El primer museo de la guerra civil coge forma en Teruel: 1000 m2 y de carácter “reconciliador”
Por ANA Mª NIMO
Fue el Gobierno de Aragón, entonces de signo socialista, el que impulsó la creación de “un espacio en el que reflexionar y profundizar sobre la influencia que esta guerra tuvo en la Historia contemporánea de España y de Europa”. Sin embargo, la llegada del PP y Vox -contrarios a la Ley de Memoria Democrática- ha dejado en el aire el enfoque de un proyecto cuyas obras están próximas a finalizar.
El Museo de la Guerra Civil-Batalla de Teruel está llamado a llenar un hueco difícilmente justificable en un país que cuenta en su haber con más de 1500 instituciones museísticas y en el que, al contrario de lo que ocurre en otros como Alemania, donde existen infinidad de pinacotecas que abordan el Holocausto desde diferentes ángulos, no hay ni uno solo que dé testimonio de todo lo que supuso un episodio histórico tan vertebral -y reciente- como el de la Guerra Civil española.
Pero esto podría cambiar con la apertura de este espacio cuya construcción estaba prevista que finalizase a finales de verano, pero que es posible que se prolongue unas semanas más por un problema con la disponibilidad de suministros. Todavía no ha trascendido cuál será exactamente su proyecto museístico. Todo lo que ha aventurado hasta el momento la directora general de Patrimonio Cultural, Gloria Pérez, es que el proyecto contará con una “vertiente cultural” y que se dotará al museo de “un contenido que propicie lo que es el conocimiento objetivo y riguroso de la realidad de lo que fue la Guerra Civil”.
A falta de conocer más detalles, resulta tentador soñar con un espacio que sirva como repositorio de una memoria que cuenta con documentación gráfica firmada por los grandes cronistas del siglo pasado. Los reportajes de Ernest Hemingway para la North American Newspapers Alliance, las fotografías de Robert Capa, las obras de todos esos artistas que destilaron en ellas el horror de la guerra, los escritos de los exiliados, los carteles creados por Carlos Sáenz de Tejada y de Lezama y José Renau para arengar a las masas de uno y otro lado… Hay material de sobra para llenar las salas de varios museos.
El proyecto inicial
Esta primera fase, que cuenta con una inversión de 2,85 millones de euros financiados con el Fondo de Inversiones de Teruel, dará forma a una estructura de unos 1.100 metros cuadrados, destinados, en principio, a acoger una exposición permanente sobre las batallas que se sucedieron en suelo aragonés entre diciembre de 1937 y febrero de 1938.
En una segunda fase, está previsto que se construya el resto del edificio y que se habiliten las salas destinadas a abordar todo el contexto de la Guerra Civil española. Su volumen principal será de color tierra, en referencia a la atmósfera del conflicto, y, el secundario, de color blanco, en alusión a la paz.
La iniciativa de la creación del primer Museo de la Guerra Civil partió del anterior Gobierno de Aragón -liderado por el PSOE con el apoyo de Podemos- con el asidero de haber sido el escenario de uno de los momentos más decisivos de la contienda. Su propósito era el de “ofrecer un espacio en el que reflexionar y profundizar sobre la influencia que esta guerra tuvo en la Historia contemporánea de España y de Europa en todos sus ámbitos, no exclusivamente en el militar, sino también en la cultura, en los colectivos sociales, en el frente y en la retaguardia”. Iba a tratarse de “un museo de la reconciliación", según declaró entonces el catedrático Javier Paniagua, encargado de coordinar a los grupos de trabajo que iban a definir el guion museístico de la institución.
Con la irrupción de PP y VOX -partidos contrarios a la Ley de Memoria Democrática- en el Gobierno aragonés tras las elecciones del verano del año pasado, cabe esperar un enfoque distinto al que se planteó en un inicio.
El único museo sobre la Guerra Civil española: digital y canadiense
Más allá de nuestras fronteras, sí existe un museo dedicado a la contienda que partió España por la mitad, pero ni es español ni puede uno darse una vuelta por él. Se trata del Museo Virtual de la Guerra Civil Española, “el primer museo dedicado a este evento crucial del siglo XX”, inaugurado hace dos años gracias al empeño de un grupo de académicos, capitaneados por Antonio Cazorla y Adrian Shubert, y al sostén económico de la Universidad York (Canadá), la Universidad Trent (Canadá), Social Sciences and Humanities Research Council of Canada y, en menor medida, el Gobierno de España.
La imagen de una mujer que se dobla sobre sí misma mientras llora la muerte de su marido, muerto durante el bombardeo franquista de Lleida, sirve de antesala para una serie de galerías organizadas por temáticas que profundizan en distintos aspectos del conflicto: desde el comienzo de la Guerra Civil en el Norte de África hasta cómo era la vida cotidiana en el frente pasando por la implicación de los actores internacionales.
Actualmente, el site dispone de más de 300 entradas aunque su vocación es la de “continuar expandiéndose en los próximos años”. En ellas encontramos distintos archivos gráficos acompañados por extensos textos explicativos debidamente documentados. La procedencia de esta documentación es muy diversa, tanto que, desde hace unos meses, el museo cuenta con una galería abierta en la que se invita a particulares a compartir sus historias y recuerdos personales.
Es posible que tanto esta iniciativa como la de Teruel hayan alentado al Gobierno de España a anunciar su intención de crear un Centro de la Memoria Democrática con sede en Madrid. Su finalidad “será la salvaguarda de la dignidad de las víctimas de graves violaciones de derechos humanos sucedidas en el pasado en España”. Poco más se conoce del proyecto por ahora. Esperemos que no caiga en el olvido.