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El PSOE se conjura sin fisuras frente a Rajoy y Mas y con el "reformismo" como receta
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LA RESACA DEL 27-S Y EL CAMINO A GENERALES

El PSOE se conjura sin fisuras frente a Rajoy y Mas y con el "reformismo" como receta

Díaz subraya que cuando el partido es "fiel a sus valores" acaba recuperando la "confianza" de los ciudadanos. Sánchez dice que la reforma constitucional no sólo es "necesaria", sino "imprescindible"

Foto: Susana Díaz y Pedro Sánchez charlan durante la foto de familia del Consejo de Política Federal del PSOE, este 29 de septiembre en Ferraz. (EFE)
Susana Díaz y Pedro Sánchez charlan durante la foto de familia del Consejo de Política Federal del PSOE, este 29 de septiembre en Ferraz. (EFE)

Con los datos aún calientes de las elecciones catalanas del 27-S y calentando motores de cara a las generales. Con un ojo mirando a unas y el segundo en las otras, las que completarán el nuevo mapa político de España. Son las coordenadas temporales y simbólica bajo las que convocó este martes Pedro Sánchez a sus barones. El propósito no era lanzar ningún mensaje nuevo. Nada que se salga del carril trazado por el PSOE en los últimos meses. Todo lo contrario. La idea era fijar una foto de unidad interna, apretar las filas y visibilizar un mismo discurso, anclado tanto en Cataluña como en Andalucía, dos territorios claves para el PSOE de cara a las legislativas de diciembre. El hilván común es el "reformismo", la palabra fetiche que viene a glosar la posición del partido, tanto para resolver la tensión soberanista —entre el "inmovilismo" de Mariano Rajoy y el "rupturismo" de Artur Mas— como para imprimir los cambios que requiere el país y que entiende que son inaplazables.

Sánchez citó a sus barones de urgencia en Ferraz, nada más pasadas las catalanas, en el Consejo de Política Federal, que preside Susana Díaz. Sólo faltaron dos al final, Emiliano García-Page y Francina Armengol, presidentes de Castilla-La Mancha y Baleares, y el alcalde de Vigo y presidente de la FEMP, Abel Caballero, imputado desde la semana pasada en la 'operación Patos'. Sánchez y Díaz enhebraron un discurso homogéneo, semejante a su vez al del candidato del PSC, Miquel Iceta. Los tres fueron los que, de hecho, tomaron la palabra a micrófono abierto.

El PSOE vendió unidad sin fisuras. Díaz no sacó esta vez los pies del tiesto ni deslizó ninguna frase que pudiera ser interpretable contra el secretario general, pese a que la relación entre ambos sigue tocada. La presidenta de la Junta garantizó que su federación, la más poderosa del PSOE, va a "ayudar" a Sánchez para que se convierta en el próximo presidente del Gobierno. Eso sí, no lo citó por su nombre, al contrario de lo que sí hizo él, mentándola cada poco durante su discurso abierto a los medios.

"Si algo a lo largo de sus 136 años de historia ha representado el socialismo es reformismo. Ni inmovilismo, ni rupturismo", dijo Sánchez. Santo y seña que también lo eran, expresó, de los Gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Ese "reformismo", dijo el secretario general, vale como receta tanto para desactivar el desafío soberanista como para combatir la "inacción" de Rajoy.

Aún más, subrayó que ese "reformismo" es el que "históricamente" ha liderado el PSOE desde los Gobiernos, ya lo hacía antes del 24 de mayo en Asturias y en Andalucía y en los ayuntamientos en su poder y después de las autonómicas y municipales, en el resto de territorios en los que ha conquistado el poder.

"Frente a la inacción política de Mariano Rajoy, nosotros tenemos que volver a recuperar la esencia del socialismo, que no es sino el reformismo. Y dentro del reformismo, nosotros tenemos que hablar claramente de la reforma constitucional. Y explicar a la ciudadanía que es esencial para su día a día, que no es una cuestión inventada por políticos", apuntó. Sánchez blandió a partir de ese momento un ejemplar de la Declaración de Granada, el documento 'Hacia una estructura federal de España' que se aprobó en la ciudad andaluza el 6 de julio de 2013 cuando Alfredo Pérez Rubalcaba era líder del partido.

