Actualidad

Desde bolsos a fundas de iPhone: por qué tienes a Mondrian hasta en la sopa

Por Nerea Ayerbe

Vestido de cóctel usado por Susan Moncur, colección otoño-invierno
        1965, París Foto: The Cut © Yves Saint Laurent

La suya fue una de las pinturas más exigentes de la abstracción pictórica, con una carga teórica solo accesible a unos pocos. Sin embargo, hoy ha acabado decorando desde imanes de neveras o botes de lápices, hasta bolsos y fundas de iPhone. ¿Por qué nos atrae tanto Mondrian?

Piet Mondrian (1872-1944) no era el típico artista holandés de paisajes, molinos y flores. En una época en la que los demás pintores holandeses seguían obsesionados por un realismo de finos detalles, él utilizó audazmente una paleta compuesta solo por colores primarios, bordeados por líneas rectas y negras. En este proceso se deshizo de cualquier elemento innecesario que pudiera enturbiar su objetivo de una estética pura y simple.

Y en esto consiste básicamente su obra: líneas rectas y colores primarios. Todo muy ordenado y con una formalización aparentemente sencilla para intentar representar sus ideas sobre la teosofía y el orden armónico del universo.

Estas líneas horizontales y verticales pretenden alcanzar la estabilidad visual y la armonía en el desequilibrio. Se convirtieron en algo casi sagrado para el artista. Lo horizontal y lo vertical representan los polos opuestos de la existencia: lo positivo y lo negativo, lo femenino y lo masculino, lo material y lo espiritual. “Su unión”, escribió el propio Mondrian, “es la felicidad”. A esta pura relación geométrica la denominó neoplasticismo.

Mondrian pintaría hasta el día de su muerte bajo la misma creencia y sin aceptar variaciones. Así, cuando su colega neoplasticista Van Doesburg usó la diagonal, aburrido de tanta línea ortogonal, un ofendido Mondrian se separaría definitivamente del grupo por semejante sacrilegio. Mediante sus cuadros basados en composiciones lineales, el neerlandés creía en un arte universal que uniera a la humanidad en armonía; este trasfondo esotérico le valió la incomprensión de sus contemporáneos. Algo tan sencillo en la forma resulta que era sumamente complejo en el concepto.

Sin embargo, y a pesar de ser un pionero del arte abstracto junto con Malévich y Kandinski, fue un incomprendido en vida, lo que le condenó a la marginalidad. Hasta que, un día, dejó de estarlo.

Piet Mondrian en su estudio, 26 rue du Départ
            © Foto: Rogi André, Centre Pompidou
‘Composition with Yellow, Red, Black, Blue, and Gray’, Piet Mondrian. 1920
            © Collection Stedelijk Museum Amsterdam

La inspiración de Yves Saint Laurent

La suerte del pintor y su legado cambió el día en el que la madre de Yves Saint Laurent regaló a su hijo un libro de Mondrian. El diseñador acabó teniendo cuatro obras suyas colgadas en su espectacular apartamento parisino. Entre ellos se encontraba Composición nº1 (1929), una obra dotada de un mayor movimiento y que dista de las composiciones posteriores de Mondrian. No tiene fondo blanco; todos sus paneles rectangulares están pintados: unos de azul, rojo y amarillo, y otros de gris o negro. Las líneas negras representan la “inmutabilidad” del mundo y los colores primarios su cualidad “interiorizadora”.

Mondrian ejerció una gran influencia en la colección de 1965 del diseñador y, en concreto, veintiséis de las 106 piezas totales de su selección de Alta Costura se inspiraron en las principales características de su pintura. Los vestidos de cóctel creados se centraban esencialmente en líneas simples y geométricas, compuestas por múltiples rectángulos -generalmente llenos de colores primarios- delineados por audaces líneas negras.

El diseño conceptual de ese tipo de vestido reflejaba el movimiento: sin adornos, abstracto y sencillo. El resultado parecía un lienzo que pudiera llevarse puesto. La construcción del vestido, de jersey de lana, era muy básica: tenía el corte de una "A", carecía de cuello y de mangas pero, bajo estas sencillas líneas geométricas, se escondían bastantes entresijos técnicos. Para recrear los cuadrados monocromáticos bordeados por gruesas líneas negras, los propios cuadrados se diseñaron y luego se combinaron directamente desde el interior del vestido, con lo que las puntadas resultaron imperceptibles a simple vista. La sencillez de esta pieza se realzaba aún más con un par de zapatos diseñados por YSL y luego realizados por Roger Vivier. Eran unos zapatos negros planos, adornados con un gran cuadrado de metal.

