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Las obras de arte que merece la pena ver en ARCO (más allá de la morralla)

Por Marta de Orbe

Inmaculada Salinas. Silvanita, 2023. 40 dibujos, lápiz de color e impresión sobre
cartulina. Galería Rafael Ortiz

La cita más importante del arte contemporáneo del país se celebrará este año del 6 al 10 de marzo. Estas son algunas de las obras que merece la pena ver.

Hace ya más de 40 años que la galerista Juana de Aizpuru vio una oportunidad clara en aquel caldo de cultivo creativo que significó la movida madrileña, para crear la primera feria de Arte Contemporáneo de nuestro país. El 10 de febrero de 1982 se abrieron por primera vez las puertas de ARCO, en el antiguo Palacio de Exposiciones del paseo de la Castellana. Aizpuru consiguió congregar allí la obra de más de 260 artistas de 14 países diferentes, un logro titánico para la época que supuso el germen de lo que hoy es uno de los epicentros del arte europeo y latinoamericano.

Precisamente por epicentro, ARCO se ha convertido a lo largo de los años en una feria de arte en la que, como en todas las de este tamaño, la calidad y la morralla se mezclan en un totum revolutum. Y esto, además de abrumar al visitante, difumina hasta límites insospechados la línea que divide el arte del artificio, pudiendo llegar a confundir incluso a los más expertos.

Cuáles de las obras valen la pena comprar o al menos contemplar depende, como siempre en esto del arte, de quien lo mire y de su gusto. Pero para aquellos que no quieran confundirse en el caos creativo que está resultando ser el siglo XXI, hemos dado con algunas de ellas que, sí o sí, merecen una paradita contemplativa en ARCO 2024.

Tàpies y Canogar

Hay artistas que ya son clásicos de ARCO y extraña es la edición en la que no se encuentren algunas de sus obras repartidas por los puestos. Muchos de ellos de manera incomprensible y cansina, y otros ganados a pulso porque son ya parte de la historia del arte contemporáneo del siglo pasado y del actual. Es el caso de Tàpies. Este año, en el que además se celebra el centenario del genio catalán, la galería Leandro Navarro expondrá Jo parlo amb la má (Yo hablo con la mano).

En ella se ejemplifica su personal estilo a la perfección; el empleo de la materia, la incorporación de signos y textos y la combinación de la figuración y la abstracción. Una obra 100% Tàpies que bien podría formar parte de la selección de la exposición que el Reina Sofía está dedicando al artista hasta el mes de junio.

Rafael Canogar también es un habitual de la feria por derecho propio. Desde que fuese uno de los fundadores del grupo El Paso, su trayectoria le ha posicionado como uno de los grandes artistas contemporáneos del siglo XX español. A punto de cumplir 89 años, Canogar sigue en activo, y ha creado exprofeso para ARCO 2024 un conjunto de cuatro obras que encarnan las Virtudes Cardinales a las que aludió Platón en su República; Fortaleza, Prudencia, Templanza y Justicia, que estarán en el stand de la galería Álvaro Alcázar.

En estas piezas, el artista sigue la estética de su etapa más reciente, pero en este caso, deja de lado el metacrilato como soporte pictórico y emplea como novedad el policarbonato, material que también le permite pintar anverso y reverso, pero mucho más resistente. Las piezas que forman la obra retoman la búsqueda de la esencialidad que movía el expresionismo abstracto y el informalismo de sus primeros años. El precio total es 240.000 euros, 60.000 cada pieza. Solo esperamos que algún coleccionista privado, o mejor aún, institucional, se atreva a comprar el conjunto en su totalidad y preservar así la identidad de la obra.

Antoni Tàpies. Jo parlo amb la mà (Yo hablo con la mano), 1999. Galería Leandro Navarro.
Rafael Canogar. Virtudes Cardinales, 2024. Galería Álvaro
Alcázar

Grandes formatos

El gran formato ha estado muy presente en todas las ediciones de la feria, causando siempre expectación, aunque sea simplemente por sus dimensiones. Pero esa expectación no ha estado exenta de decepción en muchas ocasiones. Sin embargo, Arco 2024 dará la oportunidad de contemplar y, para las carteras boyantes y con espacio suficiente, incluso comprar, dos obras de gran formato de una calidad indiscutible.

La primera de ellas, el impresionante óleo sobre lienzo de 300 x 200 de Iñigo Navarro, que expondrá la galería Ponce + Robles y que supone la primera participación del artista en la feria. Una obra con texto explicativo, una marca de la casa que ya ha hecho suya el artista, en la que la figuración, el surrealismo o el expresionismo indican el estilo de Navarro. Su título El universo se parece al aeropuerto de Amberes de noche deja abierta la interpretación de la obra al espectador. Esta narrativa abierta, sumada al manejo de los colores, las texturas de los materiales y el formato XL, va a hacer que los visitantes se paren un buen rato ante ella. Su precio, 25.000 euros, su impacto incuestionable, el circulito rojo puesto a su lado desde el primer día, está casi asegurado.

