Una guitarra española pone la banda sonora a una serie de composiciones visuales inspiradas en las Pinturas negras de Goya, el conjunto de 14 escenas que el artista pintó al óleo sobre las paredes de la Quinta del Sordo, su casa de campo a las afueras de Madrid, entre 1819 y 1823. Se las llamas así por el uso que en ellas hizo el pintor de pigmentos oscuros y negros y, también, por lo sombrío de los temas. El resultado es una pieza artística que trasciende el mero prólogo audiovisual que son los créditos iniciales, melancólicos y evocadores, de la tercera temporada de la serie The Walking Dead: Daryl Dixon, recién aterrizada en AMC+.
La nueva entrega, rodada íntegramente en España, parece haber apostado por la tradición pictórica de quien mejor ha sabido retratar el alma humana en tiempos de oscuridad, Francisco de Goya. “Enviar a Daryl, y luego a Carol, a Francia fue una decisión muy inspirada y visualmente impactante para esta franquicia, una oportunidad de hacer algo verdaderamente diferente. Estamos ansiosos por continuar los viajes de este dúo icónico con una tercera temporada producida y ambientada en España”, ha declarado Dan McDermott, presidente de entretenimiento y de AMC Studios de AMC Networks.
Para ilustrar ese mundo apocalíptico, tanto la imagen del caminante –término con el que se designa a los zombis en la serie– como el retrato de Daryl (Norman Reedus), con los que se inicia la cabecera, se inspiran en Dos viejos comiendo, una de las 14 obras que forman las Pinturas negras de Goya. Caracterizada por el uso de la luz, las sombras, la textura pictórica y las figuras que emergen de la oscuridad, el cuadro manifiesta una atmósfera y estética densas que definen el tono emocional que se aplica a todas las imágenes que componen los créditos iniciales de la serie.
Dos viejos comiendo es una obra fascinante y sombría que representa una etapa tardía y muy pesimista en la vida de Goya, marcada por la enfermedad y el desengaño político y social. Representa a dos figuras ancianas (no está claro si son hombres o mujeres, o una combinación) encorvadas sobre un cuenco de sopa. Una de las figuras, a la izquierda, sostiene una cuchara y parece estar comiendo. Su expresión es grotesca, con una mueca desdentada y unos ojos inyectados en sangre. La figura de la derecha tiene un aspecto cadavérico y fantasmal, con un semblante esquelético y oscuro, sugiriendo a menudo la presencia de la muerte o la personificación de la decrepitud.
La pieza es una poderosa alegoría sobre la vejez, la soledad y la proximidad de la muerte; aunque algunas interpretaciones también ven en ellas una crítica a la gula o la burla ante la fatalidad del tiempo. La comida, un acto vital, se convierte en un ritual lúgubre, quizá representando los últimos sorbos de vida. Las figuras deformadas y el ambiente oscuro reflejan la visión amarga de Goya sobre los últimos años de la condición humana.
Por su parte, el retrato de Carol (Melissa McBride) toma como punto de partida otra obra del aragonés, Señora Sabasa García, una figura silenciosa y serena que refleja la fortaleza del personaje, envuelta en un aura de misterio y contención. Es así como la secuencia quiere transmitir una belleza española clásica, centrada en la mirada y la expresión, más que en el vestuario o el decorado. Otras imágenes, como la toma del callejón o la del puente, recrean paisajes físicos reales tratados con un estilo pictórico cercano al de Goya: pinceladas gruesas y sombras profundas que refuerzan la sensación de un mundo en descomposición como es el de The Walking Dead: Daryl Dixon.
En general, en las Pinturas Negras predomina una gama cromática limitada: ocres, tierras, grises y, sobre todo, el negro. En ellas, el artista aplicaba el óleo de forma libre, rápida y con empastes, dando una sensación de borrosidad e inmediatez. La luz es dramática (no naturalista), utilizada para resaltar las figuras y acentuar las atmósferas sombrías.
La secuencia de la cabecera de la serie se completa con otras reinterpretaciones de algunos de los cuadros más célebres del artista. Es el caso de El entierro de la sardina, El aquelarre, Visión fantasmal, La familia de Carlos IV y Ciudad sobre una roca de Eugenio Lucas Velázquez, obra originalmente también atribuida a Goya.