‘Composition with Red, Blue, Yellow and Black’, Piet Mondrian. 1929
Vestido de cóctel usado por Muriel, colección otoño-invierno 1965, París
            Foto: Louis Dalmas © Yves Saint Laurent / DALMAS/SIPA
Yves Saint Laurent y ‘Composition with Blue, Red, Yellow and Black’, Piet Mondrian. 1922. París, 1980 © Yves Saint Laurent

Para completar la silueta sencilla y elegante, Saint Laurent también diseñó un par de pendientes bicolores con formas geométricas que recordaban al arte abstracto. Por último, añadió pequeños sombreros en forma de bola a algunos diseños, haciéndose eco de los colores de los vestidos Mondrian.

Su primera retrospectiva, 25 años después de su muerte

El encuentro de estos dos genios, YSL y Mondrian, procedentes de entornos diferentes pero ambos con el propósito de manifestar su arte, dio vida a una de las colecciones más icónicas de la historia de la moda y supuso un impacto inédito en la democratización del arte de vanguardia. Este éxito contribuyó también a la fama del pintor. Hasta ese momento, Mondrian nunca había figurado mucho en el panorama artístico francés y la colección de YSL fue decisiva para que alcanzara su primera retrospectiva en París en 1969 (25 años después de su muerte).

Actualmente, los vestidos originales de YSL, basados en obras Mondrian, se encuentran en varios museos de todo el mundo, como el Rijksmuseum de Ámsterdam, el Victoria and Albert Museum de Londres, y el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Este diálogo entre arte y moda permitió que una obra de arte evolucionara hasta convertirse en una pieza animada que, a partir de ese momento, habría representado un verdadero "manifiesto".

Pero esta no fue la única incursión del artista en la moda. Sus composiciones también influyeron en los abrigos de lana de Peter Rozenmeijer de los años 80 y en las Dunk SB Lows de Nike de 2008. Para su colección AW11, Miuccia Prada, gran admiradora del vestido Mondrian, también rindió homenaje al concepto e incorporó el diseño a su propia línea.

Chaqueta diseñada por Peter Rozemeijer, 1974
Chaqueta diseñada por Peter Rozemeijer, 1974
Nike Dunk SB Low Piet Mondrian, 2008
Nike Dunk SB Low Piet Mondrian, 2008
Prada Ready To Wear Fashion Show, colección otoño-invierno
            2011, Milan Fashion Week © Prada
Prada Ready To Wear Fashion Show, colección otoño-invierno 2011, Milan Fashion Week © Prada
Portada del album ‘De Stijl’, The White Stripes. 2000
Portada del album ‘De Stijl’, The White Stripes. 2000
Casa Rietveld Schröder, Gerrit Rietveld. 1924
Casa Rietveld Schröder, Gerrit Rietveld. 1924

Más allá de la moda, Mondrian ha calado también en diversas facetas del diseño. Desde las fundas de iPhone hasta el diseño gráfico aplicado a la industria musical. Al artista le encantaba explorar la vida nocturna de las ciudades en las que vivía, especialmente en París, Londres y Nueva York. Era un gran aficionado al jazz y su último cuadro inacabado, Victory Boogie Woogie de 1944, es un homenaje a este estilo musical. Desde entonces, varios músicos han conectado su pasión con su propia música. Como el grupo estadounidense de R&B Force MDs con su videoclip Love is a House, la portada del disco Young Modern (2007) de Silverchair, una interpretación tipo Tetris para X & Y (2005) de Coldplay, o un diseño más oculto en rojo, blanco y negro para el álbum De Stijl (2000) de The White Stripes.

No debemos olvidar que el neoplasticismo también tuvo su desarrollo en arquitectura. Después de todo, estas incursiones extra-pictóricas del severo lenguaje gráfico del neoplasticismo no son ajenas al espíritu inicial del movimiento. Hubo un diseño de interiores, una arquitectura e incluso un urbanismo neoplasticistas. El arquitecto Gerrit Rietveld desarrolló la Casa Rietveld Schroder en Utrecht en 1924 y ya antes había diseñado una célebre silla roja y azul sobre los mismos principios. La vivienda, que cuenta con un sistema de paneles deslizantes y giratorios que permiten una variedad de permutaciones, es uno de los mejores ejemplos conocidos del estilo de De Stijl. La planta baja gira en torno a una escalera central, y contiene la cocina y tres dormitorios. El salón, sin embargo, está arriba. Las fachadas por su parte, son un collage de planos y líneas cuyos componentes están separados a propósito y parecen deslizarse pasando unos de otros.

Puede que los ideales utópicos y las creencias teosóficas que animaban aquellos experimentos se hayan perdido en el camino, pero su intención de reubicar el arte en la vida cotidiana encuentra hoy un mayor cumplimento.

Tags
Arte