Arquitectura & Diseño

Sharon Rotbard, el arquitecto israelí que desmanteló el mito sobre la fundación de Tel Aviv

Por Ángel L. Martínez

Sharon Rotbard
          © Jennifer Abessira

Hace dos décadas de la exposición en la que Tel Aviv festejó que la UNESCO la había declarado Patrimonio de la Humanidad por representar las tendencias del movimiento moderno en su arquitectura. Aquello se convirtió en motor del turismo global hacia esta urbe, que tomó el apodo de ciudad blanca desde aquel festival de 2004, celebrado cerca de donde se inició la deportación masiva de palestinos de la vieja Jaffa en 1948. Pero el paradigma de la historia de Tel Aviv está basado en un mito refutado incluso por los arquitectos que abanderaron el movimiento. Así lo sostiene el autor de White City, Black City: Arquitectura y guerra en Tel Aviv y Jaffa (The Mit Press, 2015).

Sharon Rotbard (1959), profesor de Arquitectura de la Academia Bezalel de Jerusalén, atiende la entrevista por videoconferencia desde su casa en el barrio de Saphira, en Tel Aviv. La que fue primera capital de Israel y encarnación del sueño judío en Oriente Medio es precisamente el objeto de sus criticas. Su libro, White City, Black City: Arquitectura y guerra en Tel Aviv y Jaffa, arranca señalando que “las ciudades y las historias se construyen por el vencedor, para el vencedor y según las cuenta el vencedor”.

Sin victoria para nadie, la actual guerra le angustia personalmente: su madre se libró de un cohete que cayó sobre su tejado, y su hija y su nieta viven en la frontera con Líbano. Pero sobre todo le desespera la “huída hacia delante” del “régimen de extrema derecha” que gobierna Israel y que asedia Gaza desde octubre de 2023.

Esta sensación, sin embargo, se repite en este lugar del mundo como una obstinada maldición atemporal. Así lo prueban las líneas con las que concluye White City, Black City, que parecen escritas ayer aunque el libro fue publicado por primera vez en hebreo en 2005: “Al mirar hoy el enclave aislado y bombardeado de la Franja de Gaza en el mapa, rodeado por el territorio israelí, uno no puede evitar una sensación de déjàvu. Ya vimos la similitud con el enclave palestino de Jaffa, rodeado por la floreciente Tel Aviv de los años treinta”.

‘White City, Black City: Arquitectura y guerra en Tel Aviv y Jaffa’, Sharon Rotbard

Su libro, publicado dos años después del reconocimiento internacional de Tel Aviv por parte de la UNESCO, usa el término “ciudad blanca” para desmontar lo que considera una leyenda urbana. ¿Cómo evolucionó esta narrativa?

No solo vivimos dentro de lo que vivimos, sino también dentro de lo que creemos. Es decir, vivimos dentro de relatos. Las historias son medios muy poderosos para transmitir ideas y para hacer que la gente actúe. Esto es algo muy real en Tel Aviv. Esta ciudad lleva el nombre de un libro: Altneuland (Vieja Tierra Nueva, 1902) La novela del fundador del sionismo, Theodore Herzl, se tradujo al hebreo como Tel Aviv. "Tel" significa túmulo formado por ruinas de asentamientos humanos; y "Aviv", primavera. De ahí su conexión con la "Vieja-Nueva Tierra" de Herzl. En 1909, los emigrantes judíos llegados de Europa fundaron un nuevo barrio a las afueras de la antigua ciudad de Jaffa,"Ahuzat Baït", al que un año después rebautizaron como Tel Aviv. Desde entonces, la ciudad se ha retratado según el ideal de la novela visionaria de Herzl: europea, moderna, progresista y abierta.

La historia de la "Ciudad Blanca" de Tel Aviv y la leyenda urbana según la cual fue creada por arquitectos judíos de la Escuela Bauhaus que habían escapado de Alemania en la década de 1930 es muy posterior. Empezó en los años 80, a raíz de una modesta exposición en el Museo de Arte de Tel Aviv, comisariada por Michael Levin. Eran tiempos en que arquitectos y teóricos miraban al pasado con nostalgia. En Israel no había mucha historia a la que mirar. La mayor parte de la arquitectura autóctona o local es árabe. Aunque hubo intentos de apropiarse culturalmente de la arquitectura local, el principal pasado judío en esta materia era de los años 30: la arquitectura moderna temprana. En cierto modo, mirar a la arquitectura moderna con nostalgia no deja de ser un oxímoron, ya que el modernismo siempre tiende a mirar adelante.

También es un oxímoron decir que Tel Aviv fue construida al estilo Bauhaus, ¿no? Usted afirma que no es una ciudad blanca, sino un monocromo pálido y sucio; y que sus edificios Bauhaus son uno de los muchos estilos presentes. ¿Qué papel tiene esta escuela vanguardista alemana en el mito creado en torno a la Ciudad Blanca?

Cuando esta narrativa empezó a extenderse, uno de los pocos arquitectos judíos que estudiaron en la Bauhaus y vivían en Israel, Arieh Sharon, dijo que no existía el estilo Bauhaus porque la noción de estilo es opuesta a esta escuela, donde se incitaba a los estudiantes a refutar a la noción misma de estilo. La exposición de Levin en el Museo de Arte sostenía que varias tendencias influyeron en la arquitectura de Tel Aviv: el Estilo Internacional, Le Corbusier y también Bauhaus. Pero el famoso escultor Danni Karavan y la arquitecta Nitsa Szmuk destacaron el papel y la marca de la Bauhaus, convenciendo al ayuntamiento de Tel Aviv para que adoptara y promoviera la narrativa de la "Ciudad Blanca de la Bauhaus".

