Arquitectura & Diseño

Esta es la joya arquitectónica del modernismo californiano que un ‘guardián de la galaxia’ ha destruido

Por Mario Canal

Casa Zimmerman

El ‘marveliano’ Chris Pratt acaba de demoler una casa histórica de mediados del siglo XX para edificar en su lugar una enorme mansión. Esta decisión ha sido duramente criticada por los amantes de la arquitectura. La Casa Zimmerman fue diseñada en los años 60 por Craig Ellwood, un buscavidas que sin ser arquitecto -ni llamarse de tal forma- llegó a ser considerado el Mies van der Rohe norteamericano.

Es considerado uno de los hombres más atractivos de Los Ángeles y pasea su bronceado por Hollywood montado en un Ferrari o un Lamborghini de color verde lima, según el día. Junto a su esposa, forma una de las parejas más influyentes de California y son habituales de las páginas de sociedad. Por su popularidad, podríamos estar hablando de Chris Pratt y su mujer Katherine Schwazenegger, hija de Arnold, pero en realidad, nos estamos refiriendo a Craig Ellwood, el hombre que elevó el estilo modernista californiano a su máxima expresión y creador de icónicas edificaciones, una de las cuales acaba de ser derribada por el protagonista de Los Guardianes de la Galaxia.

En realidad, Ellwood ni siquiera era arquitecto. Y Craig Ellwood no era su verdadero nombre. Jon Nelson Burke nació en 1922 en Clarenton, Texas. Fue un personaje de gustos personales decadentes y grandes dotes para la promoción. Cuando tenía cinco años su familia se mudó a California y ya de adulto explotó dos de sus principales talentos, el atractivo físico y sus dotes sociales, trabajando como modelo masculino y comercial de ventas. Después, se convertiría en promotor inmobiliario entre los años 50 y 70, haciendo realidad aquel estilo arquitectónico sencillo y fotogénico que rápidamente se expandió por todo el mundo gracias a su economía de medios y sofisticación.

Otros arquitectos antes que él en California –Richard Neutra, J.R. Davidson o Whitney R. Smith– comenzaron a inspirarse en los maestros europeos para la construcción de viviendas unifamiliares, como Mies van der Rohe y otros herederos de la Bauhaus. Pero con Ellwood cristaliza el modernismo americano porque consigue industrializar el proceso constructivo. Es el momento en el que los espacios domésticos se abren haciendo desaparecer tabiques, donde el exterior y el interior de las casas se desdibujan. El cristal y el acero permiten crear estancias que no se sabe dónde empiezan o terminan y son de una espectacular limpieza cúbica. En ellas, parece que lo único importante son el mueble bar y el tocadiscos, porque invitan al disfrute hedonista que sintetiza un mundo nuevo. La Segunda Guerra Mundial es un recuerdo del pasado y ahora sólo importa que la luz del sol inunde las estancias. Simular que se vive en una serie de televisión.

Craig Ellwood. Foto: George Rose/Getty Images
Casa Zimmerman

La edificación que el actor Chris Pratt decidió derribar hace unas semanas era un ejemplo perfecto de ese movimiento arquitectónico californiano. Construida por Craig Ellwood en 1950, la Casa Zimmerman no era muy grande para el tamaño de las mansiones que se levantan en la zona. Tenía poco más de 250m2, cinco dormitorios y tres cuartos de baño, era una edificación sencilla, situada en Brentwood, una de las zonas más cotizadas de Los Ángeles. Pero esa misma limpieza en sus formas geométricas y la precisión de sus volúmenes la convertía en un ejemplo inigualable del estilo modernista californiano.

La casa -ubicada en una parcela frente a la residencia de su suegra- fue adquirida por el actor hollywoodiense hace dos años 12,5 millones de dólares y ahora planea construir una edificación de 4.500 metros cuadrados. Como arquitecto, él y su mujer han elegido a Ken Ungar, diseñador conocido por crear mansiones de estilo tradicional asimilables a las que suelen darse en Nueva Inglaterra, en la Costa Este de EEUU: madera blanca en el exterior, tejados oscuros a varias aguas y ventanas enmarcadas. La casa americana de toda la vida.

