La última expo de Juergen Teller ridiculiza el artificio del mundo de la moda (y solo por eso nos encanta)

Juergen Teller lleva más de tres décadas desafiando los estereotipos que rodean al mundo de la moda. Frente al tipo de fotografías artificiosas que solemos ver en las revistas de la prensa rosa, con protagonistas envueltas en una perfección construida y que nace en la frialdad de un estudio, el objetivo de la cámara de Teller aboga por la naturalidad y el humor. En sus singulares instantáneas, mezcla el estilo de vida de sus retratados con lo puramente cotidiano, pasando más allá de los estándares de belleza. Así, sus modelos a menudo adoptan poses imposibles o incluso muestran su cuerpo desnudo, lo que ha provocado que en más de una ocasión su obra sea calificada de grotesca. Porque ante todo Juergen Teller es eso: moda y provocación.

Los primeros pasos del fotógrafo alemán en Londres dieron a luz míticas portadas de álbumes, como la del single Nothing Compares 2 You de Sinnead O’Connor, fallecida el pasado verano. Poco después, a mediados de la década de 1990, abrazó la fotografía de moda para no soltarla hasta hoy. Su cámara ha inmortalizado a músicos, modelos, amigos y familiares, dentro de un un prisma íntimo y relajado -a veces cómico- nunca antes visto en el mundillo. Kurt Cobain, Björk o una jovencísima Kate Moss son solo algunos de los ejemplos de la infinidad de personalidades que han posado para él.

En esa misma época nacieron algunas de sus colaboraciones más fructíferas, muchas de las cuales han sobrevivido inquebrantables al paso del tiempo, como la que mantiene con Marc Jacobs. Para uno de sus anuncios decidió autorretratarse junto a la mismísima Charlotte Rampling y, esta misma colaboración también dio a luz, en 2008, una de sus imágenes más icónicas: la de las piernas de la célebre Victoria Beckham.

Frente a la imagen seria, rígida y artificial que solemos ver en el mundo de la moda, una visión íntimamente relacionada con las cantidades de dinero que maneja el sector, Teller prefiere caminar entre lo serio y lo divertido, procurando dar un aire fantástico a sus fotografías. Recientemente, para la edición de Mejores Actuaciones de 2024 de la W magazine, inmortalizó a las celebridades de Hollywood con un aire desenfadado, en lugares curiosos y poses extravagantes que se alejan de las fotografías de moda tradicionales. Así, nos coloca a Margot Robbie en un escaparate, rodeada de pelucas; o a Ryan Gosling con un ken en el bolsillo de su chaqueta Gucci. Ambas instantáneas hacen referencia a su brillante participación en la taquillera película Barbie.

Los trabajos de Juergen Teller han aparecido en toda clase de campañas de moda y en reportajes para otras revistas como Vogue o Index, e incluso en libros y catálogos, que bien realiza por encargo o siguiendo su vertiente más personal. Pero además, su obra se ha ligado íntimamente al arte contemporáneo y ha formado parte de exposiciones en grandes museos, aunque nunca antes con la magnitud de este año pasado, cuando tuvo la oportunidad de marcar un nuevo hito en su trayectoria: la inauguración de una gran retrospectiva que recorría sus colaboraciones y encargos, sus trabajos editoriales y su obra más personal.

Los instantes memorables de nuestra vida

I need to life empezó su andadura en el imponente Grand Palais Éphémére de París para pasar a principios de este año a la Trienal de Milán, donde estuvo abierta al público hasta el pasado 1 de abril. Los afortunados que visitaron la muestra fueron recibidos por lo que podría considerarse como una declaración de intenciones: una fotografía del propio Teller cuando tan solo era un bebé. Esta abría paso a más de 1000 obras en un recorrido que abarcaba toda la trayectoria del fotógrafo pasado, por supuesto, por algunos de sus retratos más icónicos a celebridades como Joan Didion o el mismísimo Yves Saint Laurent.

Pero, más allá de sus principales trabajos en el mundo de la moda, la exposición pretendía recorrer la vida del artista. Algo que a priori puede sonar anecdótico pero que, en el caso del fotógrafo alemán, resulta fundamental para entender su obra personal, que aparece salpicada de todas sus vivencias, pensamientos e inquietudes. Sus fotografías también hablan de la vida, del matrimonio e incluso de la maternidad, tal y como refleja su libro The Myth, que recoge fotografías de su mujer con las piernas levantadas, cuando la pareja trataba de tener un bebé. Pero también ha abordado los temas más oscuros de su propia biografía.“El suicidio de mi padre o cuando casi me roban a punta de pistola. Estas cosas, por supuesto, son desagradables, pero las uso en mi trabajo”, cuenta el propio Teller en una entrevista para The Standard.

Ni él mismo ha sido capaz de esquivar su objetivo. Siempre dice que su trabajo a menudo consiste en hacer fotos al entorno que le rodea y las personas que son importantes para él por lo que, dentro de esta línea, tiene sentido hacerse autorretratos. A través de estas particulares selfis consigue explorar uno de sus temas recurrentes, el de la identidad. Por ello tiene mucho sentido que la fotografía del cartel promocional y el consecuente catálogo de la exposición I need to life muestre una de estas simpáticas instantáneas. En ella, Teller aparece recostado con una naturalidad total, sosteniendo un montón de globos. Una imagen que parece celebrar la vida.

La curiosidad forma parte intrínseca de su fotografía pero, pese a llevar tanto tiempo trabajando en el sector, su creatividad parece no conocer límites. Tal y como señaló Artsy, Juergen Teller es muy consciente de que no saber qué hacer también forma parte de ser creativo. “No tienes tantas ideas geniales cada cinco minutos. Tienes que vivir una vida normal y de vez en cuando se te ocurre algo que, con suerte, es grandioso”, señala. ¿Cuáles serán sus próximos pasos? Sólo el tiempo lo dirá. De momento toca seguir con nuestra vida y aprender a encontrar esos instantes memorables. Lo que es seguro es que no dejarán indiferente a nadie.