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Grayson Perry y Richard Ansett: fotografía y travestismo en Sotheby’s

Por Sofía Guardiola

La casa de subastas expone una serie de retratos de Grayson Perry realizados por Richard Ansett para su posterior subasta. En ellos, el modelo y artista plástico encarna a su alter ego femenino, Claire, en composiciones cargadas de estética kitsch y colores saturados. Aprovechando su auge, distintas pinacotecas también están exponiéndolos

Antes de que se popularizara el término ghosting que tanto se utiliza ahora para definir el momento en el que una persona desaparece de una relación sin despedirse, de forma abrupta, pasando a ignorar a la otra; el fotógrafo británico Richard Ansett ya practicaba algo así con sus modelos. En sus propias palabras, “cuando era joven me gustaba explorar con mi trabajo la intimidad de los sujetos y después huir y desaparecer, no volviendo nunca a la escena del crimen”.

Sin embargo, como les suele ocurrir a las personas que realizan esta práctica de forma habitual, hubo alguien que hizo que cambiara su patrón de comportamiento, un modelo tan fascinante que retratarlo una sola vez no era suficiente. Se trataba de Grayson Perry, el artista plástico y cerámico que por un lado es Sir, y por otro encarna públicamente a Claire, su alter ego femenino, a la que él mismo diseña los vestidos.

Al igual que ocurre con su trabajo, en el que utiliza disciplinas tan tradicionales como la cerámica, el tapiz o el grabado para hablar de cuestiones como el sadomasoquismo o los abusos sexuales, su persona encarna aparentes contradicciones irresistibles para un fotógrafo como Ansett, que se fija a menudo en lo que sucede a los márgenes, en lo que no es habitual y se sale de la norma. Grayson Perry descubrió de adolescente que disfrutaba vistiéndose de mujer, y comenzó a salir así vestido en aquella etapa de su vida, cuando vivía con su padre y su madrastra. Cuando lo descubrieron, sin embargo, lo echaron de casa, haciendo que se mudara de vuelta con su madre y su padrastro.

Grayson Perry, American Beauty I, 2019 Richard Ansett ©
            Sotheby’s
Grayson Perry, American Beauty I, 2019 Richard Ansett © Sotheby’s
Grayson Perry, DEATH, 2019 Richard Ansett © Sotheby’s
Grayson Perry, DEATH, 2019 Richard Ansett © Sotheby’s
Grayson Perry, Land of Hope and Glory, 2017 Richard Ansett ©
            Sotheby’s
Grayson Perry, Land of Hope and Glory, 2017 Richard Ansett © Sotheby’s
Grayson Perry, TRANSFUTURISM III, 2023 Richard Ansett ©
            Sotheby’s
Grayson Perry, TRANSFUTURISM III, 2023 Richard Ansett © Sotheby’s
Grayson Perry, TRANSFUTURISM IV, 2023 Richard Ansett ©
            Sotheby’s
Grayson Perry, TRANSFUTURISM IV, 2023 Richard Ansett © Sotheby’s
Grayson Perry, TRANSFUTURISM V, 2023 Richard Ansett ©
            Sotheby’s
Grayson Perry, TRANSFUTURISM V, 2023 Richard Ansett © Sotheby’s

Este hecho no logró avergonzarlo ni amedrentarlo, y a medida que se iba convirtiendo en un artista más conocido fue creciendo también la popularidad de Claire, que se ha convertido en parte fundamental de su obra. De ella, Perry ha afirmado cosas como que apenas sabe coser un botón, que es el tipo de persona que comería casi en su totalidad platos preparados, que puede ser una matriarca reformadora del siglo XIX o una luchadora por la libertad en la Europa del este: un personaje imposible, en definitiva, al que Ansett nunca habría podido inmortalizar si Perry no lo hubiese, primero, inventado, y después encarnado en su propia piel.

Un artista muy serio con un vestido

La primera vez que trabajaron juntos fue en el año 2023, en una fotografía tomada en la Tate Modern que la National Portrait Gallery adquirió rápidamente. Según Ansett, Perry se sintió extraño en aquella primera toma, distinto a cómo solía hacerlo posando para otros fotógrafos. “No soy especialmente amable ni estoy especialmente interesado en ponérselo fácil al modelo”, llegó a afirmar el artista. Sin embargo, en sus retratos a Perry la incomodidad no se ve por ningún lado. Sorprende, de hecho, lo afines que son estas tomas con el resto del trabajo y la estética de Perry, casi como si él y Ansett fuesen, en cierto modo, el mismo artista y compartiesen el mismo cerebro. Esto sorprende, sobre todo, puesto que en el resto del trabajo de Ansett el color no abunda, aunque la estética kitsch sí esté presente. Sus temas, además, son en ocasiones lúgubres: retratos de enfermos, presas, adolescentes afectadas por el atentado terrorista en Manchester durante un concierto de Ariana Grande.

De hecho el propio Ansett, aparentemente tan esquivo con sus modelos, se ha visto también interpelado de forma personal por el trabajo de travestismo de Perry, llegando a afirmar que su homosexualidad entró en juego a la hora de hacer retratos al artista, planteándose desde ese punto de vista cómo le gustaría plasmarlo, y afirmando que los retratos que vio de él antes de conocerlo le representaban “como un artista muy serio con un vestido”, y que él quería sacarlo de ahí. También cuenta que le resulta especialmente fácil trabajar con Perry porque siempre está dispuesto, porque se limita a preguntarle qué quiere lograr y se limita a ejecutarlo para él, lo cual es necesario para un artista que, de nuevo en sus propias palabras, “sería capaz de quemar una casa para lograr una fotografía”.

Grayson Perry, TRANSFUTURISM 1, 2023. Richard Ansett 
          © Sotheby’s

Desde aquella primera colaboración en 2013, la relación creativa de ambos artistas ha sido fecunda, y sus retratos van desde un Grayson maternal con un bebé entre los brazos a un retrato suyo pegado sobre un fondo en el que puede verse un volcán en erupción, siendo su atuendo un vestido con dos cisnes y un corazón gigante, una peluca morada y volantes por todas partes. Ahora, algunos de esos retratos cargados de colores saturados y vestidos imposibles son los que se muestran en la exposición de Sotheby’s Londres hasta el próximo 17 de abril, después de la cual se subastarán los retratos allí presentes.

Además, coincidiendo con esta muestra, la Wallace Collection londinense inauguró el pasado 28 de marzo, día del 65 cumpleaños de Grayson Perry, una exposición monográfica denominada Delirios de grandeza, en la que pueden verse 40 piezas inéditas del autor, tratándose de la exposición más extensa que el museo ha dedicado nunca a un autor contemporáneo. En gran medida, fueron museos como este los que inspiraron el trabajo artístico de Perry cuando era joven, tal y como él afirma. En ellos, objetos que desprenden un fuerte aura masculina, como son las armaduras, conviven con obras de arte Rococó, por ejemplo, en el que lo tradicionalmente femenino se explota hasta la extenuación. El interés que ambos mundos despertaban por igual al autor fue modelando su vida y, al mismo tiempo, su obra, en la que ambas facetas conviven sin tensiones, fundiéndose de una forma que a primera vista podría parecer imposible: el profesor de universidad que es también una matriarca del siglo XIX, o el joven al que echaron de casa por travesti que acabó siendo expuesto en el museo británico. El mismo que, de niño, se dejaba cautivar por el retrato de Madame de Pompadour firmado por François Boucher.