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Maribel López: “¿Arte polémico? Lo que pasa es que a ARCO hay que dedicarle tiempo”

Por Alberto G. Luna

La 44º edición de ARCO se celebra este año entre el 5 y el 9 de marzo. La feria contará con una muestra dedicada exclusivamente al Amazonas y un total de 214 puestos expositivos. Hablamos con su directora de las novedades de este año, las galerías que entran y se quedan fuera, y del panorama del mercado del arte en 2025.

Maribel López se encuentra sentada al frente de una enorme mesa donde descansan distintas revistas, libros de arte, planos de algunos pabellones de Ifema y cuadernos con un sinfín de notas. Justo al lado, en una yuxtaposición casi perfecta, llama especialmente la atención una estantería con una hilera interminable de libros. Cada uno corresponde a una edición de ARCO, que se lleva produciendo cada año desde tiempos inmemoriales, y son tantos que es inevitable pensar en cuánto arte produce el ser humano y cuánto de ese mismo arte se pierde en el olvido.

En cierta ocasión, Kierkegaard escribió que "todo conocimiento es una reminiscencia y la vida, una repetición”. Llámenlo repetición o bucle temporal infinito pero el caso es que esta feria lleva desde 1982 mostrando irremisiblemente arte contemporáneo al mismo tiempo que se columpia entre la obligación de entretener a las masas y el narcisismo de los artistas. Todos los meses de febrero o marzo y desde hace 43 años. Ni que decir tiene que han sido infinitas las piezas que han pasado por sus pasillos. Muchas de ellas, auténticas obras de arte que han trascendido el paso del tiempo. Otras, no tanto.

Entre las novedades de este año se encuentra el proyecto del Amazonas y la aparición de nuevos espacios expositivos. También se espera una propuesta muy emotiva por parte de la galería Helga de Alvear en honor a su fundadora, recientemente fallecida. En cuanto a los artistas españoles, destaca la presencia de Cristina Iglesias, Juan Uslé, Pablo Palazuelo o Soledad Sevilla. También extranjeros como Rebecca Horn o Carlos Bunga.

De todo esto hablamos con la directora de la Feria de Arte Contemporáneo en sus oficinas ubicadas en el pabellón 1 de Ifema, así como del eterno debate de las galerías que se quedan fuera, las obras polémicas tan criticadas cada año, el auge del coleccionista latinoamericano y, por supuesto, las mujeres artistas, entre otros temas.

¿Qué novedades habrá este año en ARCO?

En cada edición lo nuevo sucede en un lugar menos visible. Es el trabajo que hacen las galerías con sus artistas a lo largo del año y que evoluciona hasta que llega a la feria. En cada una de sus presentaciones es donde ocurre la novedad. Están pensando de manera diferente. Después, lógicamente, cada año trabajamos con unos contenidos diferenciales. El pasado 2024 por ejemplo tuvimos una muestra centrada en el Caribe, en esta ocasión será del Amazonas: Wametisé. Ideas para un amazofuturismo.

En esta muestra tenéis artistas muy interesantes como Anna Bella Geiger o Claudia Andujar, de la que por cierto hablaremos en El Grito.

Wametisé, que cuenta con 23 artistas y está comisariado por Denilson Baniwa y María Wills en colaboración con el Institute for Postnatural Studies, reflexiona sobre los nuevos modos de creación y las existencias híbridas entre los cuerpos humanos y los vegetales, físicos y metafísicos. En general, este año tenemos varias galerías muy interesantes que se estrenan en ARCO o que hace tiempo no venían.

¿Qué opina de las obras polémicas que son tan criticadas todos los años en ARCO?

Tenemos que entender que hay artistas que trabajan con un lenguaje distinto al resto. En ocasiones, el autor de una obra levanta más la voz y el espectador también está en su derecho de hacerlo. En cualquier caso, no controlamos ese tipo de obras, aunque tampoco nos molestan.

Pero entenderá que haya espectadores que prefieran ver un cuadro de, pongamos por caso, Rafael Macarrón a un albornoz usado colgado del techo.

Eso es porque el arte está lleno de sutilezas. Hay suficiente seriedad en ARCO. Lo que ocurre es que hay que dedicarle tiempo. Si pretendemos obtener una respuesta inmediata a lo que está delante de nuestros ojos, es muy posible que no estemos siendo muy respetuosos con el artista. Hay que mirar con menos prejuicios; esperar y escuchar. Ese tiempo es el que reclamo para el arte. Por eso obligamos a los visitantes a recorrer dos pabellones.

Volviendo al Amazonas, ¿es más fuerte ahora la presencia de galerías y coleccionistas latinoamericanos?

Este año tenemos 214 galerías. 143 son extranjeras, de las cuales 46 son latinoamericanas. La presencia de este tipo de coleccionista también ha crecido. No sabemos cuánto pero sí que está influyendo muy positivamente porque muchas galerías que dejaron de venir, han vuelto.

