Casado llama a Rivera a negociar y pone la Constitución como único límite a Vox
El comité ejecutivo del PP recibió a Juanma Moreno como auténtico ganador de los comicios, dadas sus opciones para formar Gobierno
Al día siguiente de las elecciones autonómicas andaluzas, el comité ejecutivo del PP recibió a Juanma Moreno como auténtico ganador de los comicios, dadas sus opciones para formar Gobierno, y también dio el visto bueno al arranque del mandato de Pablo Casado al frente del partido. El presidente de los populares se volcará personalmente en las negociaciones que ahora se abren en Andalucía para que su candidato se haga con la presidencia de la Junta y se convierta en símbolo de un primer paso para la “reunificación” del centro derecha.
Después de dirigirse a la dirección del partido convocada en la sede de Génova, que le recibió entre aplausos igual que a Moreno, Casado proclamó el derecho del presidente del PP andaluz a encabezar “el cambio” que la mayoría de los ciudadanos andaluces han reclamado en las urnas. Constatado el batacazo de los socialistas, el sucesor de Mariano Rajoy apeló a la segunda plaza obtenida por el aspirante de los populares y a la experiencia en la gestión para reclamar la responsabilidad del Gobierno para su partido.
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Casado considera peregrino el argumento de Albert Rivera de que le corresponde a Ciudadanos el cargo por ser la candidatura que más sube (lo mismo que Vox) y lanza la advertencia de que cualquier bloqueo o la tentación de dejar en última instancia que Susana Díaz siga en el poder tendría unas consecuencias muy negativas para los riveristas en próximas elecciones de cualquier ámbito.
El presidente del PP dio por hecho que no hay diferencia alguna con los planteamientos de Ciudadanos que impida pactar un programa de cambio, regeneración y crecimiento económico para Andalucía. Sobre los postulados teóricos de Vox, Casado recordó que el partido de Santiago Abascal no ha gobernado nunca y que el límite que pondrá a los pactos será el respeto a la Constitución. Recordó que no comparte la propuesta de Vox de suprimir los gobiernos autonómicos, pero sí la necesidad de bajar los impuestos y garantizar la igualdad de los españoles en la prestación de los servicios básicos y en que la Administración central garantice la existencia de un sistema educativo común en toda España y vele por él.
Casado se mostró eufórico y aseguró que los dirigentes regionales de su partido también lo están para afrontar cuanto antes los comicios que les tocan en breve, los autonómicos y municipales de mayo próximo.
“Estamos como una moto”, aseguró ante las nuevas perspectivas que se abren para su partido después de superar su primera reválida, resistir el avance de Ciudadanos y advertir de que su nueva competencia (Vox) recoge electores de todo el espectro político, incluso de la izquierda.
La teoría de Casado es que ha salvado el primer reto electoral con nota, porque Moreno puede aspirar a presidir la Junta y porque, superada la prueba en el peor momento para su partido, ahora está en condiciones de dar la batalla para su gran desafío: unir todo el centro derecha, la misma tarea que José María Aznar acometió en 1990.
Al día siguiente de las elecciones autonómicas andaluzas, el comité ejecutivo del PP recibió a Juanma Moreno como auténtico ganador de los comicios, dadas sus opciones para formar Gobierno, y también dio el visto bueno al arranque del mandato de Pablo Casado al frente del partido. El presidente de los populares se volcará personalmente en las negociaciones que ahora se abren en Andalucía para que su candidato se haga con la presidencia de la Junta y se convierta en símbolo de un primer paso para la “reunificación” del centro derecha.
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