En cambio, la Zimmerman tenía sola planta de plano rectangular y, a parte de los dormitorios, sus estancias se comunicaban entre sí con total libertad, abriéndose al jardín diseñado por Garret Eckbo. En las fotografías tomadas para la revista Progressive Architecture en 1950 se puede observar en el centro de la sala de estar una mesa Noguchi y el resto de decoración típica del estilo mid-century. En el frontal de la casa y en su cara anterior había grandes ventanales de puertas corredizas y las zonas privadas se situaban a ambos lados de la zona común. La sencillez, la eficiencia y la precisión eran sus principales características. Valores que hicieron de Craig Ellwood uno de los grandes nombres de la arquitectura de su época.

Un fan llamado Norman Foster

Jon Buck tomó el nombre de Ellwood de la licorería que estaba bajo su oficina, cuando se decidió a montar una empresa constructora. Había estudiado estimación de costes para la construcción en una escuela nocturna y comenzó a trabajar para otros promotores. Uno de sus primeros clientes fue John Etenza, que entonces estaba construyendo la Case Study #9 que los diseñadores Charles y Ray Eames, junto a Eero Saarinen, habían concebido.

Craig Ellwood entraría así en contacto con la mejor arquitectura del momento y entendería cuál podía ser su lugar en la misma, teniendo en cuenta sus habilidades para la (auto)promoción y su capacidad para hacer las edificaciones más económicas. Del diseño de las casas se encargaría su equipo de arquitectos, a quienes Ellwood jamás llegaría a conceder crédito en ninguna de las obras que levantó, pero que su biógrafo Neil Jackson ha rescatado. Fueron James Tyler, Robert Peters, Emiel Becsky, Ernest Jacks, Jerrold Lomax, Philo John Jacobson, Gerald Horn, Alvaro Vallejo y Stephen Woolley.

Una vez convertido en promotor, Ellwood consiguió que tres de sus casas formaran parte de los Case Study de Eternza, que hicieron de California el sueño de cualquier amante de la arquitectura. Entre 1945 y 1966 la revista Arts&Architecture lanzó un programa para levantar casas unifamiliares vanguardistas al que fueron invitados los principales proyectistas que trabajaban en EEUU. Entre ellos estaban Richard Neutra, Rafael Soriano, Pierre Koeing, A. Quincy Jones, Esward Killingswoth, Rodney Walker, Ralph Rapson y Kemper Noland Jr., además de los Eames, Saarinen y Ellwoods. Sólo dos de las 27 piezas se construyeron fuera de California y el programa constituyó todo un éxito a la hora de concienciar al público sobre los valores de la nueva arquitectura. Cientos de miles de personas visitaron las construcciones unifamiliares, que además tuvieron gran repercusión impresa, al ser documentadas por el mítico fotógrafo Julius Shulman.

Casa Smith (1955-58)
Casa Smith (1955-58)

En el ejemplar de Arts&Architecture en el que Etenza anunciaba el proyecto Case Study Houses, que en su origen tenía sólo ocho obras, escribió: “Por supuesto, asumimos que la forma de vida de la posguerra es de primordial importancia para una gran cantidad de estadounidenses, y esa es nuestra razón para intentar encontrar al menos una respuesta suficiente que oriente al pensamiento actual sobre la cuestión. Si esa respuesta será la casa milagrosa aún está por verse, pero nuestra suposición es que después de que todos los brujos hayan revuelto el caldo, la casa que surgirá de los vapores será concebida dentro del espíritu de nuestro tiempo, utilizando, en la medida de lo posible, muchas técnicas nacidas de la guerra y los mejores materiales adecuados a la expresión de la vida del hombre en el mundo moderno”.

