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Los barones no responden al desafío de Ferraz y dan una tregua corta a Sánchez
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LA CRISIS DE LOS SOCIALISTAS TRAS EL 20-D

Los barones no responden al desafío de Ferraz y dan una tregua corta a Sánchez

Las principales federaciones evitan crispar más el ambiente y dan margen al líder para que convoque el comité federal en enero. Si no lo hace, lo forzarán. Ferraz entiende que "se acobardan"

Foto: Pedro Sánchez con su ejecutiva, en la última reunión del comité federal, este 28 de diciembre en Ferraz. (EFE)
Pedro Sánchez con su ejecutiva, en la última reunión del comité federal, este 28 de diciembre en Ferraz. (EFE)

Tregua corta. De semanas. Pero nada de alto el fuego ni de firmar la paz. El enfrentamiento entre Ferraz y los principales barones del PSOE sigue en pie y sin ánimo de menguar. Sí se evitará avivar las brasas en las próximas semanas, a fin de que la dirección federal "recapacite, entre en razón" y convoque el congreso federal entre finales de marzo y principios de abril, y siempre antes de unas hipotéticas nuevas elecciones generales. Si eso no sucede, los barones sí están dispuestos a reemprender la batalla y desafiar abiertamente a Pedro Sánchez. El equipo del secretario general interpreta la maniobra de distensión de los líderes autonómicos como una marcha atrás obligada porque "no les dan los números" ni "tienen ejército" para lograr tumbar al secretario general.

La tormenta, pues, no ha pasado. Pero ahora toca, según creen los barones, replegar velas para no "romper el partido" y conducirlo a una dantesca guerra civil. Tomar un respiro pese a las "provocaciones constantes" de Ferraz. La última, las palabras de César Luena, el secretario de Organización, este martes. Subrayó que la dirección no recula, que mantiene su hoja de ruta: convocará al comité federal -máximo órgano de poder- "en unas semanas", sin precisar fecha, y este a su vez convocará el congreso ordinario "en primavera", en los "próximos meses", con un "mínimo aplazamiento", puesto que debería celebrarse a los cuatro años máximo del anterior, que tuvo lugar en Sevilla a principios de febrero.

"El congreso será cuando los intereses generales de España así lo aconsejen. Dije orientativamente en primavera y no ha cambiado nada. Los plazos de la dirección siguen siendo los mismos", contestó Luena tras una batería de preguntas de los periodistas. Ferraz, pues, desoía la petición de las federaciones más poderosas -Andalucía, Castilla-La Mancha, Asturias, Valencia, Aragón y, con matices, Extremadura- de organizar el congreso "cuando toca". O sea, hacia principios de marzo, puesto que el cónclave ha de convocarse, según marcan los estatutos del PSOE, con 60 días de antelación. Luena arguyó que la posición de Sánchez converge con el "sentir mayoritario de los órganos intermedios del partido". Con ello quería deslizar que los barones no tienen cohesionadas sus federaciones y su voz no conecta con lo expresado por los mandos provinciales y locales, que sí respaldarían, a su juicio, la estrategia de Sánchez. Otro desafío que molestó a muchos dirigentes, como probaba un tuit de la líder provincial de Sevilla, Verónica Pérez, mano derecha de Susana Díaz.

Contra el "blindaje"

El forcejeo sobre las fechas no es gratuito, pues lo que subyace es una pelea por el liderazgo del PSOE, aunque no solo, y lo que los barones intentan es impedir que el partido acuda a unas hipotéticas nuevas elecciones -creen que los resultados del 20-D abocan a ellas porque componer mayorías se antoja imposible- con Sánchez como candidato y como secretario general. Le acusan, directamente, de querer "blindarse" en el trono de Ferraz. El secretario general, en el cierre del comité federal del lunes, les reprochó que antepongan sus intereses a los del país.

Para poder forzar la convocatoria de un comité federal que a su vez fije la fecha del congreso ordinario, los barones críticos -todos los presidentes autonómicos, a excepción de la balear Francina Armengol- necesitarían recabar la firma de un tercio de los más de 250 miembros del máximo órgano de poder. Por ahora, no lo van a hacer, según confirmaron a este periódico las cúpulas de Andalucía, Extremadura, Asturias, Valencia y Castilla-La Mancha.

