Las propuestas de más de 50 interioristas, arquitectos y diseñadores se dan cita actualmente en Madrid. Las Ventas, con su gran estructura circular, ofrece un espacio expositivo nada convencional a los distintos stands que allí se ubican: desde los dedicados en exclusiva a la exposición de obras plásticas de artistas contemporáneos, hasta otros más decorativos en forma de piezas artesanales y esculturas. También podemos encontrarnos vajillas pintadas a mano, candelabros esculpidos como pequeñas obras de orfebrería o jarrones que desafían la funcionalidad con sus variopintas formas.
En todos ellos la frontera entre la decoración y el arte se difumina por completo porque, más allá de su implicación con este último, el punto fuerte de MIAD es, sin duda, su capacidad para adelantar las tendencias que marcarán el interiorismo en los próximos años. No se trata solo de descubrir nuevos materiales o soluciones funcionales, sino de ver hasta dónde puede llegar la creatividad en el diseño de interiores y esta edición lo ha dejado claro: utopía y exageración hasta el extremo.
Un ejemplo lo tenemos en algunos de los baños expuestos, que alcanzan un nivel de sofisticación inédito. Platos de ducha de exageradas dimensiones, grifos, bañeras escultóricas acompañadas de chimeneas… Y si los cuartos de baño toman un protagonismo inusitado, las cocinas, sin embargo, tienden a mimetizarse con el resto de la casa, hasta pasar prácticamente inadvertidas. Una cocina lineal con frentes metálicos, de madera, incluso algunos de tela, se integra hasta tal punto en el salón comedor donde se ubica, que parece parte de una estantería y no una cocina completamente equipada.