Violencia, torturas y dos obras inéditas en la mayor exposición de Botero organizada en España
Por El Grito
La muestra Fernando Botero. Un maestro universal reúne en el Palacio Martorell de Barcelona más de 110 obras, entre ellas, algunas nunca antes expuestas al público como La Menina, según Velázquez, que el colombiano guardaba en su estudio de París.
A poco más de un año de su fallecimiento, el Palau Martorell acoge la más completa exposición celebrada en España sobre Fernando Botero (Medellín, 1932 - Mónaco, 2023), con la que rinde homenaje a uno de los artistas más importantes del siglo XX. Con más de 110 obras y comisariada por Lina Botero, hija del artista, y Cristina Carrillo de Albornoz, experta en su obra, Fernando Botero. Un maestro universal explora tanto la intensa, prolífica y excepcional producción que distinguió a Botero, como su experimentación con las diversas técnicas que dominó a lo largo de su carrera. Incluye sus pinturas al óleo, esculturas, pasteles, acuarelas y dibujos a lápiz y carboncillo. Un homenaje a su obra total.
Botero siempre estuvo vinculado a la tradición de los grandes maestros, es por esto que la muestra examina también su relación con España e Italia, su segunda patria, y el papel que estos dos países, a los que siempre estuvo unido, desempeñaron en su trayectoria. Para el colombiano, quien fue siempre autodidacta, sus grandes maestros fueron artistas como Velázquez, Goya o Tiziano cuyas obras de importancia universal se encuentran en el Museo del Prado.
"Botero llegó a España con 20 años. Desembarcó en Barcelona, y mantuvo siempre una gran admiración por Picasso, su primer referente. Sin embargo, sus maestros fueron principalmente Velázquez, Goya y Tiziano. Estos ‘padres artísticos’ le mostraron el camino de la excelencia”, apunta Carrillo de Albornoz.
Del placer a la tortura
El recorrido está dividido en 10 secciones que introducen al espectador en sus series más icónicas como las versiones de las obras maestras de la historia del arte, su amada Latinoamérica, el circo, la religión y la naturaleza muerta. Pero principalmente destacan dos obras: La Menina, según Velázquez, pieza fundamental la cual nunca ha sido expuesta al público porque siempre estuvo colgada en el estudio de Botero en París; y Homenaje a Mantegna, de 1958, un préstamo de una colección privada de EEUU, cuya ubicación fue descubierta recientemente después de décadas, por Lina Botero a través de Christie's.
Aunque estaba convencido de que “el arte debía producir placer”, durante su trayectoria artística Botero se alejó brevemente de esta premisa para abordar temas de denuncia en dos series también presentes en la muestra: una dedicada a la violencia en Colombia, y otra a las torturas perpetradas por soldados americanos en la cárcel de Abu Ghraib, en Irak.
Abu Ghraib 57, 2005
Abu Ghraib 60, 2005
Abu Ghraib 52, 2005
Abu Ghraib 74, 2005
Trapecio volador, 2007
Forzudo, 2007
Cristo crucificado, 2000
Mujer cayendo de un balcón, 1994
El principal logro de Botero fue la creación de un estilo único y original reconocido universalmente por la exaltación del volumen. Como él mismo explicaba, pasó todos los días de su vida y hasta el último “aprendiendo la compleja técnica de la pintura”. En 2020, le preguntaron: “¿Qué le gustaría hacer?”, a lo que respondió humildemente: “Aprender a pintar. Lo maravilloso de la pintura es que nadie puede decir que sabe pintar. Pintar día tras día te lleva por nuevos caminos. Te lleva a no dejar nunca de practicar”.
Y así fue, Fernando Botero murió el 15 de septiembre de 2023 haciendo realidad su sueño de seguir trabajando hasta el final, dejando un legado monumental que sigue inspirando al mundo del arte.