Las federaciones esperarán unas semanas para que Sánchez “reaccione“, pero si no cede, recogerán firmas para que se celebre el comité federal en enero

La estrategia consensuada por los principales líderes autonómicos pasa por dejar pasar unas semanas para que la dirección de Sánchez "reaccione" y compruebe que el clamor a favor de un congreso lo antes posible es real y no una operación montada por ellos. Nada de agitar el avispero. La orden es no responder a las "provocaciones" de Ferraz. Se agarran a que los estatutos señalan que para aplazar el cónclave debe aprobarlo el comité federal, por lo que este ha de celebrarse necesariamente para discutir sobre la fecha. ¿Qué margen se concede a Sánchez para que 'recapacite'? Previsiblemente, hasta después del 13 de enero, cuando se constituyan las Cortes y se despeje la primera incógnita -la composición de las Mesas de Congreso y Senado y el arranque de las consultas del Rey a los grupos para la investidura del presidente del Gobierno-, no se moverán fichas clave del tablero.

Fecha límite, 30 de enero

La fecha límite que ponen ahora las federaciones para celebrar el comité federal, según todas las fuentes consultadas -todas de dirigentes del máximo nivel territorial-, es el 30 de enero. Los comités han de convocarse con 20 días de antelación, si son ordinarios, y con cinco días, si son extraordinarios. Si Ferraz no cita al máximo órgano de dirección a lo largo del próximo mes, los barones están decididos a forzar ellos la convocatoria recogiendo firmas. Un hecho insólito en la cultura del PSOE que sería entendido como una desautorización clara al secretario general, ya que el procedimiento habitual es que sea la ejecutiva -el equipo de trabajo del líder- la que ponga fecha a cada reunión del comité federal. Ello crisparía el ambiente hasta el extremo, por eso quieren evitar ese escenario perverso confiando en que el secretario general salga de su "enrocamiento".

Ximo Puig ve “razonable“ celebrar el cónclave en primavera, sin “quemar etapas antes de tiempo“, aunque precisa que marzo también es primavera

Teniendo en cuenta que ya se descarta la fecha inicial del 9 de enero, por precipitada, las federaciones manejan tres sábados posibles: el 16, el 23 o el 30 de enero. Ello llevaría a que el congreso se celebrara a finales de marzo -aunque el 25 es Viernes Santo- o principios de abril. Técnicamente, ya en primavera, aunque Luena siempre sostuvo que Ferraz no quería cónclave hasta concluida la elección del nuevo presidente del Gobierno, con lo que cabría celebrarlo después de unos segundos comicios. Justo lo que no quieren los territorios. Estos calculan que la primera sesión de investidura se producirá a finales de enero o principios de febrero. La Constitución obliga a disolver las Cortes si a los dos meses de esa primera sesión no hay nuevo Ejecutivo. En este caso, a últimos de marzo o principios de abril. A los 54 días, las generales repetidas, sobre finales de mayo o principios de junio.

El 'president' valenciano, Ximo Puig, reflejó públicamente ese cambio de tercio de los barones. En declaraciones a Europa Press, dijo ver "razonable" que el 39º Congreso del PSOE se celebre en primavera, porque no hay que "quemar etapas antes de tiempo". Señaló que es preferible esperar a la constitución de la Mesa de la Cámara Baja. "Hay que ver cómo se avanza y luego hablamos". Si el cónclave se hace en febrero, marzo o abril es "indiferente" porque se trata de ser "útiles a la sociedad" y buscar una solución "lo más potente" para el partido. "Se buscará la mejor fecha posible para el PSOE y con acuerdo de todos", sentencia a su vez el jefe del Ejecutivo manchego, Emiliano García-Page. El extremeño Guillermo Fernández Vara agregó que no tendría sentido recoger avales para el congreso y debatir la investidura de Rajoy.

Varios barones piden un congreso federal para renovar la dirección del PSOE

"No romper el partido"

Pilar Alegría, número dos del presidente aragonés, Javier Lambán, aseguró que su federación "ni se ha planteado" recoger firmas, pero advirtió de que tiene que haber congreso porque así lo dicen los estatutos y de que la fecha debe decidirse "siempre" en el comité federal, y no por la ejecutiva. Alegría añadió una coda nada casual: trasladó el respaldo de la dirección regional al secretario general del PSOE y a "todos sus líderes federales", para evidenciar que no cabe el choque con los barones y salir en defensa tanto de Susana Díaz como de Javier Fernández -por los que Lambán sacó la cara en Twitter-, que para Ferraz son el ariete contra Sánchez.