Le iba a preguntar cuánto se facturó en ARCO el año pasado, pero claro, me va a decir que eso es algo que las galerías no les comunican…

No lo sabemos por varios motivos. Uno de ellos es porque se trata de un negocio privado. Cuando acaba la feria les hacemos una encuesta que pueden responder de forma anónima. Pero solo algunas contestan. ARCO se limita a alquilarles el estand y ayudarles para que tengan éxito, repitan al año siguiente y así todos podamos seguir vendiendo. De todas formas, no siempre se vende. El día de la inauguración suele haber mucha euforia, pero el sábado los ánimos van cambiando.

Me cuesta creer que no se venda en una feria con 100.000 visitantes y obras que, en muchos casos, valen más que el alquiler del propio espacio.

Igualmente, no lo sabemos.

¿Hay ahora más público interesado en comprar arte?

Creo que ahora hay más gente interesada en acercarse al arte y comprar, que no coleccionar, ya que eso es algo más serio.

También hay más espacios vendiendo.

Por eso para mi es tan importante el número de 200 galerías. Si este año hay más es por el Amazonas y por la calidad de las que venían. Había algunas que resultaba imposible no dejarlas entrar.

Eumeswil, 2025

“Este año tenemos 214 galerías. 143 son extranjeras, de las cuales 46 son latinoamericanas”

ARCO. Foto: EFE/Fernando Villar

En ocasiones ha llamado la atención las galerías que se han quedado fuera de ARCO. El propio Manolo Valdés llegó a decir que la feria estaba llena de espacios inútiles…

La opinión personal de Manolo Valdés prefiero no comentarla. Fue algo muy violento. Cada uno tiene su opinión de qué galerías tendrían que estar o no en ARCO. Nosotros tenemos muchos aspectos en cuenta a la hora de elegirlas. Uno de ellos es la fidelidad y el 90% de las que participa vuelve a solicitar estar al año siguiente. Por otra parte, las que ya están tienen que hacerlo muy mal para que se las eche porque eso es algo realmente traumático. Para que una entre, otra tiene que salir.

¿No resulta raro que unas galerías decidan qué galerías entran o salen?

Es la práctica común en todas las ferias importantes. Ahí tienes el ejemplo de Frieze o Art Basel. En nuestro caso, actualmente deciden 11 galerías, de las cuales cinco son españolas y seis internacionales (ver aquí el listado). Además de la fidelidad, se tienen en cuenta otros criterios como el artista representado, el proyecto, las exposiciones en las que han participado a lo largo del curso pasado, etc. Si bien la objetividad absoluta es imposible, de lo que no cabe duda es que realizamos un examen exhaustivo y con el máximo respeto. Por otro lado, si alguien del jurado tuviera un interés particular en alguna propuesta tendría que convencer a las otras 10 personas, lo cual es muy complicado. Además, tenemos un comité de apelación.

¿Opera Gallery estará en algún momento en ARCO?

No lo sé.

¿Le gusta? A título personal, me refiero.

Nunca hablo de una galería o artista. Solo puedo decir que está haciendo un gran trabajo y trayendo a Madrid nombres muy importantes. Además, tengo una gran relación de amistad con su directora, Belén Herrera Ottino.

Maribel López. Fotos: Fernando Puente
Maribel López. Fotos: Fernando Puente

El año pasado las mujeres artistas representaron el 43% del espacio expositivo de ARCO, muy lejos del 19% de 2018. ¿A qué responde este crecimiento tan brusco en tan corto espacio de tiempo? ¿Han aparecido de repente artistas que antes no existían o es que ahora se venden más fácilmente y por eso las galerías apuestan por ellas?

Es un número del que estamos orgullosos. Ahora hay más conciencia y todos los agentes que conforman el mercado del arte están implicados. De hecho, hay galerías que están impulsando este trabajo muy especialmente. Al mismo tiempo, hay coleccionistas que coleccionan solo mujeres, o que centran sus colecciones en ellas. Algo que antes era más difícil que ocurriera ya que incluso los había que directamente no querían comprar obras de mujeres.

En realidad, en el mercado global actualmente hay más mujeres artistas ultracontemporáneas que hombres. Hoy, el ranking mundial de artistas jóvenes que más venden lo protagonizan ellas. A mi particularmente no me habría parecido descabellado ver la paridad en ARCO.

En ARCO el rango de edad de los artistas es más amplio. La mayoría de las galerías tiene artistas jóvenes, pero también otros mucho más mayores o ya fallecidos. Ojalá alcancemos esas cifras en un futuro. Este 2025 auguro un porcentaje similar al del año pasado. No creo que lleguemos al 50/50.

En la edición anterior, ARCO registró casi 100.000 visitas, situándose en cifras prepandemia. ¿Ve factible superar esta cifra en 2025?

Obviamente siempre es bueno tener más público, pero 100.000 es una cifra perfecta.

¿Cómo ve ARCO en 10 años? ¿Estará aquí?

Diez años es mucho tiempo. No lo sé. Seguiré si lo que hago sigue teniendo sentido. Hablábamos antes de la necesidad de dedicarle más tiempo al arte, de cuidarlo y respetarlo; pero el mundo está yendo hacia otro lado. Me estoy resistiendo a ese cambio. El formato de ARCO no se ha vuelto antiguo. La feria evoluciona cada año con pequeñas sutilezas. Si la línea de no tener prisa continúa, lo haré yo también.