Protagonistas

El gran Sebastião Salgado, en cinco libros

Por Sofía Guardiola

Como homenaje al artista que falleció el pasado 23 de mayo a los 81 años de edad, hacemos un repaso por algunos de sus libros más emblemáticos, fruto de sus viajes por todo el mundo, de su amor por el blanco y negro y de su mirada atenta, capaz de mostrar con la misma sensibilidad la miseria humana y la belleza natural

El fotógrafo brasileño Sebastião Salgado es conocido por su trabajo documental enfocado, por un lado, en captar los rincones más inexplorados del planeta, y por otro en retratar a aquellos en los que la sociedad no parece posar nunca una mirada atenta; utilizando en ambos casos el mismo modo de mirar, sensible y cercano, aportando a sus personajes la misma dignidad que a su querida selva amazónica.

Gracias a él hemos conocido lugares a los que probablemente no habríamos acudido nunca y las tragedias del mundo a las que volvemos la espalda cada día. Y lo ha hecho con unos espectaculares planos, con una gran saturación de la luz y un corpus de trabajo totalmente monocromo. En sus propias palabras: “No veo el mundo a color, el blanco y negro es más silencioso, pasa inadvertido; con él puedo reproducir lo que sentí cuando tomaba la fotografía”.

Si no conociéramos el trabajo de Salgado, parecería imposible pensar que uno de los artistas que mejor ha conseguido plasmar las profundidades de la selva más grande del mundo lo ha hecho renunciando al color, pero lo cierto es que así es. Jugando con la luz, los planos cortos de sus retratados y, sobre todo, esperando a obtener la instantánea perfecta, el brasileño ha logrado mostrarnos las maravillas del mundo haciendo que nos olvidemos de que, tras pasar por su cámara, estas se han olvidado de la paleta cromática.

Salgado llegó a la fotografía de forma autodidacta, tras haber estudiado economía, abandonando un empleo en la OIC (Organización Internacional del Café) para entregarse a su pasión. Llegó a trabajar con agencias como Gamma o Magnum Photos, aunque finalmente fundó la suya propia para representar su trabajo. Entre los galardones que obtuvo se encuentran el Premio Princesa de Asturias de las Artes, que recibió en 1998 o el Premio W. Eugene Smith de Fotografía Humanitaria en 1982, entre otros.

De los millones de fotografías que seguramente tomó durante sus 50 años de trayectoria, muchas de ellas las recogió en fotolibros, además de haber itinerado por todo el mundo con diversas exposiciones –como fue el caso de Amazônia, que pudo visitarse en Madrid el año pasado–.

Como homenaje a su trabajo, hacemos un recorrido por algunos de sus mejores trabajos documentales recogidos en libros: desde sus icónicas imágenes de la selva brasileña hasta sus retratos menos conocidos, mostrando así que, a pesar de haber sido quien mejor supo capturarla, Salgado es mucho más que su querida Amazonia.

ÉXODO

2000

En la introducción a esta obra, Salgado afirma: “Más que nunca, siento que solo hay una raza humana. Más allá de las diferencias de color, de lenguaje, de cultura y posibilidades, los sentimientos y reacciones de cada individuo son idénticos”.En un momento como el actual, en el que cada vez miramos con más recelo y menos empatía a los migrantes, sería deseable que muchos conocieran esta obra de Salgado y que, tras contemplarla, llegaran a las mismas conclusiones que él mientras recorría el mundo para este trabajo.

El artista dedicó a ello seis años, plasmando la migración a través de 35 países distintos, desde las pateras que surcan el Mediterráneo para llegar a Europa hasta los hutus de Ruanda que se vieron forzados a esconderse en las selvas, pasando por aquellos que tienen que huir de países asolados por las guerras.

De este trabajo destaca que, en lugar de limitarse a representar las crisis migratorias como el problema generalizado que es, Salgado se detiene en la individualidad de quienes huyen de su tierra buscando un lugar mejor. Un claro ejemplo es el de una serie de migrantes que le enseñan las fotografías que portan consigo de seres queridos a los que han tenido que dejar atrás, y cuyas instantáneas les acompañan en su periplo. Mediante este tipo de imágenes, el brasileño cuenta las historias de sus protagonistas detenidamente, instando al espectador a ver cómo viven quienes no tienen un hogar al que regresar, qué echan de menos, qué portan consigo y qué destino les espera si no logran alcanzar el sueño de encontrar un lugar mejor en el que prosperar.

