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Caras nuevas en escenarios viejos
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Análisis de cara al 20-D

Caras nuevas en escenarios viejos

En el teatro político las nuevas caras de Podemos y Ciudadanos acceden al viejo escenario para actuar a coro con los anteriores protagonistas, no para sustituirlos

Foto: Albert Rivera y Pablo Iglesias. (Ilustración: Raúl Arias)
Albert Rivera y Pablo Iglesias. (Ilustración: Raúl Arias)

“Que todo cambie para que todo siga igual”, Giuseppe Tomasi di Lampedusa

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La irrupción de Ciudadanos y Podemos como fuerzas relevantes está teniendo una historia aparentemente convulsa, pero en realidad soportada en una estructura muy estable de posicionamiento político de los votantes, que apunta a la reedición de la victoria de los partidos situados en el centro y centro derecha. Como en la novela de Lampedusa, el mapa político está cambiando en la superficie para en el fondo seguir estando igual.

Hace poco más de un año, en las Elecciones al Parlamento Europeo celebradas en mayo, Podemos resultó la cuarta opción más votada, con un 8% de los sufragios; Ciudadanos la octava, con un 3%. Pocos meses después se constataba una espectacular subida de Podemos. En noviembre de 2014, según los datos aportados por la encuesta de Instituto DYM para El Confidencial, Podemos disputaba el primer lugar al PP, con un 26% de voto estimado, mientras que Ciudadanos se quedaba en un 6%. A día de hoy, octubre de 2015, las trayectorias se han cruzado. La estimación de voto a Podemos cae hasta el 14% y la de Ciudadanos sube hasta el 20%.

Los nuevos partidos compartirán con los tradicionales el espacio que estos ocupaban sin alterar la vigente correlación de fuerzas entre la izquierda y la derecha

A la vista de tales vaivenes, cabría pensar que los españoles han estado cambiando durante los últimos meses sus convicciones políticas. Pero no ha sido ha así. Lo que ha variado es la movilización de los distintos bloques ideológicos y las transferencias de voto dentro de estos bloques. Lo que previsiblemente sucederá es que los nuevos partidos compartirán con los tradicionales el espacio que estos ocupaban sin alterar la vigente correlación de fuerzas entre los situados más a la izquierda y los situados más a la derecha.

Para analizar las tendencias actuales del electorado puede asumirse que los votantes movilizados son aquellos que tienen decidido su voto y lo declaran en la encuesta. En la siguiente tabla se observa, por una parte, que desde hace una año se han desmovilizado los votantes que se auto-posicionan en la Izquierda o el centro izquierda, lo que ha debilitado a Podemos. Y por otra, que se han movilizado los votantes que se auto-posicionan en el centro o centro derecha, lo que ha fortalecido a Ciudadanos.

El cambio en las pautas de movilización ha repercutido de distinta manera en PP y PSOE. Desde el año pasado la proporción de votantes del PSOE en 2011 que optan por Podemos se ha reducido, y ha aumentado la proporción de votantes del PP en 2011 que optan por Ciudadanos. Lo que permanece invariable es la nula transferencia de voto desde el PP al PSOE o desde el PSOE al PP. El resultado perfila una estructura de dos bloques de electores prácticamente estancos entre sí. El porcentaje de voto que obtuvo el PP en 2011 (45%) es aproximadamente el mismo que el que según la estimación de Instituto DYM obtendría ahora la suma de PP y Ciudadanos (47%) y el que obtuvo el PSOE (29%) es aproximadamente el mismo que el que obtendría ahora la suma de PSOE y Podemos (32%). En el teatro político las nuevas caras de Podemos y Ciudadanos acceden al viejo escenario para actuar a coro con los anteriores protagonistas, no para sustituirlos.

“Que todo cambie para que todo siga igual”, Giuseppe Tomasi di Lampedusa

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