dirección del PSOE señalan que esa especulación es una "cortina de humo", y repiten que el presidente del Gobierno en funciones debería explicar qué contactos está haciendo y qué apoyos está recabando, porque es su obligación como líder de la fuerza más votada el 20-D. Distintos cargos consultados por este periódico subrayan que lo previsible es que el Rey, cuando finalice su ronda de entrevistas con los partidos este viernes, proponga al socialista Patxi López, presidente del Congreso, la candidatura del jefe del PP. Siquiera para mantener la "normalidad institucional" en un tiempo nuevo y muy confuso.

Sin embargo, otras fuentes del PSOE señalan que las audiencias del monarca no pueden ser un puro trámite administrativo, y que están diseñadas, según la Constitución, para sondear los respaldos con los que cuenta cada candidato. De modo que podría postular a Pedro Sánchez primero si cree que puede disponer de más apoyos.

[¿Qué partidos deberían pactar para formar Gobierno?]

El viento sopla más a favor de los socialistas. Y ellos lo saben. Son conscientes, al menos en la sede federal, en Ferraz, de que las cosas se han puesto de su lado de cara a la investidura de Pedro Sánchez, porque cada día se evidencia más que Mariano Rajoy está aislado y no logrará la reelección y porque en las últimas horas se han ido sorteando ciertos obstáculos: Podemos desistió de presentar su solicitud de cuatro grupos parlamentarios y algunos de sus aliados territoriales, como En Marea y Compromís, ya reconocieron que están abiertos a aupar al líder del PSOE hasta La Moncloa, igual que Izquierda Unida-Unidad Popular. Y Ciudadanos no reniega de la abstención en segunda vuelta si con ello evita nuevas elecciones y el PNV es proclive a un cambio en el Ejecutivo. Por lo tanto, como constatan distintos dirigentes del partido, sí existe un "clima de opinión positivo", dentro y fuera de Ferraz, pero no porque objetivamente se haya avanzado en las negociaciones, que de hecho no han comenzado -más allá de conversaciones informales y de tanteo-, sino porque el resto de actores están moviéndose.

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