Iglesias arranca en Villaralbo, el pueblo de IU donde es declarado 'persona non grata'
Podemos ha elegido dar el pistoletazo de salida a su campaña en la pequeña localidad de Villaralbo para reconciliarse con el mundo rural, pero la corporación dará la espalda al candidato
Sorpresa, desconcierto y poco entusiasmo en el Ayuntamiento de Villaralbo tras enterarse de que Podemos había elegido este pueblo zamorano de apenas 2.000 habitantes, gobernado por Izquierda Unida, para dar el pistoletazo de salida a su campaña con la tradicional pegada de carteles. Un gesto inédito entre las grandes formaciones, que habitualmente arrancan sus campañas electorales en Madrid o, en menor medida, en otras grandes capitales de provincia.
La alcaldesa, Ana Belén González, ni siquiera tiene previsto verse con Pablo Iglesias o su equipo. Entre otras cosas porque también estará en campaña con su partido, Unidad Popular-IU, de quien será la cabeza de lista al Senado por Zamora. Mientras Pablo Iglesias tome la plaza de su pueblo para inundarla de carteles con su cara, ella hará lo propio en la capital, colocando carteles con el rostro de Alberto Garzón.
“Yo no iré a buscarlo, si coincidimos, pues lógicamente hablaremos, pero no creo porque tengo compromisos este jueves”, explica González, alcaldesa del único municipio de la provincia, junto a la capital, en el que gobierna Izquierda Unida gracias a sendas coaliciones con los socialistas. Profesora universitaria y política no profesional, que al igual que el resto de sus compañeros compagina el trabajo con sus responsabilidades institucionales, dice haberse enterado del desembarco de Podemos en Villaralbo por la prensa. El mismo día del anuncio, habló con los responsables en Zamora del partido y este lunes con un miembro del equipo de logística "por si querían poner un atril o algo porque no hace falta ningún tipo de licencia". Eso fue todo.
Nunca ha hablado con el candidato de Podemos ni se le ve demasiado interés, más bien lo contrario. Acusa a la formación emergente de haber roto las negociaciones sobre la confluencia de la izquierda, y sobre el posible entendimiento poselectoral entre Unidad Popular-IU y Podemos, responde con un cauteloso “ya se verá”.
Para Podemos, la elección de esta pequeña localidad zamorana gobernada por IU tiene dos causas principales. La primera, explican los responsables de campaña, tiene que ver con que el mundo rural también es esencial para el cambio: “El proyecto de país que Podemos quiere poner en marcha no se gesta únicamente en las ciudades”. La segunda, porque el padre de Pablo Iglesias, Javier Iglesias, vive en la ciudad y el candidato “aprovechará para saludarlo”. Javier Iglesias, que forma parte de la ejecutiva del partido en Zamora, también estará presente en los actos de Podemos junto a otros dirigentes locales del partido.
La familia también entrará en campaña. No es la primera vez: en la de las autonómicas, Javier Iglesias ya se subió al escenario en un mitin celebrado en Zamora, previo efusivo abrazo con su hijo, y entonces le dedicó unos versos del poeta zamorano Agustín García Calvo, que hacían referencia al fracaso, a modo de presentación.
Sin opciones en Zamora
En la circunscripción de Zamora se juegan tres escaños, y según las encuestas, Podemos no tiene ninguna posibilidad de hacerse con alguno de ellos. A pesar de todo, los estrategas del partido esperan rentabilizar el acto con una imagen de acercamiento al mundo rural, su principal talón de Aquiles junto a la población mayor de 65 años, según el CIS, así como trasladar la emotividad de un acto donde el candidato estará arropado por su orgulloso padre.
La alcaldesa tampoco niega que el aterrizaje de Podemos y la caravana mediática que acompañará al partido tiene su punto positivo. “Evidentemente, la proyección a nivel nacional siempre es positiva para el pueblo, sobre todo por la visibilidad”, reconoce. La curiosidad ya cunde entre la envejecida población del municipio, que en la última década ha pasado de los 1.700 a los casi 2.000 habitantes, según el INE, principalmente por su cercanía a la capital.
En las europeas, Podemos recibió 87 votos en Villaralbo y en las autonómicas los aumentó hasta los 155, aunque todavía insuficientes para llenar de simpatizantes locales la plaza del pueblo. Podemos confía en la tendencia ascendente y quiere convertir a esta localidad en el ejemplo.
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Sorpresa, desconcierto y poco entusiasmo en el Ayuntamiento de Villaralbo tras enterarse de que Podemos había elegido este pueblo zamorano de apenas 2.000 habitantes, gobernado por Izquierda Unida, para dar el pistoletazo de salida a su campaña con la tradicional pegada de carteles. Un gesto inédito entre las grandes formaciones, que habitualmente arrancan sus campañas electorales en Madrid o, en menor medida, en otras grandes capitales de provincia.