Arquitectura & Diseño

Áticos de lujo y el doble de viviendas: así ha sido la rehabilitación de la modernista Casa Alesan

Por Rocío Romero

Fachada de la casa Alesan

La rehabilitación ha sido llevada a cabo por el estudio de arquitectura Bach Arquitectes, que además de doblar el número de viviendas en el interior, ha ampliado la finca construyendo dos dúplex en la parte superior.

A tan solo unos pocos metros de la Sagrada Familia, junto al Palau Macaya, se erige uno de los edificios señoriales más emblemáticos del paseo barcelonés de Sant Joan. Su icónica fachada es uno de los elementos más representativos del patrimonio arquitectónico modernista que salpica la ciudad. Elegantes estucos, balcones de piedra, alargadas vidrieras con motivos florales… La casa fue encargada por Dolors Alesan en 1902 al arquitecto Enric Fatjó i Torras. Hoy, poco más de 120 años después, ha sido rehabilitada, volviendo a recuperar todo el esplendor modernista que desprendía en la época; eso sí, con el doble de viviendas en su interior y dos nuevos pisos en la cubierta.

La reforma ha sido llevada a cabo por el estudio de arquitectura Bach Arquitectes, que además de rehabilitar el interior convirtiendo las ocho viviendas iniciales en 16, ha ampliado la finca construyendo dos modernos dúplex de 190 metros cuadrados cada uno en la parte superior. Precisamente, según explican los arquitectos en la memoria del proyecto, “el mayor reto consistía en pasar de ocho a 18 viviendas, al mismo tiempo que se conservaba el carácter de la finca y rehabilitaba todos los elementos decorativos que la hacen tan especial sin desvirtuar los espacios originales, así como aumentar en dos plantas el edificio con un nuevo volumen en diálogo con el existente”.

Casa Alesan
Casa Alesan

Tras la rehabilitación, la fachada mantiene intacta la composición simétrica de aberturas que diseñó Enric Fatjó i Torras. Se divide en cuatro ejes verticales: los laterales, con dos enormes tribunas de piedra acristaladas que abarcan el largo de los dos primeros pisos y conforman el balcón del tercero; y los dos céntricos, con anchas balconeras corridas en los dos primeros niveles, y un par de balcones individuales en el tercer piso. El ancho de la azotea lo constituyen ocho pequeñas balconeras que se unen de dos en dos por balcones semicirculares. Por encima, la fachada culmina con una barandilla corrida con elementos escultóricos que se expande de un lado a otro.

Las esculturas de piedra, los estucos, la metalistería floral de las barandillas, las vidrieras coloridas de las tribunas… Todo se ha conservado. De hecho, se ha realizado un estudio cromático para detectar los colores originales de la fachada y, de esta manera, devolverle su estado original. “Hemos rehabilitado las fachadas y espacios comunes a través de un riguroso ejercicio de levantamiento y catalogación de todos los elementos. En el interior de las viviendas, la nueva distribución conserva el perímetro de suelos y techos trabajando con volúmenes que no agotan la altura, de manera que podemos modificar el perímetro de los espacios sin desvirtuar los pavimentos y los techos originales”, explican los arquitectos.

Casa Alesan
Casa Alesan
Casa Alesan
Casa Alesan
Casa Alesan
Casa Alesan

En cuanto a la ampliación de la finca con las dos viviendas dúplex, “la solución pasa por realizar un nuevo volumen con un cierto nivel de abstracción que, en la solución de los detalles, se separa ligeramente de la finca original. Este volumen se plantea con una fachada realizada con lamas de gres verticales, de media sección circular diseñadas ex profeso, que aportan ligereza al volumen y al mismo tiempo establecen una relación cromática con la finca en la que se apoya, así como con la linterna del vecino Palau Macaya”, terminan de detallar en el documento.