Quién es quién en el nuevo Podemos: el 'clan de Somosaguas' pierde peso ante los fichajes

Los candidatos independientes coparán una buena parte de los primeros puestos en las listas de Podemos. A la primera oleada de fichajes, iniciada meses después de las elecciones europeas, en su mayoría con vistas a rellenar las listas de las elecciones autonómicas, se suma ahora una segunda hornada de incorporaciones de cara al 20-D, primando lo cualitativo a lo cuantitativo. El ex jefe de Estado Mayor de la Defensa con Zapatero José Julio Rodríguez se suma a otros fichajes estrella, como el de Juan Pablo Wert, hermano del exministro de Educación, Cultura y Deportes José Ignacio Wert, el de la magistrada y portavoz de Jueces por la Democracia, Victoria Rosell, el del jurista de cabecera del PSOE Javier Pérez Royo o el del físico Pedro Arrojo.

La transversalidad ideológica de la que hace gala la formación morada tendrá en la configuración de las listas uno de sus máximos exponentes. Apelando a las mayorías sociales, y convirtiendo en realidad el lema de que "en Podemos cabe todo el mundo, sin importar el carné que hayan tenido antes", la dirección del partido busca desprenderse de las etiquetas más dañinas que les colocaron sus adversarios políticos: el partido de los profesores universitarios, la formación antisistema o, desde una óptica más paternalista, una llamada de atención de los indignados pero sin capacidad para gestionar ni gobernar. Si bien el núcleo duro, el formado por los dirigentes que acompañan a Pablo Iglesias en los primeros puestos de la lista por Madrid, sigue perteneciendo al 'clan de Somosaguas', los ministrables son ajenos a este.

El golpe de efecto propiciado por el sonado fichaje del exJEMAD de Zapatero todavía resuena entre los 'spin doctor' del resto de partidos. La dificultad para tachar a Podemos de 'antisistema' es mayor, neutralizando una buena parte del argumentario clásico contra la formación emergente, el caparazón constitucionalista los protege de los golpes más duros al mismo tiempo que aumenta su credibilidad como partido con opciones de gobierno.

Expertos en Derecho Constitucional, una magistrada, un exportavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), una exconsejera en el Gobierno de Castilla-La Mancha presidido por el socialista José María Barreda o el que fuera presidente de las Cortes de Castilla y León con CDS (1987-1991), Carlos Sánchez Reyes, afiliado a Podemos en Palencia. "Para que luego nos llamen perroflautas", ironizaba tras el fichaje de Rodríguez un miembro de la dirección. Y entonces no se había anunciado aún el fichaje del consejero áulico de Felipe González y Manuel Chaves, que irá de número tres por Sevilla, el prestigioso catedrático Pérez Royo.

Las nuevas caras de Podemos conforman una plantilla heterogénea y solvente con dos objetivos, tanto a corto como a largo plazo. Por un lado, tienen el reto de hacer realidad la “remontada” a la que apela el número dos del partido y jefe de campaña, Íñigo Errejón. Por el otro, representar la “responsabilidad de Estado”, según el concepto aludido por Pablo Iglesias, durante un ciclo largo en el que el debate sobre la reforma de la Constitución será inevitable, gane quien gane las elecciones. En un Parlamento con cuatro grandes fuerzas, pese al favoritismo en escaños de la actual ley electoral al dañado bipartidismo, los estrategas de Podemos entienden que en las dos próximas legislaturas se llevará a cabo un proceso constituyente para el que quieren estar preparados con los mejores.

Las alianzas territoriales y estatales con otras fuerzas de izquierda, pese al divorcio anunciado con la Izquierda Unida de Alberto Garzón, caminan en esta dirección. Aglutinar frentes amplios en el Congreso de los Diputados con partidos de ámbito territorial (como Anova y las mareas en Galicia, Compromís, incluido el Bloc Nacionalista Valencià, en la Comunidad de Valencia, o ICV y la Barcelona en Comú de Ada Colau) será trascendental a la hora de contar con una posición de fuerza en el debate sobre la cuestión territorial. A nivel estatal, también destaca la alianza con Equo, liderada por Juan López de Uralde, que irá como número uno por Álava. El partido ecosocialista, en las elecciones europeas, logró sumar cerca de 300.000 votos dentro de la coalición Primavera Europea.

La estrategia final de Podemos para recuperar posiciones en la parrilla de salida del 20-D se ha topado sin embargo con ciertas resistencias internas. El férreo centralismo en el partido y la nula capacidad de las direcciones regionales para configurar las listas han provocado no pocos enfrentamientos y dimisiones de líderes territoriales. La última ha sido protagonizada por la dirección en Euskadi, con el secretario general Roberto Uriarte a la cabeza, este mismo fin de semana, que ha dimitido por discrepancias con Madrid en la elaboración de las listas. Semanas antes, había dejado su cargo la secretaria general en Cataluña, Gemma Ubasart.

En Andalucía, el pulso abierto entre la secretaria general, Teresa Rodríguez, y la dirección estatal tiene también la elección de los cabezas de lista para las elecciones como protagonista. La cúpula ha apostado por arrinconar cualquier atisbo de radicalidad en sus filas, y los candidatos del Sindicato Andaluz de Trabajadores, arropados por Rodríguez y con derecho a encabezar la lista por Jaén y Almería, Andrés Bódalo y Gaspar Cañizares, respectivamente, están en el punto de mira. El nuevo Podemos no quiere dejar flecos sin cerrar.