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Las esculturas de Zaha Hadid: todo queda entre la luz y el vidrio

Por El Grito
Fontana Bowl, Zaha Hadid & Lalique, 2016

Refracted Nature, que podrá contemplarse hasta el 31 de enero, es la primera exposición de la galería madrileña Magalhães y Santos. En ella se unen piezas de vidrio soplado de Zaha Hadid con fotografías de uno de los fundadores del espacio, siendo los puntos de unión entre ambos sus materiales y la inspiración en la naturaleza.

En los siete jarrones diseñados por la arquitecta iraquí Zaha Hadid y producidos por Lalique que pueden verse en la exposición no hace falta explicar qué papel juega el vidrio: es evidente que se trata del material del que están hechos, a pesar de que adopte, en cada pieza, distintas formas y colores. Además, si se conoce su trabajo es fácil asociar este material con ella, pues los ventanales y cristaleras cubren gran parte de algunos de sus edificios más emblemáticos como The Opus en Dubai, el Centro Cultural Heydar Aliyev en Baku o el London Aquatics Center.

En estas piezas, que se exponen por primera vez en España, la luz se filtra, se refleja, crea en el suelo formas y composiciones azarosas que son también parte de la muestra, pues la cualidad translúcida del vidrio obliga a que, siempre que haya piezas de este material en una exposición, luz y cristal tengan que compartir necesariamente el protagonismo.

De hecho, conseguir esa cualidad fue uno de los retos al que los artesanos que trabajaron este material tuvieron que enfrentarse durante la Antigüedad, pues en un primer momento no conocían técnicas para crear vidrio transparente y solo lo utilizaban para imitar la apariencia de algunas piedras preciosas.

En las fotos que se exponen junto a las piezas de Hadid, aunque la referencia al vidrio salta menos a la vista, es también fácil de adivinar: este es necesario para fabricar las lentes de la cámara fotográfica con la que todas esas instantáneas han sido tomadas: desde las puestas de sol hasta los detalles –inadvertidos para la mayoría– que el fotógrafo destaca de ciertas esculturas durante sus incursiones en museos buscando contar, con obras cinceladas hace siglos, nuevas historias.

Por supuesto, además del juego de lentes, el otro elemento necesario para tomar una fotografía es la otra protagonista de la muestra: la luz, que es capturada e inmortalizada en cada instantánea. La mayoría de las tomas son en blanco y negro, donde las diferencias de iluminación toman el protagonismo absoluto, sin la distracción del color. Las únicas excepciones, por otro lado, son imágenes de puestas de sol.

Visio Vase, Zaha Hadid & Lalique, 2014
Horcajuelo 1, 2024. FRIEDRICH H. MAGALHÃES
Fontana Bowl, Zaha Hadid & Lalique, 2016
Barberini 1, 2024. FRIEDRICH H. MAGALHÃES
Visio Vase, Zaha Hadid & Lalique, 2014
Louvre 1, 2024. FRIEDRICH H. MAGALHÃES
Visio Vase, Zaha Hadid & Lalique, 2014
Marbella 1, 2024. FRIEDRICH H. MAGALHÃES
Manifesto Vase, Zaha Hadid & Lalique, 2014

Una oda a la naturaleza

El vidrio es incluso el protagonista de los pequeños contratiempos de la velada, tal y como nos confiesa Magalhães mientras admiramos una serie de instantáneas en blanco y negro de un atardecer en Horcajo de la Sierra. Hay expuestas tres tomas distintas de esta puesta de sol, pero él nos explica que falta su favorita, puesto que el vidrio que la protegía se ha roto justo antes de comenzar la exposición.

Aun así nos la muestra, con el cristal resquebrajado, y entendemos por qué es su preferida: se trata de la imagen con más zonas oscuras en la superficie Del Valle, salvo por ciertos pueblos o puntos del mismo que aparecen especialmente iluminados, de una forma que parece demasiado concreta para ser fruto del azar, pero que sin embargo lo es.

Palmeras 3 b/n, 2024. FRIEDRICH H. MAGALHÃES
Manifesto Vase, Zaha Hadid & Lalique, 2014

Por supuesto, entre todas estas obras nacidas gracias a la luz y al vidrio hay un nexo más, que tiene que ver con estos materiales y también con las temáticas que los jarrones y las fotografías abordan: la naturaleza.

Hadid es conocida por incorporar formas orgánicas a su arquitectura, y lo mismo hace en estas obras, recreando unas curvas que parecen aportar algo de blando a la aparente dureza y frialdad del vidrio soplado. Además, aunque este material tal y como lo conocemos se fabrica artificialmente, el vidrio puede encontrarse también en la naturaleza como resultado de ciertos procesos entre los que se encuentran la vulcanización o la caída de meteoritos o rayos, por ejemplo. Magalhães, por su parte, toma a la naturaleza como protagonista en la mayoría de sus fotografías, tomadas en valles, montes o costas. Para ello contempla la escena durante largos periodos de tiempo, capturando las variaciones lumínicas y los cambios que estas provocan en el paisaje.

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