Exposiciones

Qué tienen que ver Kandinsky o Klee con Aalto o Le Corbusier

Por Marta de Orbe

Sala de CaixaForum Madrid con Ubu IV, de Le Corbusier

Un discurso insólito sobre la naturaleza como fuente de inspiración artística ha sido capaz de reunir, en CaixaForum Madrid, a algunas de las más importantes obras de arte del siglo XX.

No hace falta decir que la naturaleza, en su concepción más básica de flora, fauna y paisaje, ha sido una fuente de inspiración constante en la historia del arte desde sus orígenes. Ya estaba aquí para inspirar aquellas primeras pinturas rupestres y ha continuado siendo objeto de observación e interpretación humana. Quizás por todo esto, no es de extrañar que se le dedique toda una exposición, Arte y Naturaleza, una de las muestras más esperadas de la programación primaveral de CaixaForum Madrid que se podrá visitar hasta el 9 de junio.

Pero quien esté esperando ver paisajes clásicos o bodegones barrocos que se vaya quitando esa idea de la cabeza. Lo que se encontrará son algunas de las grandes obras de arte del siglo XX, todas ellas provenientes del Centre Pompidou, que bajo el discurso de la comisaria Ángela Lampe, se unen en torno a una misma fuente de inspiración. La naturaleza sí, pero no la de siempre, no la clásica; sino la más profunda, la que los avances científicos consiguieron mostrar a la civilización y dar a los artistas todo un nuevo referente visual, más allá de paisajes, flores y animalitos.

A finales del siglo XIX la ciencia biológica ya estaba alcanzando grandes avances; biología marina, microbiología, genética, nuevas teorías, mejores técnicas de observación, la fotografía microscópica… Y ya en el XX, la posibilidad de acceder a esas imágenes, las de una naturaleza hasta ahora desconocida, proporcionó una fuente de inspiración llena de novedosas formas, texturas y movimientos que fueron capaces de motivar a pintores, escultores, arquitectos, fotógrafos o cineastas tan dispares, y tan geniales, como los que recoge está exposición.

Sala de CaixaForum Madrid con la silla Paimio de Alvar Aalto en primer plano
Sala de CaixaForum Madrid con la obra de Richard Decon en primer plano

Articulada en cuatro temáticas —Metamorfosis, Mimetismo, Creación y Amenaza— y ordenadas cronológicamente, la muestra es un paseo por la historia del arte del siglo XX al XXI. Arranca con los surrealistas, pasa por el Land art y el arte Povera, en los que la naturaleza no es idea, sino parte de la obra; y llega hasta nuestros días, cuando los artistas se replantean su relación con un entorno amenazado por la crisis climática.

Nada más entrar nos encontramos en Metamorfosis, una preciosa Red, Yellow and Black Streak de Georgia O’Keeffe. Un impresionante lienzo en el que el cuerpo femenino y las formas florales se unen en un todo inseparable. Y a dos pasos, otra, esta vez siniestra y turbadora, nada menos que El Asno podrido de Dalí. Pero este tema de la metamorfosis y el mimetismo, también ha sido excusa para traer a Madrid otras de las obras estrella de la institución francesa. Piezas significativas como Ubu IV, de Le Corbusier, Le chapeau à fleurs, de Picasso, en el que se da la hibridación entre la mujer y el sombrero de flores; u obras mayores de Kandinsky, como Composition IX o Bleu de ciel, en las que el genio ruso plasma su personal visión de la biología microscópica.

El poder inspirador del nuevo conocimiento científico, sobre la naturaleza, sus procesos y los organismos vivos, no solo captó la atención de los pintores del siglo XX. Escultores y fotógrafos encontraron en aquellos procesos de la naturaleza un nuevo lenguaje de volúmenes, como muestran las esculturas de los años 30 de Arp o las fotografías de desnudos femeninos de Raoul Hausmann, otras dos obras de arte con mayúsculas presentes en la muestra.

‘Red, Yellow and Black Streak’, Georgia O’Keeffe. 1924
© Georgia O’Keeffe Museum
‘El Asno podrido’, Salvador Dalí. 1928
© Centre Pompidou
‘Bleu de Ciel’, Vasily Kandinsky. 1940
© Centre Pompidou
‘Desnudo alemán’, Raoul Hausmann. 1931
© Raoul Hausmann

También los arquitectos y diseñadores estudiaron las formas orgánicas hasta llegar a las ergonómicas, descubriendo en la naturaleza los mejores ejemplos de comodidad y confort, como plasma el arquitecto Alvar Aalto en dos joyas de diseño del siglo XX, la silla Paimio 41, y el jarrón Flowers, que toman como referente la simplicidad y la belleza del mundo vegetal.

Y como ellos, otros tantos grandes nombres del arte del siglo XX están representados con algunas de sus obras más naturales: Paul Klee, Julio González, Yves Tanguy, Moholy-Nagy, Kupka, Giacometti, Calder, Max Ernst, Dubuffet… Esto convierte a la exposición en un excepcional repaso a las vanguardias históricas a través de algunas de sus obras más importantes. Un verdadero lujo, más allá de su discurso que, además, continúa indagando sobre el concepto de naturaleza que ha perturbado a los artistas a partir de la segunda mitad del siglo XX.

Naturaleza 2.0

Durante los años setenta, movimientos como el Land Art o el arte Povera, entendieron la naturaleza no solo como fuente de inspiración, sino como parte intrínseca de la obra. Es el caso de Albero, una obra del artista Povera Giuseppe Penone, que revela el árbol oculto en las vigas industriales de madera. Otro ejemplo de esta relación matérica lo muestra la impresionante escultura en madera del británico Richard Decon, una de las piezas más icónicas de la colección Pompidou, y una ocasión única de contemplarla sin salir de Madrid.

Sala de CaixaForum Madrid con la escultura de Jean Arp en primer plano
Skin Pool de Pamela Rosenkranz en la sala de CaixaForum

Ahora, en pleno apogeo del cambio climático y de la importancia medioambiental, los artistas parecen centrarse en expresar el miedo profundo y la necesidad de reivindicación constante que les inspira una naturaleza en peligro de muerte. Un ejemplo lo encontraremos en Skin Pool, la impresionante instalación de Pamela Rosenkranz, un enorme tanque de acero inoxidable con un líquido aparentemente tóxico, con el que alerta sobre la toxicidad de los productos químicos de la industria cosmética y farmacéutica. La muestra también expone una de las obras de los pioneros del arte medioambiental, el japonés Testsumi Kudo, que con Polución-Cultivo-Nueva Ecología, de 1971, ya hablaba de la contaminación, la radiación y del desastre ecológico a través de su jardín posnuclear con flores y restos humanos.

En definitiva, Arte y Naturaleza, utiliza el tema infinito de la naturaleza en el arte como la excusa perfecta para traer a Madrid algunas de las grandes obras de arte del siglo XX, un poquito de todo lo mejor del Centro de Arte Pompidou, pero esta vez a un paso de Atocha.