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Ropa vieja, urinarios y obras maestras: una crónica de ARCO en 37 imágenes (y tres odas)

Por Alberto G. Luna Fotos FERNANDO PUENTE

Un año más, la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid se mueve entre la bofetada al buen gusto y las auténticas obras maestras. Además de incomprensibles propuestas, el espectador podrá encontrarse con piezas de Stanley Whitney, Tàpies, Sandra Gamarra, Claudia Andujar o Joel Shapiro, entre muchos otros.

Aunque a veces resulte difícil creerlo, el arte moderno y el contemporáneo no son una prolongada broma de mal gusto gastada por unos cuantos listillos a un público crédulo. Lo que sucede es que, de un tiempo a esta parte, arte puede serlo desde un tiburón en escabeche hasta un urinario; y que, bueno, las obras excepcionales no aparecen todos los días. Lo normal es que la mayoría no supere el paso del tiempo.

Esta lógica matemática que ocurre en casi todas las épocas y disciplinas, se da también en ARCO por una simple cuestión de estadística: son 214 galerías y más de 1300 artistas. Recorrer los 30.000 extenuantes m2 de feria supone, además de dolor de pies y cabeza, vérselas con ropa colgada de una cuerda o hamacas viejas, pero también con espectaculares obras maestras. Todo depende de en qué estand te detengas, y no son pocos precisamente.

El pasillo central del pabellón 7 concentra un gran número de interesantísimas piezas. Ahí se encuentra, por ejemplo, Helga de Alvear con una emotiva selección de pinturas de la colección privada de la recién fallecida galerista alemana —ninguna a la venta—; Thaddaeus Ropac con Baselitz, Irving Penn, Barceló o Mapplethorpe; y Cayón, que ha acaparado un gigantesco espacio con piezas de Whitney, Shapiro o Hernández Pijuan.

Hay más puestos expositivos y obras repartidas por el resto del pabellón, así como su vecino el 9, que merecen una visita. Fernández-Braso, Guillermo de Osma, Mayoral, Vermelho, Max Estrella o Elvira González entre otros, han presentado obras de grandísimos artistas como Zóbel, Chillida, Claudia Andujar, Sandra Gamarra, Daniel Canogar, Uslé, Palazuelo o Soledad Sevilla. Lo que viene a continuación es un resumen de los que, para bien o para mal, protagonizan del 5 al 9 de marzo la Feria de Arte Contemporáneo de Ifema. Están por orden de aparición. Es decir, los hemos seleccionado según el espectador se los va a ir encontrando.

Arco 2025

Claudia Andujar

“¿Pero qué esperábais oír cuando se le quitara la mordaza a esas bocas negras? ¿Creíais que iban a entonar vuestras alabanzas? ¿Que os adorarían esas cabezas que vuestros padres, por la fuerza, humillaron hasta la tierra? El hombre blanco ha gozado durante tres mil años del privilegio de ver sin ser visto. La blancura de su piel era también una mirada, la de la luz condensada”.

En un artículo publicado en los años 50 sobre la cuestión negra, un Jean-Paul Sartre del todo airado sacudió una serie de ganchos y directos de derecha a la conciencia blanca, que por aquel entonces despertaba. Las fotografías experimentales de infrarrojos o larga exposición de Claudia Andujar hablan de lo mismo. Mujeres, hombres y niños masacrados por la avaricia blanca. Provenientes de aquellas culturas que no han sido respetadas. Ahora están de pie ante nosotros, mirándonos expectantes. Juzgando nuestros semblantes pálidos. Y cada cual soporta como puede sus penetrantes miradas.

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Stanley Whitney

“Sigo los cuadros adondequiera que me lleven. Si el cuadro sale por la puerta, lo sigo por la puerta; si sale por la ventana, lo sigo por la ventana. Un color evoca a otro. El color dicta la estructura, no al revés. Empiezo desde arriba y voy bajando”.

“Mis artistas referentes son Mondrian y Giorgio Morandi. Mi banda sonora, Charlie Parker, Miles Davis y Ornette Coleman”. (Stanley Whitney).

Jaume Plensa

Bronce, alabastro, mármol, piedra… Las partículas más elementales se hallan en la obra de Jaume Plensa. De hecho, todo el universo se da cita en sus primigenias estructuras. Probablemente hayan sido forjadas desde tiempos inmemoriales. Antes de que él mismo las construyera. Como diría Whitman, condensadas en las lejanas nebulosas; viajando en el interior de los lentos y consistentes estratos; atravesando incontables galaxias a lomos de fugaces estrellas. Da igual los años que pasen, sus implacables formas e inquietantes gestos tienen el poder de sobrevivir al tiempo.