"Llamados a reconstruir la unidad en Cataluña"

El secretario general sostuvo [lee aquí su intervención en PDF] que si antes de la campaña del 27-S creía que la reforma de la Carta Magna era "necesaria" hoy, tras los comicios catalanes, está convencido de que es "imprescindible ponerla en marcha". Para quitarle toda etiqueta, recordó que la "gran fortaleza" del federalismo es que "no pertenece a una ideología" —a la izquierda, en este caso—, porque lo que implica, básicamente, es "negociación". Tender puentes, indicó, es lo que hace falta en Cataluña, "fracturada" en dos bloques "heterogéneos" entre sí. "Y en este contexto, el PSOE siempre va a estar ayudando a la gobernabilidad, a la estabilidad". Un mensaje que ya trasladó ayer lunes, aunque no implica que el PSC se postule para abanderar una mayoría alternativa, ya que le corresponde a la fuerza ganadora, Junts pel Sí.

Sánchez acabó con una apelación al "orgullo" socialista. "Yo soy de los que cree que el socialismo es reformismo, y estamos llamados a ayudar a reconstruir la unidad en Cataluña hoy rota y también a articular a través de la reforma constitucional una unidad de España mucho mejor a la actual", remachó.

Díaz: "Digno" y "esperanzador" el 27-S

Díaz, por su parte, también combinó la carta catalana con la de las generales. En la primera, para calificar de "muy digno" y "esperanzador" el resultado obtenido por Iceta (522.000 votos, 16 escaños, cuatro menos que en 2012), achacable a que había presentado un proyecto nítido e identificable. La presidenta evitó triunfalismos por los datos del PSC, y recordó que en otros tiempos fueron bastante más brillantes.

"Cuando uno ocupa la centralidad y es fiel a los valores que representa, aunque en un momento determinado eso no sea lo que más mola, al final los ciudadanos te lo reconocen", comentó a los periodistas, en una apreciación que, con palabras semejantes, repitió ante el resto de barones. La presidenta huyó de la equidistancia y atribuyó a Artur Mas la responsabilidad "plena" por su "aventurerismo", aunque Rajoy haya estado "sesteando", incapaz de "encauzar" el problema territorial.

“Cuando uno es fiel a los valores, aunque en un momento determinado no sea lo que más mola, los ciudadanos lo reconocen“, asegura Díaz

En clave de futuro, Díaz prometió que pondría a su partido a conseguir la victoria en las generales, "no por el PSOE, sino por España y por todos los españoles". La presidenta señaló que la formación está "en condiciones" de lograrlo, porque dispone de "un proyecto claro y nítido" y una hoja de ruta que garantiza la "unidad y la igualdad de los españoles", que es la Declaración de Granada. Ese es su binomio, igualdad y unidad, sin privilegios para nadie. De hecho, remarcó a los periodistas que tocar la Carta Magna sólo para buscar un mejor encaje de Cataluña sería un "error".

Díaz también recurrió a las esencias del partido, a la contribución de los Gobiernos de Felipe González que hicieron a los ciudadanos sentirse "orgullosos de su pasaporte" y cambiaron España. "Hace falta que el PSOE se reafirme en lo que somos y en donde queremos que vaya nuestro país y el conjunto de los españoles".

Un gran "acuerdo transversal"

Iceta, por su parte, insistió en sus mensajes de los últimos días, plenamente satisfecho con el alivio concedido por las urnas. Los que ganaron las elecciones (o sea, Junts pel Sí) "perdieron el plebiscito" de la independencia, y por otro lado el "inmovilismo es el gran derrotado" el 27-S. Así que ahora más que nunca hace falta diálogo, negociación, reforma y hasta una política "de afectos" que sea capaz de reconstruir los puentes volados en estos años de confrontación. El primer secretario del PSC reiteró que a Cataluña le conviene un Gobierno basado en un "gran acuerdo transversal" que pueda abordar las "prioridades" que unen a una mayoría de catalanes y no un Ejecutivo "de confrontración por el que, por desgracia, se inclinan Junts pel Sí y la CUP".

La resolución final aprobada en Ferraz asegura que la solución sólo pasa por el “respeto a la legalidad, por el diálogo y por las reformas“

Ningún mensaje discordante. Ni ante los medios ni dentro, a puerta cerrada. La resolución aprobada por el Consejo [aquí en PDF] incide en las mismas ideas. Que urge reconstruir la "red de afectos, intereses y valores compartidos que han sustentado una convivencia fructífera entre Cataluña y el resto de España" y que es "imprescindible entender que la solución a la situación de división creada pasa por el respeto a la legalidad, por el diálogo y por las reformas". "Todos debemos hacer una apuesta por el diálogo, porque sólo mediante el entendimiento y el pacto entre posiciones diferentes puede fundamentarse un futuro compartido, con unidad y con estabilidad".

