Maribel López se encuentra sentada al frente de una enorme mesa donde descansan distintas revistas, libros de arte, planos de algunos pabellones de Ifema y cuadernos con un sinfín de notas. Justo al lado, en una yuxtaposición casi perfecta, llama especialmente la atención una estantería con una hilera interminable de libros. Cada uno corresponde a una edición de ARCO, que se lleva produciendo cada año desde tiempos inmemoriales, y son tantos que es inevitable pensar en cuánto arte produce el ser humano y cuánto de ese mismo arte se pierde en el olvido.
En cierta ocasión, Kierkegaard escribió que "todo conocimiento es una reminiscencia y la vida, una repetición”. Llámenlo repetición o bucle temporal infinito pero el caso es que esta feria lleva desde 1982 mostrando irremisiblemente arte contemporáneo al mismo tiempo que se columpia entre la obligación de entretener a las masas y el narcisismo de los artistas. Todos los meses de febrero o marzo y desde hace 43 años. Ni que decir tiene que han sido infinitas las piezas que han pasado por sus pasillos. Muchas de ellas, auténticas obras de arte que han trascendido el paso del tiempo. Otras, no tanto.
Entre las novedades de este año se encuentra el proyecto del Amazonas y la aparición de nuevos espacios expositivos. También se espera una propuesta muy emotiva por parte de la galería Helga de Alvear en honor a su fundadora, recientemente fallecida. En cuanto a los artistas españoles, destaca la presencia de Cristina Iglesias, Juan Uslé, Pablo Palazuelo o Soledad Sevilla. También extranjeros como Rebecca Horn o Carlos Bunga.
De todo esto hablamos con la directora de la Feria de Arte Contemporáneo en sus oficinas ubicadas en el pabellón 1 de Ifema, así como del eterno debate de las galerías que se quedan fuera, las obras polémicas tan criticadas cada año, el auge del coleccionista latinoamericano y, por supuesto, las mujeres artistas, entre otros temas.