Los territorios alegan que ir a un congreso ya “no es un capricho“ ni un “golpe de Estado“ contra el líder, porque el PSOE necesita “un viraje“ tras el 20-D

El plante de los barones continúa, aunque se escenifique un gesto de distensión para "no romper el partido" en dos. "Habrá comité federal en enero, con toda seguridad", indican todos los dirigentes territoriales consultados, que reiteran que disponen de una mayoría orgánica holgada, al reunir a las federaciones más grandes. "Pero vamos a darles algunas semanas de margen. Sería tremendo que la ejecutiva se situara en rebeldía con los propios estatutos, que dicen lo que dicen, que si hay aplazamiento hay que aprobarlo vía comité federal y se ha de justificar. Además, el proceso interno y el institucional son perfectamente compatibles", indican desde el entorno del presidente asturiano, Javier Fernández.

Las cúpulas regionales subrayan que su pretensión de que se celebre el congreso pronto, antes de unos nuevos comicios, "no es un capricho" ni un "golpe de Estado" perpetrado contra Sánchez. "Los líderes tienen que liderar, ir dos pasos por delante, no ser palmeros. Y ahora estamos en un viraje importante y necesario para el PSOE. Pedro no tiene el turbo que necesitamos para fortalecernos, y los territorios también necesitamos un PSOE fuerte. No podemos caer en la irrelevancia", explican en el círculo de Puig. En Valencia y en las demás federaciones fuertes se subraya que se trata de que "los militantes voten", pues son ellos los que, vía primarias internas, elegirán a su líder. O Sánchez, que ha dicho que competirá de nuevo, o su previsible rival, Susana Díaz, aunque ella no ha dado el paso. "No queremos mesas camillas", defienden.

Las direcciones autonómicas también sacan la cara por Díaz, igual que, lógicamente, su federación, la más poderosa de todo el PSOE. Argumentan que ella, en caso de enfrentarse a Sánchez, ganar el congreso y fracasar en unas nuevas elecciones -porque el partido seguiría débil-, "es la que más se arriesga", ya que si optara a La Moncloa tendría que abandonar la Junta de Andalucía. "Y lo hace por su partido, cuando ella disfruta de estabilidad en su Gobierno", gracias al apoyo externo que le presta Ciudadanos, explican en el PSOE-A. Como prueba de que no se persiguen ambiciones personales, recuerdan que Javier Fernández tiene 67 años y anunció ya que no repetiría como candidato a la Presidencia del Principado. "Decir que busca contentar intereses personales es ofensivo", abundan en su entorno, muy molestos con la actitud de Sánchez.

En los territorios se admite cierta inquietud por la "desorientación" de las bases, que cale la idea de que los jefes autonómicos buscan derribar al líder. Él mismo siempre se reivindica como el primer secretario general del PSOE elegido por la militancia. "Se olvida de quién le puso donde está", coinciden varios dirigentes, aludiendo a la movilización de los aparatos regionales en su favor cuando se enfrentó a Eduardo Madina en las primarias internas de 2014. "Él no entiende que se trata de una apuesta por el futuro vital del PSOE, que estamos en la UVI", observa un responsable de Organización, que deplora que la cúpula federal "haya cerrado todas las puertas de comunicación" con las federaciones.

"Se les rompían sus federaciones"

Ferraz tiene otra lectura de lo sucedido. "Los barones se han acobardado, no tienen las firmas necesarias. Ya lo intentaron durante el comité federal y no pudieron, por eso no tumbaron a Pedro", indican desde el equipo de Sánchez. Su núcleo duro explica que los líderes autonómicos "se han rajado" porque se dieron cuenta de que "se les rompían sus federaciones en directo". Pone por ejemplo que tras Alfred Boix, mano derecha de Ximo Puig, subió a la tribuna José Luis Ábalos, secretario provincial en Valencia, que apoyó las tesis de Sánchez. "A ninguno le interesa que se vea negro sobre blanco quiénes les respaldan y quiénes no, que se perciba que no controlan su federación".

