Lucky Luke cabalga el mercado del arte y sale por primera vez a subasta
Por Sol G. Moreno
El próximo mes de noviembre se subastarán, en primicia mundial, 50 tiras originales del vaquero solitario que hizo famoso a Maurice de Bevere, más conocido como Morris. El personaje de cómic debuta así en el mercado del arte con una selección de historietas estimadas entre 20.000 y 70.000 euros cada una.
Lucky Luke cabalga de nuevo. Pero no por el lejano oeste sino por Bruselas, Ginebra y París. Ese es el periplo que ha preparado Christie’s para su última gran apuesta dirigida al público en general y a los amantes del cómic en particular, especialmente aquellos seguidores del vaquero solitario que “dispara más rápido que su sombra”. Como los grandes lotes de la temporada, que hacen una gira mundial en busca de algún coleccionista que les eche el ojo y anime las pujas el día de la subasta, el medio centenar de páginas dibujadas por Morris podrá verse a partir de octubre y de manera consecutiva en tres ciudades europeas, para delicia de sus fans y mayor deleite de la casa de subastas, que espera recaudar entre 2,4 y 3,4 millones de euros por el conjunto.
Resulta curioso comprobar cómo esa orquestada campaña de marketing de exponer por Europa las obras más jugosas ya no es exclusiva de los llamados blue chips; es decir, las grandes obras firmadas por autores de primerísimo nivel que aspiran a romper el mercado, como El imperio de la luz de Magritte, que también se ofrece en Christie’s el próximo mes. Pero la ocasión desde luego lo merece, porque se trata del debut mundial de Lucky Luke en subasta; un estreno del todo excepcional, ya que el personaje rara vez ha salido de las páginas de sus álbumes.
Entre las viñetas incluidas en Morris: l’homme qui créa Lucky Luke se encuentra una que alude a Calamity Jane publicada en 1967, otra correspondiente al mítico álbum de Lucky Luke contra Pat Poker de 1953 o la que se refiere a Phil Defer, octavo álbum lanzado en 1956 donde el personaje homónimo era la némesis del protagonista. También se incluye una tira donde el vaquero se encuentra con nada menos que Sarah Bernhardt, la diva del cine de fines del siglo XIX, un reencuentro que hicieron posible en 1982 Xavier Fauche y Jean Léturgie. La jornada del 15 de noviembre huele a récord, desde luego, aunque solo sea porque no hay referentes previos y las expectativas están por las nubes.
El vaquero al que obligaron a dejar de fumar
El cowboy más famoso del mundo de la ilustración –con permiso de El llanero solitario– nació en 1946 de manos de Maurice de Bevere, más conocido como Morris. Entonces el autor belga concibió un personaje que pretendía ser un homenaje a los westerns que triunfaban en el cine, pero su viaje a Estados Unidos y el contacto con los viñetistas americanos de la revista Mad le ayudaron a darle a Lucky Luke ese tono de parodia que tanto sedujo después.
Al principio fue un yo me lo guiso yo me lo como del propio Morris, hasta que conoció a Renè Goscinny –el padre de Astérix–, quien de 1955 a 1977 se ocupó de los textos. De hecho, fue él quien inventó la canción con la que cerraba cada historieta el bueno de Luke. Juntos, dibujante y guionista hicieron viajar al vaquero solitario por las vastas llanuras de Estados Unidos, conociendo a algunos personajes históricos como el presidente Abraham Lincoln, el empresario Levi Strauss o el mítico William McCarthy (Billy el Niño).
Aquellas aventuras tuvieron un éxito brutal durante la segunda mitad del siglo XX, razón por la cual se tradujeron a 30 idiomas y llegaron a venderse más de 300 millones de copias en todo el mundo. La visibilidad del cowboy fue tal, que en 1983 fue blanco de la liga antitabaco, por eso el pobre vaquero tuvo que sustituir su sempiterno cigarrillo por una brizna de hierba, detalle nada nimio que le valió a Morris un premio de la Organización Mundial de la Salud.
En vida del dibujante se editaron 71 libros, pero la historia continúa. Porque a diferencia de Hergé, cuando Morris murió permitió que el personaje siguiese con sus andanzas de la mano de otros viñetistas como Achdè, que aún se ocupaba de mantener vivo a ese tipo delgaducho con sombrero y flequillo acompañado de su fiel Jolly Jumper, “el caballo más inteligente del mundo”. Y así es como Lucky Luke ha seguido cumpliendo años, hasta llegar a los 78.
Quizá por eso sus tiras cómicas son consideradas objeto de culto entre los foros de tebeo-aficionados, aunque ahí los ejemplares a la venta –escasos y muy codiciados– apenas llegan a las tres cifras. Lo que ahora subasta Christie’s París son palabras mayores: 50 tiras cómicas creadas entre 1947 y 2001 publicadas en vida por el dibujante y estimadas en cien veces ese precio.
Esta salida al mercado de un nuevo personaje tan popular y querido demuestra la apuesta de las grandes casas de subastas por abrirse a un nuevo perfil de coleccionista, más interesado en coches de alta gama, joyas, bolsos de lujo e incluso objetos fetichistas. Precisamente por eso se han popularizado las ventas dedicadas a famosos, como las posesiones personales de Freddie Mercury o Elton John, además de los supuestos dibujos hechos por Michael Jackson que este agosto generaron tanta polémica en Estados Unidos. Más recientemente, Sotheby’s ha celebrado una jornada titulada Popular Culture, donde ofrecía desde una lista de canciones manuscrita en una servilleta por Mick Jagger hasta el pasaporte de Marianne Faithfull o una guitarra de Noel Gallagher que se terminó adjudicando por nada menos que 132.000 libras, tras volar desde las 80.000 libras iniciales..
Ahora le toca el turno a los tebeos. Y si hace unos meses el noveno arte batió su propio récord con un rarísimo ejemplar de Action Comics 1 vendido por casi seis millones de dólares, en noviembre veremos hasta dónde es capaz de llegar Lucky Luke.