Los líderes emergentes y la operación Soraya, grandes estrellas del acto de la Constitución

Los políticos emergentes no decepcionaron y fueron una vez más grandes protagonistas de un acto institucional. El que este 6 de diciembre se celebraba en el Congreso de los Diputados fue de especial relevancia, al tratarse de la conmemoración del aniversario de la Constitución pero, sobre todo, porque estando en plena campaña electoral cada gesto es un detalle a tener en cuenta de cara al próximo 20 de diciembre.

La alfombra roja esperaba con impaciencia el desfile de las nuevas estrellas de la política española, y el primero en aparecer fue Pablo Iglesias. Lo acompañaban su número dos, Íñigo Errejón, que, como el líder, apareció en camisa y sin corbata y, junto a ellos, Carolina Bescansa y el ex JEMAD José Julio Rodríguez -enfundado en un traje-, que fue el encargado de arropar a Iglesias ante las decenas de periodistas. El secretario general de Podemos se mostró satisfecho con la conmemoración de la Carta Magna, "un pacto al que llegaron nuestros abuelos", aunque aprovechó para recordar que en estos momentos se va a producir "una nueva transición" (en algo está de acuerdo con Albert Rivera), asegurando en clave de mitin -porque estamos en campaña- que el gran cambio en el país lo produjo el 15-M hace unos años, y advirtiendo a los votantes: "Podemos es el partido que mejor plasma todos los ingredientes de aquel movimiento".

Tras su declaración de intenciones, no dudó en sacar a colación uno de los grandes temas de la jornada: la denominada 'operación Menina', y lanzó un recado a Albert Rivera, que aparecería minutos después: "Habrá que preguntarle si haría presidenta a Soraya Saénz de Santamaría", sugirió, insistiendo en la "imposibilidad" de apoyar un futuro Gobierno liderado por Ciudadanos: "Es inviable que respaldemos un partido con un programa económico tan parecido al del PP". No hubo más alusiones a futuros pactos excepto para lanzar una pulla a Pedro Sánchez al afirmar que "cada vez más socialistas votan a Podemos".

Albert Rivera compareció el último de los candidatos, solo por delante de Mariano Rajoy, y prefirió esperar en un aparte para evitar encontrarse con Pedro Sánchez antes de tiempo. Un detalle comprensible teniendo en cuenta el 'enfado' del emergente, que 'pasó' de pronunciarse sobre la 'operación Menina' y quiso referirse a la bautizada 'operación salvar al soldado Sánchez', en lo que considera "un pacto del bipartidismo para mantener al PP y PSOE como fuerzas principales teniendo a Ciudadanos en el centro de la diana". Rivera no dudó en arremeter contra Rajoy y Sánchez cuando afirmó que "los nervios se han apoderado de la vieja política y no soportan la idea de que Ciudadanos pueda gobernar".

El líder naranja, acompañado por los 'pesos pesados' de su partido y sus grandes representantes en Madrid, Ignacio Aguado y Begoña Villacís, quiso hacer hincapié en la "legislatura tan importante y fundamental" que comenzará en pocas semanas, en la que su partido tendrá mucho que decir "en el Gobierno o en la oposición". Evitó a Pedro Sánchez a su llegada pero tuvo que pasar por delante de Soraya cuando se dirigía al interior del Hemiciclo, y hubo sonrisas, dos besos y un "feliz día de la Constitución" mutuo.

Tras la declaración institucional del presidente del Congreso, Jesús Posada, comenzaron los saludos y los corrillos. Mariano Rajoy y Pablo Iglesias se encontraron y compartieron unas palabras en un clima de cordialidad... que rozó incluso lo amable. "Vais bien en las encuestas, Pablo" dijo el jefe del PP. El líder de Podemos se interesó por la aparición de Rajoy anoche en La Sexta y el presidente confesó "que hubo preguntas difíciles". Y quienes compartieron un rato de tertulia fueron el propio Posada con Errejón. También hubo un saludo simpático entre los líderes emergentes... pero Iglesias y Sánchez no llegaron a darse la mano.

Albert Rivera, desde la centralidad política, saludó a sus tres rivales. El saludo a Pedro Sánchez, que no terminaba de llegar, se gestó gracias al acercamiento del líder de Ciudadanos y consistió únicamente en un frío apretón de manos que sorprendió a más de uno. Después, el barcelonés "volvió a criticar la intención del bipartidismo" para mantenerse como primera y segunda fuerza y poner trabas a su partido. Rivera quiso despejar dudas: "No apoyaré al PP. Intentaré formar gobierno yo". El acto recuperó sin duda la 'vidilla' que ha perdido en anteriores ediciones con invitados de todos los colores. Rivera e Iglesias, a pesar de ser los grandes protagonistas, se fueron con prisa para acudir a sendos actos previstos en la campaña. Faltan dos semanas para el 20-D y hay mucho indeciso.