WORKERS

1993

Se trata de un compendio de 300 imágenes en las que el artista muestra el desempeño de distintos trabajos en todo el mundo: desde los mineros de Indonesia a los pescadores tradicionales en Sicilia, pasando por los buscadores de oro de Brasil. La obra se convierte en un testimonio arqueológico de cómo, en una era cada vez más tecnificada en las que las máquinas realizan muchos de los trabajos que antes desempeñaba el hombre, sigue habiendo trabajadores que llevan a cabo trabajos manuales, a menudo ancestrales.

De este modo, Salgado comenzaba ya a realizar una tarea que desempeñaría en casi todos sus trabajos posteriores, la de capturar un mundo que está en vías de extinción, realidades que acabarán desapareciendo en el mundo capitalista y globalizado actual. No obstante, la otra cara de la moneda es que muchos de estos trabajos son arriesgados o dañinos para la salud, y a menudo quienes los realizan son personas empobrecidas que no tienen otra alternativa, lo que tampoco pasa desapercibido en las fotografías del artista brasileño.

CHILDREN

2000

Además de ser los más vulnerables físicamente en situaciones de conflicto, es evidente que los menores son también los menos preparados para enfrentar momentos de crisis –si es que alguien puede estarlo–. Salgado, que ha recorrido el mundo conociendo y fotografiando a personas que atravesaban por situaciones extremas, afirma en este sentido: “Muy vulnerables emocionalmente, los niños son incapaces de entender por qué les obligan a abandonar sus casas, por qué sus vecinos se convierten en enemigos, por qué de repente tienen que vivir en un arrabal rodeados de basura o en un campo de refugiados sumido en la desgracia”.

Para poner el foco sobre esta situación, editó The Children, reeditado en 2016, en la que se muestran 90 retratos de niños con una serie de características en común: son menores de 15 años y están huyendo. En sus rostros se suceden el miedo, la ternura, la inocencia, la incertidumbre y la desconfianza, siempre desde un prisma cercano y atento que pretende interpelar al espectador para que no sea capaz de mirar hacia otro lado.

GÉNESIS

2014

Génesis es uno de los trabajos más titánicos del brasileño. El hilo conductor del volumen es capturar paisajes y lugares que han permanecido inalterados a pesar del voraz avance de la sociedad moderna y el desarrollo económico. Se trata del fruto de ocho años de expedición y se divide en seis capítulos diferenciados por la zona geográfica: Zona Meridional del planeta, Santuarios, África, Zona septentrional del planeta, Amazonia y Pantanal.

En él aparecen glaciares que quizá no existan en unas pocas décadas, animales que habitan en las regiones más inhóspitas y tribus que siguen viviendo como lo hacían hace siglos, sintetizando muchos de los temas a los que Salgado ha dedicado su carrera.

AMAZÔNIA

2021

Uno de sus últimos trabajos, y también de los más famosos, nació de seis años de viajes por la Amazonía brasileña. Se trata de su trabajo más personal y reivindicativo. En él, Salgado afirma: “Deseo, con todo mi corazón, con toda mi energía, con toda la pasión que hay en mí, que en 50 años este libro no sea un recuerdo de un mundo perdido. La Amazônia debe pervivir”.

Se trata, por tanto, de un testimonio inabarcable de un lugar que se ve seriamente amenazado por la sociedad y la economía actuales –como los paisajes de Génesis o los antiguos oficios de Workers–, en el que además de imponentes instantáneas de paisajes hay multitud de retratos que, al igual que los de Exodus o Children, van más allá de la simple representación estética, y ahondan no solo en la psicología del personaje, sino también en su realidad y su historia. Es el caso de los miembros a los que ha retratado de tribus como los yanomamis –quienes cautivaron también a la fotógrafa Claudia Andújar–, los yawanawás o los zo´és, entre otros: personas cuyos modos de vida están amenazados pero, gracias al tesón y al talento de Salgado, no podrán caer nunca en el olvido.