En la galería Espacio Valverde también se podrá encontrar otro gran formato, más abarcable pero también interesante. Kind and Sharp 12, un solo Project de la artista Elena Alonso de 190 x 137. En esta obra, Alonso hace uso del lenguaje del dibujo técnico (arquitectura, diseño, topografía) para construir mediante una refinada técnica de dibujo a mano una abstracción cargada de elementos afectivos, familiares y extraños al mismo tiempo. Esta artista madrileña, tras crear una de las intervenciones permanente del CA2M, se está convirtiendo en uno de los referentes del arte contemporáneo español y predecimos que será una de las últimas oportunidades de adquirir su obra a este precio, 16.500 euros. Otro circulito rojo asegurado.

Iñigo Navarro. El universo se parece al aeropuerto de Amberes de noche, 2023.
Galería Ponce + Robles.
Elena Alonso. Kind and Sharp 12, 2023.
Galería Espacio Valverde.

Nuevos lenguajes escultóricos

Durante los más de 40 años que lleva celebrándose la feria, la escultura ha sido, posiblemente, la disciplina que más ha evolucionado y variado tanto en materiales y técnicas como conceptos. Esto también ha significado un coladero para piezas 3D que han asombrado en la misma medida que han aterrado a muchos visitantes y profesionales. Pero también ha dado pie a descubrir auténticas joyas escultóricas. Esta edición contará con, al menos, dos de ellas, dignas de ver, estudiar y disfrutar.

La galería Carlier Gebauer será parada obligada para contemplar Nest, la obra del sueco de origen palestino Tarik Kiswanson, uno de los artistas más importantes del panorama contemporáneo internacional recientemente galardonado con el premio Marcel Duchamp (el galardón artístico más prestigioso de Francia). La pieza, una resina de fibra de vidrio pintada, representa las nociones de desarraigo y memoria que lleva explorando el artista más de una década. Además, sus medidas (270 x 100 x100,) cambiarán por completo el diseño del stand, haciéndolo de los más atractivos de su pabellón. ARCO será una oportunidad única de ver esta impactante escultura en vivo y en directo porque su precio y su importancia, marcan su destino en una colección institucional con toda probabilidad.

Pero la feria también ofrecerá la oportunidad de saber qué tienen que decir las nuevas promesas del arte sobre la técnica escultórica. Como es el caso de la artista madrileña Esther Merino, cuyo trabajo se ha consolidado en los últimos años, siendo ya una habitual de los circuitos del arte londinense. Ella expondrá Tummy Rush (cherriest series so far) en la galería Pradiauto. Una pieza realizada en aluminio, resina epoxy, pigmentos y aceite de oliva, que es un claro ejemplo de virtuosismo en la técnica mixta y cuyo objetivo es presentarse como una ventana que transporta al espectador a otra realidad. Una obra para todos los públicos, de una belleza estética indiscutible y destinada a acabar en las manos de un coleccionista con buen ojo y comprometido con el arte local.

Tarik Kiswanson, Nest, 2020-2024. Galería Carlier Gebauer.
Esther Merinero. Tummy Rush (cherriest series so far), 2024. Galería Pradiauto.

Conceptual interesante

El llamado arte conceptual, aquel en que los conceptos y las ideas detrás de la obra priman sobre la propia obra, también ha sido un habitual de la historia de la feria que, inintencionadamente suponemos, ha servido de coladero para toda clase de experimentos matéricos de concepto incomprensible. Sin embargo, en este popurrí de lo conceptual, la feria también ha sido el lugar donde conocer obras de este tipo realmente interesantes. Su próxima edición contará con dos piezas que, sin duda, son dos ejemplos reales de obras de arte conceptuales. Things In a Room (untitled #7), del artista Manuel Franquelo es una de ellas y también una de las obras más importantes e imponentes (con sus casi 4 metros de altura) del espacio de la galería Malborugh.

Manuel Franquelo. THINGS IN A ROOM (UNTITLED #7), 2015. Galería Malborough.

La pieza representa a escala monumental y con una meticulosidad pasmosa un objeto cotidiano, una cortina, presentada casi como un objeto de culto a través de su fotografía constante en pequeños sectores. Para su realización, Franquelo ha ideado aplicaciones informáticas y construido semi autómatas que obedecen sus instrucciones para poder mostrarnos cómo y qué son las cosas, incluida la cortina de la fotografía. De este modo transforma su arte en objetos que nos facilitan el conocimiento. La pieza se ha mostrado al público en contadísimas ocasiones, ARCO será una de ellas. ¿Destino? Quizás alguna colección institucional que ponga el punto rojo a su lado por 86.000 euros.

Por último, también conceptual pero completamente diferente, la galería Rafael Ortiz reservará un espacio de su stand para Silvanita, una de las últimas obras de la sevillana Inmaculada Salinas, en la que sigue profundizando en el discurso feminista y femenino, como lleva haciendo a lo largo de su trayectoria. Pero esta vez, además de la idea que esconde la obra, en la que se mezclan el romance del siglo XVI referido a Silvana con el mito griego de las Danaides, el interés visual que despierta es igual de efectivo que el conceptual. Una instalación de 190 x 160 compuesta por 40 dibujos, a lápiz o impresos sobre cartulinas, en la que Salinas demuestra su maestría en la mezcla de distintas técnicas (dibujo, collage e impresión) y uno ejemplar uso del color. Por 20.000 euros puede convertirse en una pieza relevante de cualquier colección privada.

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