Arquitectura & Diseño

El desconocido discípulo de Frank Lloyd Wright que logró integrar la arquitectura en la naturaleza (y no al revés)

Por Elvira Saéz Saiz

Cortesía de kelloggdoolittlehouse.com

Las sinuosas formas del paisaje y los materiales naturales del entorno fueron la principal fuente de inspiración para sus creaciones. Kendrick Bangs Kellogg diseñó edificios de alta complejidad técnica a lo largo de su carrera, pero nunca recibió un gran reconocimiento. Con motivo de su fallecimiento el pasado mes de febrero, recordamos algunas de sus trabajos más icónicos.

Kendrick Bangs Kellogg (1934-2024) soñaba con ser astronauta o astrofísico. De hecho, estaba estudiando matemáticas e ingeniería en la Universidad de Colorado cuando, durante las vacaciones de Semana Santa de 1955, tuvo lugar un suceso que cambiaría su trayectoria profesional para siempre: asistió a una conferencia del legendario Frank Lloyd Wright (1867-1959) en el estudio Taliesin West en Arizona. Allí tuvo la oportunidad de hablar con el arquitecto que acuñó el concepto de arquitectura orgánica y, fue tal la admiración que despertó en él, que decidió dejarlo todo y matricularse en la Universidad de Berkeley para estudiar Arquitectura.

Bangs Kellogg no llegó nunca a graduarse puesto que cuando le faltaba un semestre para hacerlo, decidió regresar a su ciudad natal, San Diego, para asumir el que sería su primer encargo como arquitecto la casa Babcock en South Mission Beach para Russell y Virgie Babcock. El matrimonio inicialmente quería un diseño de Wright, pero confiaron en el talento de Kellogg -a pesar de no tener experiencia- y le encargaron una casa con forma de A y techo de cobre. El resultado fue una construcción inusual con superposiciones en la que se aprecia la influencia de su mentor en el uso de las estructuras triangulares.

© The Onion House Hawaii

Kellogg compartía con él y con otros arquitectos de la época como Bruce Goff, la idea de que la arquitectura debía integrarse en la naturaleza -y no al revés- por lo que desde el comienzo de su carrera aplicó esta máxima. “Mi filosofía es similar a la del señor Wright, no en elevación sino en lo que se refiere a naturaleza como fuente… se realza un sitio, no se crea. Cuanto más inusual es el lugar, más dejo que determine el diseño”, detalló Kellogg en una entrevista en The San Diego Union Tribune. A pesar de seguir este movimiento arquitectónico, su estilo fue diferencial y muchas de sus obras se consideran inclasificables por su autenticidad. Esto, en gran parte, se debe a la forma de trabajo del arquitecto, que huía de la tecnología y, aunque buscaba siempre la innovación en sus proyectos, los llevaba a cabo de forma artesanal, cuidando con mimo cada detalle. Es por esto también que el desarrollo de sus proyectos era bastante lento en comparación con otros.

También apreciaba mucho la libertad creativa, por lo que valoraba los proyectos en los que podía serlo. “Los grandes clientes son aquellos que le permiten al arquitecto la libertad de darles lo que no sabían que querían hasta que lo tuvieron. Están dispuestos a arriesgarse a ser únicos”, afirmó en The University of California Press.

High Desert House. Foto: Lance Gerber
High Desert House. Foto: Lance Gerber
High Desert House. Foto: Lance Gerber

La pareja Bev y Jay Doolittle fueron, probablemente, dos de los clientes de Kellogg que mejor se ajustaron a dicha premisa. El matrimonio de artistas encargó su vivienda en 1988, querían una casa en el Parque Nacional Joshua Tree (California) que se fusionara por completo con la naturaleza y para ello recurrieron a Kellogg -que ya contaba con obras destacadas- y al diseñador John Vugrin, que se encargó de los interiores. Fruto de ello nació la obra más icónica y característica del arquitecto: High Desert House. Una construcción formada por 26 elementos superpuestos de hormigón colocados en forma de abanico y que se integran, como si de un esqueleto se tratara, con el entorno rocoso que le rodea. En su interior las rocas y elementos naturales también juegan un papel fundamental, junto a otros materiales como el mármol, la madera, el vidrio o el cobre.

