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La campaña andaluza torna en duelo final entre viejos y nuevos partidos
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SEMANA DECISIVA

La campaña andaluza torna en duelo final entre viejos y nuevos partidos

Los indecisos y los pactos marcan las estrategias. El PSOE pelea por afianzar su victoria y el PP por frenar una desbandada de votantes, mientras que Ciudadanos y Podemos piden paso

Foto: La presidenta de la Junta de Andalucía y candidata del PSOE, Susana Díaz. (EFE)
La presidenta de la Junta de Andalucía y candidata del PSOE, Susana Díaz. (EFE)

La recta final de la campaña andaluza está llamada a convertirse en un gran duelo entre viejos y nuevos partidos políticos. Los indecisos y las estrategias de pactos postelectorales, que marcarán el futuro gobierno de Andalucía, escribirán esta semana decisiva. A cinco días del cierre de campaña, los candidatos de PSOE, PP e IU volverán a verse las caras este lunes en un debate en Televisión Española. Pero hoy más que nunca será una careo marcado por las ausencias de Podemos y Ciudadanos, los dos partidos que según todas las encuestas estrenarán desde Andalucía un nuevo tablero político en España. Pueden tener la llave del futuro Gobierno. Si la formación de Pablo Iglesias permanece más o menos estancada en las encuestas, la de Albert Rivera sube como la espuma.

Susana Díaz y Mariano Rajoy, con una activa presencia a favor de su candidato, Juan Manuel Moreno Bonilla, defienden con uñas y dientes sus espacios electorales. Pelean por el 41% de indecisos que, según el último CIS, aún no se habían decantado por una opción para el 22 de marzo. Frente al mensaje de cambio y regeneración que defienden los nuevos partidos, pescando en el caladero de desencantados e indignados con la clase política, el PSOE se presenta como garante de los derechos sociales y el PP como creador de empleo.

El PP lucha contra una desbandada de votantes y advierte sobre los peligros del voto de castigo, alertando contra los “bisagristas” y los experimentos políticos. El reto es mayúsculo, los clásicos tienen que convencer a los votantes de que es mejor malo conocido que bueno por conocer. Mientras, las encuestas les repiten insistentemente que las mayorías conocidas hasta ahora pasaron a mejor vida. Los andaluces marcan un nuevo camino, ponen a sus políticos nuevos deberes, tendrán que aprender a negociar y pactar. Los sondeos marcan las estrategias. La socialista Susana Díaz insiste en pedir un último “empujón”, un esfuerzo final para ganar “bien”, para agrandar la victoria insuficiente que le otorgan los sondeos. El PP se puede enfrentar a una debacle histórica en Andalucía. Puede pasar de ganar con 50 diputados a hundirse y perder de una tacada 20 escaños. Tanto PSOE como PP comparten algo en común: pueden enfrentarse a unos de sus peores resultados en las últimas décadas.

Díaz camina en solitario. La única incursión de su secretario general, Pedro Sánchez, sirvió para dejar clara la fría relación entre ambos y la crisis interna en el partido. La campaña del PSOE tiene a la actual presidenta de la Junta como la gran protagonista, por encima de las siglas. “Hola, soy Susana, tú me conoces”, arrancaba su primer vídeo electoral. Ella ignora las tres décadas de PSOE en la Junta y no nombra a sus antecesores, los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, imputados ante el Supremo por el caso de los ERE. La gestión de la que presume la limita a sus 18 meses en la Junta. Frente a la mancha de la corrupción, lanza proclamas sobre su honradez y se jacta de que no lleva imputados en las listas. No menciona la trama Gürtel en sus mítines. Su argumentario pasa por las becas, las guarderías públicas, la sanidad sin copago de las medicinas, la garantía de la dependencia... Habla de sus orígenes humildes, de su pasado de estudiante con becas, de que fue la primera de su familia en ir a la universidad y de su “cuñado”, que hace pocos días tuvo que volver a emigrar. Todo en primera persona.

placeholder Pedro Sánchez y Susana Díaz. (Efe)

Se pasea por las calles de los pueblos entre vítores, besos, abrazos y felicitaciones por su embarazo. Ya la han apodado la Nueva Evita, por Perón;le sobra energía, carisma y, quizás, populismo. Desde el primer día dijo que quería “mirar a los ojos a su hijo” y advierte de que estar “preñá” no es lo mismo que estar enferma, respondiendo al PP, que lanzó el bulo de que no acudiría al debate televisivo de esta noche alegando un parte médico. La diana de sus críticas estáclara: Rajoy y Podemos. Mientras, guante de seda con sus exsocios de IU y con Ciudadanos. Quizás su olfato político le dijo antes de las encuestas que con Rivera podría salvar un futuro gobierno.

