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El monoplaza ganador que le gustaría tener a cualquier piloto de Fórmula 1
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El monoplaza ganador que le gustaría tener a cualquier piloto de Fórmula 1

Debemos regar y premiar el talento, no la mediocridad. En definitiva, solo con libertad se crece individual y colectivamente. Coincidiendo con su 20 aniversario, El Confidencial lanza un servicio de suscripción. Únete a los lectores influyentes

Foto: Ilustración: EC Diseño.
Ilustración: EC Diseño.

¿Cómo definir este proyecto periodístico que es El Confidencial? Una respuesta sintética no haría justicia a un medio ya convertido en referencia informativa de la sociedad española, forjado sin el soporte de las estructuras tradicionales del papel. El incremento de sus audiencias en estos duros tiempos del coronavirus lo vuelve a reafirmar. Pero a riesgo de pecar de poco imaginativo, me refugiaré en lo más cercano. La Fórmula 1.

Un piloto solo puede ganar si maneja un monoplaza competitivo y es arropado por un equipo ultraprofesional y de valores específicos. De la misma forma, un periodista que disfruta de la libertad que le otorga su medio da lo mejor de sí mismo y llega hasta terrenos desconocidos. He tenido la oportunidad de trabajar en importantes medios de comunicación junto a grandes periodistas y comunicadores. Puedo afirmar que El Confidencial es el proyecto más singular que he conocido porque nos ha proporcionado ese monoplaza ganador que ya tuvo Fernando Alonso cuando fue campeón del mundo con Renault, y que ya le hubiera gustado en sus atribulados tiempos de McLaren. Venía al pelo. Perdona, Fernando.

Desde aquel día en que Nacho Cardero tuvo la visión de abrir una parcela específica para la Fórmula 1 como ningún medio generalista antes, la libertad de trabajo y el apoyo en todo momento han sido claves.

El coronavirus ha abierto en canal la sociedad española para mostrarnos en sus entrañas la manipulación informativa

Pero además de pilotar mi propio monoplaza profesional, también soy un español más. Y preocupado ante los tiempos que vivimos. Hoy, los ciudadanos estamos más indefensos que nunca para conocer y entender la realidad. El coronavirus ha abierto en canal la sociedad española para mostrarnos en sus entrañas la manipulación informativa. Necesitamos libertad para defender nuestras libertades, por paradójica que resulte semejante afirmación. Nacerán de esta pandemia global nuevos paradigmas. Necesitaremos otras respuestas, no recetas ideológicas del pasado. Debemos regar y premiar el talento, no la mediocridad. En definitiva, solo con libertad se crece individual y colectivamente. Para ello necesitamos medios de comunicación independientes y libres. El Confidencial no promete convertirse en uno de ellos. Ya lo es.

Hoy, nuestro medio abre la puerta a un servicio de subscripción para quienes deseen alimentarse diariamente con las mayores dosis de independencia, libertad y sentido crítico a las que puede aspirar un periodista y merecer el lector. Para conocer y comprender las claves de una época extremadamente compleja para el individuo. Habrán oído demasiadas veces la cantinela. Pero aquí lucen las páginas, los artículos y los periodistas de El Confidencial para refrendarlo. Desde ahora, con su apoyo, este gran equipo de carreras contará con los mejores patrocinadores. Porque sin ellos, sin cada uno de ustedes, el monoplaza podrá salir a pista pero será imposible que gane.

Una amiga en la distancia, profesional cualificada, pero sobre todo inteligente, sensible y culta, se suscribió tan pronto conoció el nuevo sistema. Me envió rápidamente la prueba. No sabría decir si me sentí orgulloso, agradecido, o tuve ambas sensaciones a la vez. Gracias a Carmen y a todos ustedes, queridos y exigentes patrocinadores, seremos más fuertes para intentar seguir mejorando este país tan especial que es España.

¿Cómo definir este proyecto periodístico que es El Confidencial? Una respuesta sintética no haría justicia a un medio ya convertido en referencia informativa de la sociedad española, forjado sin el soporte de las estructuras tradicionales del papel. El incremento de sus audiencias en estos duros tiempos del coronavirus lo vuelve a reafirmar. Pero a riesgo de pecar de poco imaginativo, me refugiaré en lo más cercano. La Fórmula 1.

El valor de la información