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Ni un año desde su muerte, el legado de la influencer centenaria Iris Apfel acaba en una subasta

Por Sol G. Moreno

No ha pasado ni un año desde la muerte de este icónico personaje y sus pertenencias ya se venden al mejor postor en Christie’s. Coleccionó vestidos, arte y toda clase de complementos extravagantes que ahora se repartirán entre sus fans. Pero no es el único legado que se pierde en una subasta. Sotheby’s también celebra una sesión dedicada al patrimonio de Lagerfeld.

Todo coleccionista vive con el mismo temor: “¿Qué pasará con mis obras cuando me muera?” Lo piensa Juan Antonio Pérez Simón, que ya ha empezado a pactar con las autoridades de Madrid para depositar parte de sus tesoros en un posible nuevo museo; lo piensa Juana de Aizpuru, quien ha vendido su archivo documental al Reina Sofía, y lo pensó Rudolf Gerstenmaier, que donó sus pinturas al Prado y al Bellas Artes de Valencia. Porque en España, esa preocupación suele ir acompañada de un deseo por mantener unido el conjunto adquirido durante toda una vida. De ahí que sus dueños, si no tienen ningún heredero que esté dispuesto a ocuparse de mantener ese legado, traten de negociar con algún museo para que las piezas permanezcan juntas.

En Estados Unidos, más abiertos al libre mercado, han encontrado una solución alternativa: la venta por lotes, aun a costa de disgregar auténticos tesoros como los del magnate Harry Macklowe, los del cantante Elton John o los de Paul Allen, cofundador de Microsoft y dueño de, hasta el momento, la colección más rentable de la historia ofrecida en una subasta (en 2022 recaudó nada menos que 1.500 millones de dólares).

A ese listado se sumó hace casi dos años Emily Fischer Landau, propietaria de uno de los conjuntos de arte contemporáneo más importantes del mundo, incluido un Picasso de 130 millones. En 2010 regaló varios cientos de pinturas al Whitney Museum, pero siguió comprando de forma voraz hasta su muerte, por eso cuando falleció en 2023, tanto Christie’s como Sotheby’s se frotaron las manos. Esta última fue la ganadora de tan jugosa subasta, anunciada a bombo y platillo apenas tres meses después de que la empresaria y mecenas falleciese, a los 102 años. ¿Pero no tenía tres hijos? Sí, aunque ninguno quiso tomar el testigo de su madre; a fin de cuentas, la pasión coleccionista no es hereditaria.

Modelo e icono de la moda a los 84 años

Ahora es Christie’s quien presenta la venta de otra colección de una figura centenaria: Iris Apfel, la “adolescente más vieja del mundo” que revolucionó la moda con sus extravagantes atuendos. Las pertenencias de la diseñadora e interiorista nacida en Nueva York no son, ni de lejos, comparables a las de Fischer Landau; al menos no desde el punto de vista económico. Pero ambas comparten una coincidencia, más allá de su longevidad: un legado que se va a desvanecer por culpa de una venta pública.

El título escogido por la casa de subastas para presentar la colección de Apfel tiene mucho que ver con la actitud que tuvo frente a la vida: Unapologetically Iris, que significa algo así como “sin complejos” o “sin pedir disculpas”. En total se ofrecen 219 lotes, entre los que se incluyen pinturas, esculturas, mobiliario de época, joyas y objetos decorativos de sus casas de Nueva York y Palm Beach. Bucear en todos ellos es como una ventana a la intimidad de la diseñadora, que nos acerca un poco más a sus gustos e intereses. A su magnetismo, en suma.

Apfel fue una de esas personalidades que brilló con luz propia. Nació en el barrio de Queens en 1921 y estudió Historia del Arte. Fue una enamorada de la artesanía y la historia, por eso creó junto a su marido una empresa de textiles donde combinaba lo nuevo con lo viejo, siempre con unos patrones muy suyos, irreverentes a la par que joviales. Encontró su estilo en el exceso, el color y unas gafas inmensas que la convirtieron en todo un icono de la “moda geriátrica”, como ella misma se burlaba. Pues no fue hasta 2005 –con 84 años–, cuando el Metropolitan de Nueva York le dedicó la exposición Rara Avis: Selections from the Iris Barrel Apfel Collection, poniéndola en el punto de mira.

Iris Apfel. Fotografía: Ruven Afanador. © Christie’s Images LTD, 2024.

Ella ya había tenido su propia carrera profesional como diseñadora de interiores –decoró las viviendas de Greta Garbo, Estèe Lauder y la mismísima Casa Blanca, a la que regresó hasta en nueve ocasiones con diferentes presidentes–, pero de repente se encontró con una fama inesperada en plena senectud. “Siempre pensé que para exponer en el Met tenías que estar muerta”, bromeó en una ocasión. El caso es que aquella muestra supuso un renacer para la octogenaria, que todavía tuvo tiempo de convertirse en modelo para marcas de lujo, escribir un libro –Colorfur–, posar para Vogue y ejercer de influencer (impagable, la foto que publicó en Instagram para celebrar su 102 cumpleaños). Si hasta hicieron una Barbie con su nombre, que también puede adquirirse en la subasta neoyorquina junto con el conjunto real que inspiró la muñeca.

