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Espadas de oro y joyas filigranas: los tesoros de los akan llegan por primera vez a España

Por EL GRITO

Emblema de una espada, león. Ashanti, República de Ghana, 1915.
          Cortesía del Museo Liaunig y de la Fundación Barrié

La Fundación Barrié inaugura el 14 de marzo una exposición que reúne más de 300 joyas y objetos de culto cincelados por los orfebres de esta etnia africana a lo largo de los siglos

Afincados entre las zonas forestales del sur de Ghana y parte de Costa de Marfil, los pueblos de los akan han cultivado a lo largo de los siglos una larga y refinada tradición en el trabajo de la joyería y los objetos de culto. Elementos que, más allá del valor estético, están cargados de simbolismo espiritual, social y cultural. Los collares, los brazaletes o las coronas, por ejemplo, hechos principalmente con el oro extraído de sus generosas minas, se solían utilizar en momentos de celebración. Mientras, los objetos de culto ocupaban un papel central en la espiritualidad de esta etnia africana.

Sillas para honrar a los ancestros, estatuillas, talismanes, máscaras, objetos de adivinación… Más de 300 de estos objetos llegan a España en el marco de una exposición organizada por el Museo Liaunig de Austria y la Fundación Barrié bajo el nombre de El oro de los akan. Tesoros reales del África Occidental. Se trata de la primera exhibición de esta colección privada en nuestro país y una de las primeras fuera de su sede. Todas las piezas proceden de la extensa colección Liaunig en Kärnten, Austria, una de las más notables del planeta en esta materia junto con las del Museo Británico de Londres, el Museo de Bellas Artes de Houston y el Museo del Oro de África de Ciudad del Cabo.

El conjunto de la exposición pertenece en su mayoría a los siglos XIX y XX, aunque algunas piezas puntuales son mucho más antiguas. La selección comprende desde símbolos de estatus y joyas con filigrana, hasta tallas con motivos relacionados con sus diferentes casas reales. Cada una de estas piezas es un ejemplo de su virtuosismo técnico.

Emblema de una espada, retrato. Ashanti, República de Ghana, 1896. 
            Cortesía del Museo Liaunig y de la Fundación Barrié
Corona, Ashanti, República de Ghana. 
            Cortesía del Museo Liaunig y de la Fundación Barrié

Los objetos más modernos, como los aviones o las armas de fuego, nos recuerdan que estamos ante una cultura viva. Y es que, aunque muchos de ellos son propios de la cultura africana, tienen su correlato en la cultura occidental, como el Sasabonsam, un ser mitológico asimilable a un vampiro, o el juego de mesa awalé.

En la exposición también encontraremos objetos del día a día como los pesos de oro que, en manos de los akan, adquieren formas de sillas o animales, representados con un elegante grado de abstracción. En palabras de Carmen Arias Romero, directora de la Fundación Barrié, “la colección de Liaunig se distingue de otras colecciones no solo por la singularidad temática y exquisitez técnica y artística de sus obras, sino porque es el resultado de una interacción prolongada en el tiempo y sumamente respetuosa con el pueblo productor de estas obras de arte”.

El coleccionista infiltrado

Para Peter Liaunig, director del museo Liaunig, es “una alegría y un gran honor ver que la colección llega por primera vez a España para ser expuesta. Esta exposición no sirve solamente como testimonio de la extraordinaria belleza y relevancia cultural de las piezas de oro africanas, sino que también nos brinda una oportunidad para fomentar el diálogo entre culturas. Tras su primera exposición en el museo Knauf de Alemania, creemos que esta es una ocasión excepcional para acercar estos valiosos objetos a un nuevo público interesado en el arte y, a la vez, darle una nueva vida al legado de mi difunto padre“.

 Disco decorativo con rana, Ashanti, República de Ghana. 
          Cortesía del Museo Liaunig y de la Fundación Barrié

Se refiere al coleccionista austríaco Herbert Liaunig (1945-2023), que empezó a coleccionar arte de África occidental, de Ghana y de Costa de Marfil, en Zúrich. En la galería de René David (1928-2015) y de su mujer, adquirió durante años objetos singulares hasta que el hijo de los galeristas, Jean David, que por aquel entonces se encontraba a cargo del negocio, finalmente le ofreció la colección completa de sus padres.

Comprendía 400 objetos que su progenitor había reunido desde 1957. René David vivió en Ghana y creó, a lo largo de 40 años de viajes de un mes de duración por Mali, Camerún, el Congo y Costa de Marfil, su exclusiva colección. Gracias al tiempo que permaneció allí, se convirtió en uno de los pocos blancos acogidos en el círculo más estrecho de la sociedad de Ghana y mantuvo hasta su muerte contacto con la familia real. David ofreció además una parte de su colección al Estado de Ghana como regalo, por lo que recibió un gran reconocimiento.

Hoy la colección está albergada en el Museo Liaunig de Kärnten, como contrapunto de la colección contemporánea, en un anexo subterráneo construido expresamente para ella. Se trata de la segunda vez que esta exposición sale de Austria, después de una presentación en Alemania.