Arquitectura y diseño

Las construcciones españolas abandonadas

Texto y fotos Dan Gamboa Bohórquez

Planta Denver. Almería. 2021

Las construcciones que son abandonadas a su suerte pronto comienzan a mostrar los primeros síntomas de abandono. Si pasa el tiempo suficiente, los estragos del tiempo acaban por envolverlas en una pátina de nobleza y misterio que invita a imaginar sus vidas pasadas. Hacemos una selección de algunas de las más impresionantes de España.

Corría el siglo XVIII, y por las calles de Roma, un joven Giovanni Battista Piranesi se detenía a dibujar cómo el paso del tiempo carcomía las viejas obras de ingeniería y arquitectura bajo el romántico palio de la ruina. Como individuos hemos estado atraídos, de manera contemplativa o incluso morbosa, por la forma en que nuestros espacios son afectados por el abandono y terminan destruyéndose (si preferimos hablar de "destrucción" en lugar de "transmutación") hasta desaparecer por completo.

Existe una disciplina dedicada a la exploración de edificios abandonados conocida como "urbex", un acrónimo de "exploración urbana". Esta actividad singular se sitúa entre el turismo oscuro y el turismo cultural. No es casualidad que, bajo el halo de lo romántico, en el urbex se destaque la figura de Philibert Aspairt, quien murió en 1793 perdido entre la red de túneles de las catacumbas de París.

La exploración urbana es una forma de percibir el patrimonio desde su antítesis, explorando lo que aparentemente está sobreexplorado. Es, en cierto modo, atestiguar el lapso de tiempo transcurrido entre el abandono y la desaparición de un edificio. Un lugar abandonado es patrimonio en potencia: el abandono puede considerarse como parte del proceso de devolver el lugar a la naturaleza, y al no representar ningún interés de preservación, se convierte en una especie de anti patrimonio.

Estos son los cinco lugares abandonados en España que hemos explorado y que más nos han gustado, espacios que están, que han sido cercenados o definitivamente han sido demolidos.

Factoría de Nitrasur, Oviedo

Aproximándose a Langreo, un pequeño pueblo cerca de la capital asturiana, se alza una torre de refrigeración como un hito que indica la llegada a la Factoría de Nitrasur. Este enorme complejo de 200,000 metros cuadrados, creado en 1954 por el ingeniero Carlos Fernández Casado, está catalogado como una de las mejores muestras del movimiento moderno industrial. Las naves espaciosas, los voladizos en hormigón armado y el interior de la torre, cuyo suelo desnudo ha sido depredado por las plantas, crean atmósferas casi sacadas de la ciencia ficción.

Interior de la torre de refrigeración de la fábrica de Nitrasur, Asturias. 2022

Nitrasur es un ejemplo destacado del proceso que sufre un edificio abandonado cuando se encuentra en el limbo entre la desaparición y la preservación. La constante amenaza de demolición para dar paso a nuevos proyectos en el terreno añade una capa adicional de incertidumbre y urgencia a su estado actual.

Minas de Oro de Rodalquilar, Almería

Dentro de los quiebres del paisaje almeriense se encuentra uno de los lugares más interesantes para explorar y, a su vez, uno que de cierta forma ya hemos explorado a través de las pantallas. La localidad de Rodalquilar experimentó un vertiginoso ascenso económico desde 1880 debido a la extracción de oro y otros minerales valiosos, hasta su cierre en 1966, luego de un esfuerzo infructuoso por sacar provecho de una tierra ya agotada.

Vista general de las minas de Oro de Rodalquilar, Almería. 2021

Explorar este territorio de cortijos, túneles y fábricas revela que, entre el aparente caos, existió una secuencia de procesos y alteraciones del paisaje que dejaron un complejo industrial lo suficientemente único como para ser escenario de escenas del séptimo arte. Películas como El bueno, el feo y el malo, Indiana Jones y la Última Cruzada, El misterio de Wells y Exodus. encontraron en Rodalquilar un telón de fondo ideal para sus historias.

Batería de Costa de Gorliz, Vizcaya

En la costa vizcaína se encuentra un remanente de túneles y puestos de tiro construidos en la década de 1940, tras la Guerra Civil española, con el propósito de defenderse de una posible amenaza de los Aliados en caso de un ataque a la España bajo el régimen de Franco después de la Segunda Guerra Mundial. De esta batería de costa, a menudo confundida con el Cinturón de Hierro, apenas queda una red de túneles, que se extiende a lo largo del acantilado y puede recorrerse con facilidad mientras se desciende por él. Al final del recorrido, se puede encontrar el que sería el último cañón en pie, un vestigio de una amenaza que ya no existe, creando una imponente cornisa de terror ante el mar.

Cañón de tiro. Batería de Costa de Gorliz, Vizcaya. 2021

Cementera de Atarfe, Granada

A las afueras de Granada se encuentra el cadáver de un complejo industrial que se resiste a desaparecer. La antigua Cementos Centauro, que construyó este edificio en 1923 y operó hasta finales de 1968, cuando lo vendió a otra compañía, languidece a un costado de la vía, justo al pie de Sierra Elvira.

Interior de la Cementera de Atarfe, Granada. 2021
Interior de la Cementera de Atarfe, Granada. 2021

Este complejo se desenvuelve en una maraña de niveles, espacios vacíos y grafitis, como un laberinto resultado de los trazos que Inocencio Romero de la Cruz realizó hace más de un siglo. Sin haber previsto jamás que su obra se transformaría en una ruina escheriana de escaleras escarpadas, vacíos y silos macizos, hoy el lugar se ha convertido en un lienzo para múltiples grafitis.

Piscinas de Castellnou, Barcelona

Ubicadas a las afueras de Barcelona, las piscinas de Castellnou fueron inauguradas en la década de 1970 y pudieron albergar a 4,000 personas, gozando de gran éxito durante los años siguientes. Sin embargo, en la década de 1980, su fama comenzó a decaer debido a la aparición de piscinas cercanas, daños estructurales, baja rentabilidad y la trágica leyenda de dos jóvenes que fallecieron en las instalaciones.

Piscinas de Castellnou, Barcelona. 2022

A pesar del paso del tiempo, su diseño funcionalista permaneció legible: se trataba de un amplio espacio abierto con las piscinas rodeadas por cientos de vestuarios individuales, que se mantuvieron en buen estado y llegaron a ser set de grabación para comerciales y videoclips. En ese extraño juego de registrar edificios abandonados como espacios “anti-patrimoniales” sin conocer su destino final, las piscinas de Castellnou fueron finalmente demolidas en diciembre de 2022.