En su casa tenía cosas tan locas como un bar en forma de avestruz de tamaño natural hecho expresamente para ella, una auténtica pieza de coleccionista solo apta para excéntricos con sentido del humor y dinero, ya que cuesta 8.000 dólares. Gussy, así lo llamada Apfel, le acompañó durante muchos años en su mansión de Palm Beach, un espacio que era pura fantasía y ejemplo del exceso propio de la “matriarca del maximalismo”. Tenía espejos con marco dorado, numerosas pinturas de perros, monturas de gafas over size, cerámicas con forma de fruta, prendas de vestir de Dior o Carolina Herrera, y una curiosa silla estilo Luis XVI retapizada con un retrato de la propia Iris en el respaldo. ¡Hasta un retrato de Margarita Teresa de Austria de escuela española!

Las pujas se abrirán el 28 de enero de manera online y podrán hacerse hasta el 13 de febrero. Mientras tanto, los lotes destacados harán su propia gira por Miami y Palm Beach en busca del mejor postor. Ese mismo día, también en Christie’s pero en la ciudad de Londres, el público verá cómo otro legado se disgrega: el del comediante australiano Barry Humphries. Más conocido por su alter ego Dame Edna Everage, el actor y guionista fallecido en 2023 dejó mujer e hijos, pero parece que ninguno se ha interesado por el conjunto de pinturas, dibujos y esculturas que adquirió en vida.

Dos chaquetas cortas con volantes y etiquetado de Iris Apfel para H&M, 2022. © Christie’s Images LTD, 2024.
Caja de 18 monturas de gafas multicolor y estampados de Iris Apfel para Zenni, 2021-2022. © Christie’s Images LTD, 2024.
Conjunto de tres guantes: un par de Chanel y otro de Causse usados por el modisto hacia el 2000. Imagen cortesía de Sotheby’s.
Barbie 'Style by Iris Apfel' de Mattel a juego con el vestido anterior. © Christie’s Images LTD, 2024.
Vestido camisa de seda con bloques tricolor etiquetado de Carolina Herrera, hacia 2020. © Christie’s Images LTD, 2024. 
Bar con forma de Avestruz Gussy junto a un peluche de la rana Gustavo. © Christie’s Images LTD, 2024.
Ilustración “Karllander” de Tifanny Cooper firmada por el propio diseñador alemán. 2015. Imagen cortesía de Sotheby’s.
Silla estilo Luis XVI retapizada con un retrato de Apfel firmado por Anna Anoyo, hacia 2021. © Christie’s Images LTD, 2024.
Conjunto Barbie gris y blanco con la etiqueta de Rara Avis, 2018. © Christie’s Images LTD, 2024.
Lámpara de pie Hot Tango de Ron Arad. Serie “No hecha a mano, no fabricada en China”. 2001. Imagen cortesía de Sotheby’s. 

Quinta venta del patrimonio de Lagerfeld

Aún queda una subasta más que sumar a esta ristra de personalidades cuyo legado se perderá en el olvido: la de Karl Lagerfeld. Aunque en su caso es más sangrante, si cabe. Desde que el modisto murió en 2019, ya se han celebrado varias ventas con sus pertenencias en diversos puntos de Europa, siempre bajo la batuta de Sotheby’s.

Primero fue París, la ciudad que vio triunfar al Káiser de la moda en las pasarelas, después le siguieron Mónaco y Colonia. Ahora regresa a la capital francesa para vender lo que la casa de subastas anuncia sin pudor como “el capítulo final de la dispersión de la colección personal de Karl Lagerfeld”. Vamos, el remate final. Se centrará en sus posesiones del estudio y probablemente será la última oportunidad de hacerse con algún objeto personal del visionario diseñador.

Para la ocasión se ofrecen varios muebles edición limitada de la colección F System de Hedi Slimane y una selección de recuerdos, entre los que destaca la lámpara de pie Hot Tango diseñada por Ron Arad y estimada en 30.000 euros. Sotheby’s también saca a la venta el vigésimo conjunto de guantes del modisto por 300 euros. Un precio nimio, comparado con la cifra alcanzada por el bolso Chanel de cocodrilo que el diseñador usaba diariamente (alguien pagó 100.000 euros por ella, todo un récord).

Y es que, si comparamos esta quinta jornada del legado Lagerfeld con las anteriores, la del próximo 21 de enero se antoja algo floja. Sobre todo, después de ver cómo se han vendido en el pasado tres Rolls-Royce suyos, numerosos bocetos de sus diseños y decenas de obras de arte firmadas por John Baldessari, Joana Vasconcelos, Jeff Koons o Takashi Murakami.