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El cuarto poder como contrapeso de los otros tres del Estado
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OPINIÓN

El cuarto poder como contrapeso de los otros tres del Estado

Medios de comunicación y política debemos asumir la responsabilidad que nos corresponde desde el máximo respeto a la verdad y la ciudadanía a la que nos dirigimos y servimos.

Foto: Ilustración: EC Diseño.
Ilustración: EC Diseño.

Si uno consulta el origen del término cuarto poder, muchas de las referencias conducen a la Cámara de los Comunes, al año 1787 y al político británico Edmund Burke. Otros expertos señalan, sin embargo, que Burke jamás pronunció la frase y que su autoría corresponde al periodista, político e historiador Thomas Banington Macaulay en la primera mitad del siglo XIX. De esa misma época data la célebre frase de Balzac: “La prensa es, en Francia, un cuarto poder dentro del Estado”. Sea como fuere, no hay duda de que casi 200 años después, el término sigue vigente. Es más, me atrevería a decir que está más vivo que nunca en una sociedad digital como la que vivimos.

La proliferación de medios de comunicación, de nuevas formas de comunicar que conectan de manera inmediata y directa con un individuo, un colectivo o el planeta entero, no hace sino magnificar ese poder y establecerse como un pilar fundamental en toda democracia avanzada, donde ese cuarto poder funciona como necesario contrapeso de los otros tres del Estado.

Es ahí donde convergen política y periodismo. Como cualquier relación entre poderes, no está exenta de equilibrios, y también de riesgos. Desde el lado de la política, el riesgo reside en preocuparse más por el reflejo mediático, por ‘la portada de mañana’, que de encarar los problemas, relegando la política a un deporte consistente en ‘surfear declarativamente’ en los medios. Desde el periodismo, el tiránico riesgo de generar contenido de manera continua e inmediata, a menudo sin contraste y meramente declarativa, que colisiona con los tiempos necesarios en política, pues la maduración de soluciones requiere sosiego y reflexión.

Ambos, medios de comunicación y política, debemos asumir la responsabilidad que nos corresponde desde el máximo respeto a la verdad y la ciudadanía a la que nos dirigimos y servimos. Hemos sido testigos de demasiados ejemplos a lo largo de los últimos años, y muy especialmente en la historia política y mediática más reciente, en los que el poder que nos otorgan los y las ciudadanas a través de los votos en las urnas o de un clic en una noticia se pervierte al servicio de una idea partidista, de un objetivo particular.

En la era en que los bulos corren más rápido que las informaciones veraces, debemos adquirir un compromiso firme con los derechos y libertades que cimientan nuestra democracia. Es ahí donde los medios de comunicación asumís un papel nuclear. Porque, en efecto, sois el cuarto poder.

Aitor Esteban. Portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados.

Si uno consulta el origen del término cuarto poder, muchas de las referencias conducen a la Cámara de los Comunes, al año 1787 y al político británico Edmund Burke. Otros expertos señalan, sin embargo, que Burke jamás pronunció la frase y que su autoría corresponde al periodista, político e historiador Thomas Banington Macaulay en la primera mitad del siglo XIX. De esa misma época data la célebre frase de Balzac: “La prensa es, en Francia, un cuarto poder dentro del Estado”. Sea como fuere, no hay duda de que casi 200 años después, el término sigue vigente. Es más, me atrevería a decir que está más vivo que nunca en una sociedad digital como la que vivimos.

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