En ese contexto de frenesí y excitación constructiva de los años 50, Craig Ellwood aprende a moverse como nadie. Más que una brujo de cuya poción mágica surgió la casa soñada por la clase media estadounidense, era lo que hoy conoceríamos como un vende-humos. Pero uno capaz de hacer posible algunas de las villas más elegantes del momento. “Es difícil hacer una lista de mis héroes”, dijo el arquitecto Sir Norman Foster, “pero, si la hiciera, Craig Ellwood estaría entre ellos”. Y también: “Todos los edificios de Ellwood tienen una elegancia estructural y una economía de medios comparables a los de Mies van der Rohe. Pero mientras las estructuras de Mies tienden hacia el monumentalismo, las de Elwood son ligeras, justas. Uno no puede sino preguntarse cómo tan poco acero es capaz de aguantar tanta cubierta”, escribió el británico.

De arquitecto amateur a pintor abstracto

Una de las 98 edificaciones que construyó Ellwood antes de morir en 1992 -58 de las cuales domésticas- que, probablemente más guste a Foster sea la Casa Smith (1955-58), construida sobre un barranco de Crestwood Hills. Elevada por un andamiaje que salva el terreno desigual, parece flotar en el aire. Es poco más que una caja de luz sostenida sobre unos ligeros listones de acero, pero su precisión gráfica sumada a la eficacia de la ingeniería hacen de ella una verdadera joya. Debido a las inclinaciones del terreno habituales de la costa californiana, este tipo de edificaciones sostenidas fueron uno de sus grandes éxitos –entre las más preciadas está la Hunt House, en Malibú, de 1955–. Pero, por encima de todas ellas, destaca el Art Center College of Design de Pasadena, California (1976).

Esta icónica pieza de la arquitectura contemporánea es una lámina plana y alargada que conecta dos elevaciones del terreno separadas por una hondonada. Los alrededor de 200 metros en los que el edificio vuela no necesitan de ningún pilar, por lo que la imagen resulta espectacular. Debido a que la estructura a nivel visual parece terminar justo antes de alcanzar la segunda elevación, la construcción remite a un plano cuyo equilibrio se compensa sin esfuerzo por alguna fuerza invisible. Las obras de esta especie de puente que alberga las instalaciones de una escuela de diseño y arquitectura se dilataron siete años en el tiempo por culpa del precio del acero y fue la última gran obra construida por el estudio de Ellwood –atribuible, de hecho, al arquitecto Jim Tyler–.

Hunt House, built in 1957 (@hunthouse_malibu)
Hunt House, built in 1957 (@hunthouse_malibu)
Art Center College of Design de Pasadena, California. Craig
            Elwood, 1975
Art Center College of Design de Pasadena, California. Craig Elwood, 1975
Casa Rosen, Craig Elwood. 1961/1963
Casa Rosen, Craig Elwood. 1961/1963
Casa Rosen, Craig Elwood. 1961/1963
Casa Rosen, Craig Elwood. 1961/1963

Para entonces, a finales de los 70, la arquitectura posmoderna se abría paso por todo el mundo cargada de ironía y novedad. La simplicidad estética del modernismo se convirtió en algo del pasado, aunque reconociblemente atemporal, y Craig Ellwood se retiró junto a su esposa a vivir a la Toscana italiana, donde se transformó en pintor abstracto cercano al arte óptico. Una fórmula con la que podríamos pensar que pretendía dar movimiento sobre el lienzo a las formas cúbicas tridimensionales que construyó durante casi treinta años. Como legado, dejó tras de sí proyectos como la Casa Rosen (1962), construida sobre un terreno plano, con una sola planta también y de carácter lineal rectangular. Un clásico Ellwood. Otro caso de pulcritud que parece fácil de alcanzar y queda definido por el conocimiento de los materiales y la contención estética.

Ahora, ese legado cuenta con una construcción menos. Chris Pratt, uno de los actores mejor pagados, que se dio a conocer en la serie Parks & Recreation y ha protagonizado blockbusters como Jurassic World: Dominion y Los Vengadores, es también de los menos populares de Hollywood. A las posturas políticas y religiosas que le han granjeado duras críticas en sectores de opinión opuestos a su visión de la vida, se suma ahora la animadversión que ha despertado en los amantes de la arquitectura la destrucción de la Casa Zimmerman. Un pecado capital que recuerda la necesidad de transformar en bienes patrimoniales las construcciones de calidad históricas, aunque parezcan estar pasadas de moda.