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Susana Díaz no saltará a Madrid pero el PSOE andaluz exige tener mando en Ferraz
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pedirá a sánchez cambios internos

Susana Díaz no saltará a Madrid pero el PSOE andaluz exige tener mando en Ferraz

La dirigente andaluza insiste en que agotará la legislatura en Andalucía. Las filas estarán prietas hasta las municipales, pero el ruido sigue y pedirán a Sánchez cambios internos

La escenografía no es baladí. En unas pocas horas Susana Díaz ha pasado de comparecer en solitario y sin siglas del PSOE a hacerlo rodeada de toda su ejecutiva regional y reivindicando la fuerza y la unidad de los socialistas andaluces. Ella puso cara de ‘no sé de lo que me habla’ cuando una periodista le preguntó en rueda de prensa por ese evidente cambio de estrategia. Pero sí que lo sabe. Díaz ha descartado dar un salto a Madrid a corto plazo o competir con el secretario general, Pedro Sánchez, en unas primarias en julio. Cumplirá su palabra, aseguran en su equipo.

Pero Ferraz sí tiene de qué preocuparse. El PSOE andaluz, tras la victoria del 22 de marzo, piensa pedir puente de mando en el partido. Quieren más peso y más poder de decisión en la nave que pilota Sánchez. Habrá compás de espera, avisan, hasta las elecciones municipales de mayo, pero reclaman protagonismo en el núcleo duro socialista. Como mínimo, avisan.

Díaz ya advirtió que como secretaria general de la federación más importante piensa mantenerse en el terreno de la neutralidad en las primarias para elegir candidato a las elecciones generales. Seguirá en esa hoja de ruta. No apoyará a Pedro Sánchez ni a ningún otro aspirante, advierten desde Andalucía. Esa resistencia a ungir al líder nacional y acogerlo bajo su manto quedó meridianamente clara durante la campaña electoral.

Cuando el secretario general aterrizó en Vícar, Almería, con su “Tú a San Telmo, yo a la Moncloa”, buscaba que Díaz lo señalara como candidato. Lo hizo sin consultarlo previamente con el PSOE andaluz. La frase iba escrita en el argumentario que Ferraz envió a los periodistas, pero Susana Díaz se enteró después de que el mensaje llegara a los medios, según su equipo. Conforme Sánchez hablaba, se le iba mudando el gesto. Aunque en el cierre de campaña la tensión fue menor que en ese acto, los socialistas andaluces se la tienen guardada. No les gustó nada aquella maniobra. En general, les disgusta casi todo lo que venga de Sánchez y Ferraz. Se sienten ninguneados en las estrategias políticas y piensan que se desperdicia la máquina y la experiencia del PSOE andaluz ganando elecciones. De esto va el discurso interno.

La dirigente andaluza, que si algo le sobra es olfato político, sabe que las maniobras internas en los últimos meses han erosionado su imagen y que seguir en esa senda puede causarle muchos dolores de cabeza. Ya en el grupo parlamentario hubo voces que alertaron de los tejemanejes de Andalucía y de la erosión que causaban en el partido más allá del liderazgo de Sánchez. Díaz se guardará mucho de cualquier paso en falso, de toda maniobra interna que pueda dañarla, pero el PSOE andaluz, de forma colectiva, empieza a preparar su lista de reivindicaciones.

La última máxima de la presidenta de la Junta es que ella no está en “líos de partido”. En eso va a insistir, aunque los suyos hagan ver en Ferraz que tienen que empezar a contar con ellos. El PSOE andaluz reivindica que no sólo es la federación más potente y más numerosa, sino también la que goza demás fortaleza electoral y la única capaz de mantener a flote las siglas en unas generales, según sus propias lecturas internas.

El expresidente Felipe González también descartó durante la campaña electoral, en una entrevista en El País, que Díaz fuera a dar el salto a Madrid. A ella no le gusta nada que le indiquen el camino, pero de esto no ha protestado, ni en público ni, dicen, en privado. Tiene claro que, a medio plazo, se queda en la Junta de Andalucía, insisten. Pero quiere controlar mucho más de cerca los hilos de Ferraz. Por algo será. Su interlocución directa con Sánchez es muy fría. Casi protocolaria, admiten desde Andalucía. Su secretario de Organización, Juan Cornejo, sí que habla a menudo y con fluidez con su homólogo en Madrid, César Luena.