El PSOE no quiere ruido hasta las generales y contiene la respiración, aunque va calando la percepción de que es posible que vuelva a la Moncloa. Los más pesimistas, entre ellos la federación andaluza, entienden que si el debate soberanista sigue en su punto álgido, las legislativas pueden verse en Cataluña como una segunda vuelta del 27-S, lo que achica las posibilidades de crecimiento de los socialistas.

No se reconocerá a Cataluña como "nación"

Otros, entre ellos el PSC, en cambio son mucho más optimistas, y anticipan que el partido se comportará mejor en generales, como ha ocurrido siempre, y que será incluso capaz de reconquistar antiguos feudos ahora en manos de Ciudadanos, como el antiguo 'cinturón rojo' (hoy 'cinturón naranja'). La razón, aducen, es que Sánchez "tiene muy buena acogida" en Cataluña, hay un discurso "nítido" y los electores distinguen cada elección, y en las de diciembre la batalla será, de nuevo, bipartidista, entre PP y PSOE. Lo que sí preocupa menos es Podemos, dada la dimensión del batacazo el 27-S. "Le ha vuelto a fallar el 'sorpasso'", dijo gráficamente Díaz a los periodistas a su llegada a Ferraz.

Los socialistas tampoco quieren entrar en el debate nominalista. Sánchez, en una entrevista este martes en 'Espejo público', en Antena 3, reiteró que la reforma constitucional que plantea el partido no incluirá la definición de Cataluña como "nación". Simplemente se reconocerán sus singularidades.

Fuentes próximas a la presidenta andaluza añadieron que lo sustancial no son los nombres, que no habría problema en reconocer a Cataluña como "nación, identidad nacional o realidad nacional". Esta última etiqueta, realidad nacional, aparece de hecho mencionada en el Estatuto andaluz. El problema es que se quiera asimilar el término 'nación' a Estado, a lo que el PSOE se opone porque considera que la soberanía nacional no está en cuestión, como la unidad de España. Es decir, la dificultad estriba en la "intención" de los que proponen que se recoja así, porque piensan que puede ser un trampolín para lograr el estatus de Estado.

Mañana miércoles se reunirán los expertos constitucionalistas elegidos por el PSOE, presididos por Gregorio Cámara, para debatir el borrador de propuesta de cambio de la Carta Magna que elevarán a la dirección del partido. El encuentro estaba previsto para antes de las catalanas, pero finalmente se pospuso. Y en los papeles no aparecerá, en efecto, el término 'nación', según confirmaron fuentes de la federación andaluza a El Confidencial. En realidad, el secretario general ya lo ha ido recalcando desde hace semanas, todas las veces que le han preguntado. Y siempre ha asegurado que sólo se recogerán las "singularidades" territoriales, y punto. No irá más allá del texto de Granada que, sin embargo, sí habla de que el federalismo es la mejor opción para respetar las "diversas aspiraciones nacionales que conviven en España". En los últimos días, Sánchez ha incidido en que el documento de Granada baja bastante al detalle a lo largo de sus 24 páginas.

Con los datos aún calientes de las elecciones catalanas del 27-S y calentando motores de cara a las generales. Con un ojo mirando a unas y el segundo en las otras, las que completarán el nuevo mapa político de España. Son las coordenadas temporales y simbólica bajo las que convocó este martes Pedro Sánchez a sus barones. El propósito no era lanzar ningún mensaje nuevo. Nada que se salga del carril trazado por el PSOE en los últimos meses. Todo lo contrario. La idea era fijar una foto de unidad interna, apretar las filas y visibilizar un mismo discurso, anclado tanto en Cataluña como en Andalucía, dos territorios claves para el PSOE de cara a las legislativas de diciembre. El hilván común es el "reformismo", la palabra fetiche que viene a glosar la posición del partido, tanto para resolver la tensión soberanista —entre el "inmovilismo" de Mariano Rajoy y el "rupturismo" de Artur Mas— como para imprimir los cambios que requiere el país y que entiende que son inaplazables.

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