En ella no hay nada al azar, incluso los interruptores, los grifos o las manillas de las puertas, así como el mobiliario, fueron diseñados meticulosamente por Vugrin para que se mimetizaran con el resto de elementos y conseguir una fusión completa con el exterior. En la estructura apenas hay ventanas tradicionales, pero la vivienda cuenta con una buena iluminación gracias a los tragaluces que hay entre las ‘vértebras’ que conectan el edificio. Por sus dimensiones y materiales, en la casa se puede apreciar cierto aire brutalista, sin embargo, sus creadores consiguieron equilibrarlo para no perder la sensación de calidez que buscaban los propietarios para su nuevo hogar.

Una enorme rama de árbol tumbada

Antes de diseñar la casa del desierto, Kellogg ya contaba con un bagaje previo que favoreció que le eligieron para su creación. Una de esas obras que llamó la atención del matrimonio Doolittle fue Lotus House, diseñada para el Dr. Samuel Yen en un acantilado en La Jolla (California) con unas vistas espectaculares al océano Pacífico. Una casa que, vista desde arriba recuerda a una flor de loto, y que en su interior destaca por su luminosidad -gracias a los ventanales de vidrio- y las forma curva de sus vigas de madera, que recuerdan a las ramas de un árbol en crecimiento. Más de 1000 metros cuadrados con tres habitaciones, dos baños, salón a dos alturas y cocina comedor. Destaca especialmente uno de sus baños, que cuenta con una ducha a la que se accede por un estrecho pasillo y que, gracias a sus cristaleras, da la sensación de ducharse en medio del bosque.

Lotus House © Lisa C. Henderson and James C. Longley of the Berkshire Hathaway Home Services
Lotus House © Lisa C. Henderson and James C. Longley of the Berkshire Hathaway Home Services

Otra de las creaciones más emblemáticas de Kellogg que destacó por su insólita forma fue The Onion House, construida en la década de los 60 en Holualoa, Hawaii, por encargo de Elizabeth McCormick von Beck. La casa se caracteriza por su tejado arqueado superpuesto en blanco, que evoca a las capas de una cebolla, cubiertas con tejas de secuoya y agujas de acero en la parte superior. El material traslúcido del techo permite el paso de la luz que, junto a las zonas acristaladas, convierten la casa en un espacio iluminado de forma natural que aumenta la conexión con el paisaje exterior, protagonizado por la piscina y los árboles del entorno. Desde el año 2000 la vivienda se alquila para estancias vacacionales y aunque ha sufrido algunas renovaciones, conserva su esencia inicial.

Más adelante, en 1988, vio la luz Wingsweep House, ubicada en un rancho a dos horas de los Ángeles, una de las casas más alabadas del arquitecto, que se incluyó en el ranking de las 10 mejores viviendas de Estados Unidos poco después de su finalización. En ella el arquitecto consigue, de nuevo, integrar su diseño en el entorno, aunque en esta ocasión lo hace de una forma más discreta, con líneas mucho menos onduladas que en otras de sus obras. Para su construcción se utilizó material de la zona y la luz, de nuevo, se filtra a través de una abertura que recorre el techo.

The Onion House © Wikipedia
The Onion House © Wikipedia
The Onion House © Wikipedia
The Onion House © Wikipedia
Wingsweep House © Heavenly Aerial Photography 
Wingsweep House © Heavenly Aerial Photography 
The Charthouse
The Charthouse
Iglesia Hoshino en Japón ©Wikipedia
Iglesia Hoshino en Japón ©Wikipediae
Iglesia Hoshino en Japón © onion house hawaii
Iglesia Hoshino en Japón © onion house hawaii

La naturaleza se cuela en el templo

Aunque los edificios residenciales protagonizaron gran parte de la obra de Kellogg, también diseñó construcciones con otros fines. Una de ellas fue el restaurante Charthouse en Rancho Mirage, el primero de la cadena que diseñó el arquitecto y que, lamentablemente, fue demolido hace unos años. Estaba ubicado al pie de una colina y su estructura curva se fundía con el paisaje, convirtiéndose prácticamente en una extensión de la montaña.

El arquitecto también tuvo la oportunidad de trabajar fuera de Estados Unidos con el diseño de la iglesia Hoshino en Japón, que se construyó en conmemoración a Uchimura Kanzo en 1988. La capilla está situada en una zona boscosa y los arcos que conforman la estructura superior de la misma quedan por debajo de los árboles, integrándose en el conjunto. Para construirla se utilizó piedra local y entre los anillos hay claraboyas (como en la casa de Joshua Tree) que permiten pasar la luz durante todo el día a la sala principal de ceremonias. Actualmente esta iglesia se utiliza principalmente para bodas y, a pesar de no ser muy conocida a nivel internacional, sí que cuenta con gran popularidad en el país nipón.