Otra cosa es que compartan el fondo de los análisis o que Cornejo pueda tener una influencia directa sobre lo que se decida en el equipo de Sánchez. Los andaluces de la ejecutiva federal, el malagueño Miguel Ángel Heredia o Antonio Prada, tampoco juegan un papel relevante en el núcleo duro del secretario general. Hay quien piensa que Díaz va a promocionar nuevos nombres en la interlocución con Madrid y entre estos suena el del “todavía”, según dijo ella misma ayer, portavoz parlamentario, Mario Jiménez. La presidenta del PSOE, Micaela Navarro, actúa más bien como casco azul, mediadora en los conflictos entre Sánchez y Díaz, retirando ascuas del fuego y tratando de encarrilar las diferencias. No es eso, precisamente, lo que querría el PSOE andaluz. Ellos buscan tomar el mando de la nave.

El sábado el PSOE celebra Comité Federal y los socialistas andaluces descartan que vayan a dar la nota, aunque sí que reivindicarán el éxito electoral del partido y quien quiera leer entre líneas podrá hacerlo, aseguran fuentes socialistas. Hasta las municipales de mayo no se moverá una hoja, pero la ventolera interna sigue existiendo. Díaz ha eludido extrapolar su victoria a las próximas citas electorales. Sí lo ha hecho Sánchez, que preludia uncambio de ciclo desde Andalucía. La dirigente socialista centrará sus mensajes políticos en su comunidad autónoma, pero venderá que es el PSOE andaluz la garantía de “estabilidad” y “unidad”. Exactamente lo mismo que reivindica sobre su Gobierno en España.

Sobre la posibilidad de que Ferraz tenga la última palabra en la política de pactos postelectorales, la socialista andaluza zanjó el debate. No va a consentir ni media palabra más al respecto. Aseguró que no habrá gobierno de coalición y que, por tanto, no hay ninguna política de acuerdos que coordinar con Madrid. Tiene claro que negociará a todas las bandas para lograr su investidura el próximo 16 de abril. Espera que el presidente del PP, Mariano Rajoy, cumpla su palabra y deje gobernar a la lista más votada. Si eso podría interpretarse como una antesala de la gran coalición, si esa foto fija puede perjudicar a Sánchez o leerse como una nueva versión del “yo, en San Telmo, tú en Moncloa” pero con Rajoy, no preocupa a los socialistas andaluces. Niegan tajantemente ningún tipo de acuerdo con el PP o con Podemos aunque cuentan con su abstención y esperan poder convencer también a Ciudadanos para un gobierno en solitario, al menoshasta que pase el año electoral.

Susana Díaz ya no camina sola. Bajó la noche electoral arropada por su equipo al estilo deLos hombres de Harrelson, o las mujeres. Muchos dicen que no hay que perder de vista el protagonismo que durante la campaña ha tenido la secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, una de las grandes valedoras de Susana Díaz, además de amiga de la socialista. Empieza a asomar en las quinielas para una posible sucesión si Díaz, que insiste en que no se va, decide finalmente dejarse llevar por los cantos de sirena en caso de emergencia o debacle en las municipales. Otra de las mejor valoradas para ese relevo, la consejera de Hacienda, María Jesús Montero, no sale en la foto. Sus relaciones con Díaz son mucho más complicadas.

Entre los más felices el día después en el equipo de la presidenta figuraba su secretario general, Máximo Díaz Cano, su hombre de confianza y la persona a la que atribuyen mayor influencia en las decisiones de Díaz. Para muchos él es el gran artífice de un posible salto de la socialista andaluza a Madrid. Quizás sonreía porque era su cumpleaños o porque, de nuevo, casi todos los medios de comunicación volvían a señalar a la presidenta de la Junta como la esperanza del PSOE.

La escenografía no es baladí. En unas pocas horas Susana Díaz ha pasado de comparecer en solitario y sin siglas del PSOE a hacerlo rodeada de toda su ejecutiva regional y reivindicando la fuerza y la unidad de los socialistas andaluces. Ella puso cara de ‘no sé de lo que me habla’ cuando una periodista le preguntó en rueda de prensa por ese evidente cambio de estrategia. Pero sí que lo sabe. Díaz ha descartado dar un salto a Madrid a corto plazo o competir con el secretario general, Pedro Sánchez, en unas primarias en julio. Cumplirá su palabra, aseguran en su equipo.

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