Ferraz acusa a los barones de “amagar y no dar“, de “rajarse“ en su ofensiva contra Sánchez al comprobar que sus territorios no están tan cohesionados

Los colaboradores del secretario general aluden al aviso lanzado repetidamente por Luena: tras el congreso federal siguen los cónclaves autonómicos, y en ellos las cabezas de los barones están en el aire si no tienen amarrados sus apoyos. "Y Ximo, por ejemplo, puede perder, y entonces Mónica Oltra [su socia de Compromís] se lo come y podría perder la Generalitat. Así que ya que no piensan en España y en el PSOE, sí que piensan en sí mismos".

El círculo de Sánchez acusa a los principales barones de "amagar y no dar", caso de Díaz, que "no tiene indios". O sea, un ejército de fieles nutrido como para apuñalar al líder en el comité federal. Les reprochan que hayan montado "un espectáculo vergonzante" ante la opinión pública "para llegar a la misma conclusión que Pedro, que hay que celebrar el congreso en primavera", con un "mínimo aplazamiento". "Como sucedió en Asturias en 2012, por el anticipo de las autonómicas y el conflicto de la minoría", denuncian. En Ferraz no dan más detalles, no obstante, de cuándo se celebrará el comité federal. "En unas semanas, como dijo Luena en rueda de prensa", apostillan. Advierten de que en caso de que hubiera nuevas elecciones, habría de elegirse al candidato vía primarias abiertas a los simpatizantes -sin que suponga un relevo de la dirección-, porque así lo dicen las normas internas.

La investidura, telón de fondo

El núcleo de confianza del líder insiste en que los barones de mayor peso no tienen prietas las filas. "Asturias o Valencia están divididas, y por eso Ximo y Javier se fueron antes del comité, a apagar sus incendios internos", hecho que niegan en el círculo de ambos presidentes. En las cúpulas regionales se acusa a Ferraz de "alimentar a las oposiciones internas" de los territorios 'rebeldes', una operación "fea" por cuanto supone desestabilizar a quienes son además presidentes autonómicos y referentes institucionales del PSOE. "Si tan seguros están respecto a Susana, que le planten cara. Juegan a intoxicar y van a conseguir lo contrario. Tranquilidad es lo que queremos y lo que nos piden los nuestros. Quieren que saltemos, pero no lo vamos a hacer para no dar más espectáculo pero con la seguridad de que tendremos comité federal", resume gráficamente una dirigente muy cercana Vara. Puig, para contrarrestar el mensaje de Ferraz, recordó en Twitter que en marzo comienza la primavera, y que por tanto no comparte la idea de estirar los tiempos.

De fondo también discurre la cuestión de la investidura. En el equipo del líder están convencidos de que Podemos está aflojando la cuerda respecto a su condición de que se celebre un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Si Pablo Iglesias renunciara, los socialistas podrían sentarse a negociar con él, pues se cumpliría la "condición indispensable" pactada con los barones y plasmada en la resolución aprobada casi por unanimidad en el comité federal del lunes. En caso de que Sánchez atrajera a la formación morada y a IU, tendría que agenciarse la abstención o de Ciudadanos o de varias formaciones nacionalistas, como ERC y PNV. "Hay que tener paciencia. Susana tardó 80 días en lograr la investidura, y al final lo hizo de la mano de la extrema derecha [Ciudadanos]. De momento, dejemos a Mariano Rajoy intentar formar Gobierno. Ese es el primer paso", disparan desde Ferraz. La partida de mus continúa.

[¿Qué partidos deberían pactar para formar Gobierno?]

Tregua corta. De semanas. Pero nada de alto el fuego ni de firmar la paz. El enfrentamiento entre Ferraz y los principales barones del PSOE sigue en pie y sin ánimo de menguar. Sí se evitará avivar las brasas en las próximas semanas, a fin de que la dirección federal "recapacite, entre en razón" y convoque el congreso federal entre finales de marzo y principios de abril, y siempre antes de unas hipotéticas nuevas elecciones generales. Si eso no sucede, los barones sí están dispuestos a reemprender la batalla y desafiar abiertamente a Pedro Sánchez. El equipo del secretario general interpreta la maniobra de distensión de los líderes autonómicos como una marcha atrás obligada porque "no les dan los números" ni "tienen ejército" para lograr tumbar al secretario general.

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