Enfrente, Mariano Rajoy ha pasado en estas últimas semanas más tiempo en Andalucía que en toda la legislatura. El presidente del Gobierno se ha echado a sus espaldas gran parte de la campaña de Juan Manuel Moreno Bonilla, un candidato que lleva un año al frente del PP andaluz y que al arrancar la carrera electoral teníaaún un bajo índice de conocimiento. Entre Rajoy, los ministros y los principales dirigentes de Génova, el PP ha armado una campaña que pide el voto útil, alerta contra los experimentos y promete empleo en una tierra con más de un millón de parados. Se presentan como el único cambio“sin riesgos”. Para frenar la fuga de votantes a Ciudadanos insisten en que el partido de Rivera pactará con el PSOE. En este punto, los populares cometieron una de las pifias de la campaña, por la que han pedido disculpas. Al delegado del Gobierno, Antonio Sanz, se le fue la mano en su ataque a “Albert”.

Rajoy ha pasado en estas últimas semanas más tiempo en Andalucía que en toda la legislatura

Moreno Bonilla también abunda en su perfil de hombre normal, de la calle, de padre de familia y de hijo de emigrantes. Si ella se dirige a su hijo neonato, él directamente muestra a los suyos en los mítines. No se sabe si la euforia que se apoderó del candidato y su equipo tras el debate de Canal Sur, en el que consideran que venció a Díaz, se habrá rebajado con la sucesión de encuestas que vaticinan un descalabro. En su equipo de prensa cada día tiene orden de dar un titular de propuestas y otro político. El candidato del PP divide sus mensajes entre la necesidad de cambio y el peligro de que esa alternancia la protagonicen quienes no son de su partido. También se ha pateado los pueblos, pero su fuerte está en las capitales y las grandes ciudades andaluzas. Su objetivo es aquilatar el voto que recibió su antecesor, Javier Arenas, que también hace campaña por su cuenta, sin foco.

Izquierda Unida pelea por su hueco. El miércoles recuperará a Julio Anguita en un mitin en Málaga. El histórico dirigente no pisaba el escenario de IU desde el año 2000. Antonio Maíllo hace campaña arropado por Alberto Garzón, reivindicándose como el único candidato de izquierdas y apuntando la mirilla mucho más hacia PSOE y PP que hacia el partido que de verdad les está robando votos, Podemos. La candidata de esta formación, Teresa Rodríguez, estará esta semana en Cádiz con Pablo Iglesias, que ya se estrenó el fin de semana en la campaña y volverá al cierre. Rodríguez habla con mucha cautela. El peor enemigo de Podemos en estos días son los errores que esperan sus adversarios políticos como auténticos francotiradores. En su programa había propuestas enunciadas y confusas, como la reforma del PER o la recuperación de la titularidad pública de la Mezquita y la Giralda, que están dando juego a sus contrincantes.

Rodríguez, que eligió no estar en un debate a siete en Canal Sur, ahuyenta el miedo que agitan sus adversarios contra Podemos y pide “el voto de la valentía”, el que huya de “la resignación”. No habla de Venezuela ni de cualquier otro asunto espinoso. Algunos que la conocieron antes de esta campaña dicen que está constreñida. De cualquier forma, Podemos llena plazas y actos públicos. El cierre, previsto en el Velódromo de Dos Hermanas, lugar fetiche del PSOE, está llamado a ser toda una exhibición de músculo.

En Ciudadanos el candidatono es Juan Marín, elegido en unas primarias exprés sin adversarios y teniente de alcalde de la localidad de Sanlúcar de Barrameda tras ocho años de pacto con el PSOE, el cartel es el de Albert Rivera. El catalán ha logrado superar su polémico estreno en campaña, cuando aseguró que iba a darles la caña a los andaluces y enseñarles a pescar, y las encuestas dicen que conforme se acerca el 22 de marzo gana votos. El líder de Ciudadanos se cuida mucho de no dejar claro si pactará con el PSOE en Andalucía pero sí que parece tener claro que los votantes van a marcar un nuevo camino, el del fin del bipartidismo y de las mayorías absolutas, el del acuerdo a varias bandas y el pacto para formar Gobierno, el de la nueva política frente a las viejas formas. De todo eso va esta semana que acaba el 22 de marzo, el día en que seis millones de andaluces marcarán el camino.

La recta final de la campaña andaluza está llamada a convertirse en un gran duelo entre viejos y nuevos partidos políticos. Los indecisos y las estrategias de pactos postelectorales, que marcarán el futuro gobierno de Andalucía, escribirán esta semana decisiva. A cinco días del cierre de campaña, los candidatos de PSOE, PP e IU volverán a verse las caras este lunes en un debate en Televisión Española. Pero hoy más que nunca será una careo marcado por las ausencias de Podemos y Ciudadanos, los dos partidos que según todas las encuestas estrenarán desde Andalucía un nuevo tablero político en España. Pueden tener la llave del futuro Gobierno. Si la formación de Pablo Iglesias permanece más o menos estancada en las encuestas, la de Albert Rivera sube como la espuma.

Susana Díaz Teresa Rodríguez Mariano Rajoy Pedro Sánchez Izquierda Unida
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