Pero esta historia no era solo arquitectónica. También tenía un profundo significado político. Grosso modo, el relato es el siguiente: Había una escuela alemana de vanguardia llamada Bauhaus donde arquitectos y artistas, muchos de los cuales eran judíos, idearon un mundo nuevo, valiente, justo y moderno. Cuando Hitler llegó al poder y la cerró, todos estos estudiantes judíos vinieron a Palestina y construyeron la ciudad blanca. Según Karavan, como el modernismo y los judíos fueron víctimas del nazismo, la Ciudad Blanca de Tel Aviv es la victoria sobre el nazismo. Este mito se popularizó porque los vecinos de Tel Aviv podían tener un trozo de Europa en Oriente Próximo. Por otro lado, la Alemania de posguerra satisfacía su necesidad de reparar a Israel tras el Holocausto. En resumen, había muchos intereses para que este relato triunfase.

Como el modernismo y los judíos fueron víctimas del nazismo, la Ciudad Blanca de Tel Aviv es la victoria sobre el nazismo

Usted también sostiene que la creación de este mito permitió a quienes "se sentían desheredados de su sentimiento israelí, la oportunidad de consolarse en el cálido abrazo de una identidad blanca, europea y familiar". ¿Qué contexto político dio origen a esta leyenda urbana?

La exposición de la Bauhaus no era mala per se. Como arquitecto, me disgustó que se convirtiera en una ideología a finales de los 80, cuando el ayuntamiento de Tel Aviv la usó como excusa para lanzar el festival Bauhaus en Tel Aviv de 1993 y para las obras de renovación que le siguieron. No me gustó porque el proyecto no tenía mucho que ver con la arquitectura, sino con que Tel Aviv deseaba el reconocimiento europeo: "No nos queréis en Berlín. Aceptadnos en Tel Aviv". Además estaba el contexto político de los ochenta. La campaña de la Bauhaus tuvo lugar durante la guerra del Líbano, bajo el segundo gobierno del Likud, apoyado por israelíes tradicionalistas, que acabaron con la vieja élite laborista judía azkenazi procedente de Europa y vinculada al modernismo. Más tarde, la misma narrativa fue utilizada para promover los nuevos slogans de Tel Aviv: la globalización, la modernidad, el liberalismo, la nación startup, la cultura gay-friendly, etc.

Sobre el mito de la Ciudad Blanca, usted sostiene que esta historia eurocéntrica tiene "un papel decisivo en la construcción del caso, la coartada, del asentamiento judío en todo el país" ¿Fue, en suma, una forma de blanqueo arquitectónico y un plan para justificar lo que estaba por venir?

En los años 80 el blanqueo no tenía el mismo sentido que hoy. Creo que se usó por primera vez en el contexto de la arquitectura entonces. Con motivo del festival de la Bauhaus, escribí un primer ensayo en el que le daba una vuelta al eslogan del festival: "Tel Aviv: non-stop city" y lo convertía en "Tel Aviv: ciudad que no para de blanquearse". Más tarde me pregunté: "¿Qué es lo que Tel Aviv está blanqueando?" La respuesta está en su otra parte: Jaffa, la ciudad musulmana milenaria ausente de la historia de Tel Aviv.

Es lo que usted llama Ciudad Negra.

Existe una coincidencia entre los mapas de Tel Aviv anteriores a 1948 y los mapas de la zona declarada Ciudad Blanca por la UNESCO. Al estudiar los mapas oficiales con datos geográficos queda muy claro que Tel Aviv y Jaffa tienen estadísticas diferentes. Así pues, la Ciudad Blanca tiene su negativo, la Ciudad Negra, en las zonas que habían sido anexionadas a Tel Aviv tras la guerra de 1948. Eso incluye la ciudad palestina de Jaffa y sus alrededores, pero también algunos barrios judíos, como Shapira, donde vivo.

Su libro describe el "urbicidio" de la ciudad vieja de Jaffa, seguido de su transformación en una versión “disneyficada” de una ciudad árabe, y más tarde en una colonia de artistas solo judíos gracias a un proyecto de conservación urbana a gran escala. ¿Cómo se llevó a cabo?

Durante la guerra de 1948, Jaffa perdió casi toda su población, unos 70.000 habitantes. En total, 100.000 ciudadanos fueron desahuciados y expulsados, convirtiéndose en refugiados. La población palestina en Jaffa se redujo a 3.000-5.000 personas refugiadas; confinadas al sur, en Ajami. Los barrios musulmanes de Jaffa fueron demolidos durante y después de la guerra. La demolición del barrio de Manshiah, en el norte, comenzó durante la guerra y continuó a lo largo de 1950 y 1960, hasta su desalojo total a principios de la década de 1970. La mayor parte de la ciudad antigua fue sustituida por un parque, envuelto por un débil tejido urbano que representa menos de 1/5 de la superficie de lo que fue en el pasado. Desde principios de los sesenta, la ciudad vieja de Jaffa está bajo un régimen especial que la ha transformado en una colonia de artistas. Esta estrategia se desarrolló también en Ein Hod, cerca de Haifa; en Hutzot Hayotzer, Jerusalén; o en Safed, Galilea. Pero en Jaffa fue muy exagerada, como demostró un experimento que hice con mis alumnos: Les di la misión de alquilar un apartamento en la ciudad vieja de Jaffa, y a todos se les pidió que demostraran que eran artistas llevando documentos a los agentes inmobiliarios.

Hay que tener en cuenta que las tierras tomadas desde 1948 son propiedad del gobierno según la "Ley de Propiedad de Ausentes de 1950", la principal de una serie de leyes que regulan el tratamiento de cualquier propiedad perteneciente a palestinos que se marcharon, se vieron obligados a huir o fueron deportados durante la guerra. Así que los verdaderos propietarios están en Gaza o Líbano, pero sus propiedades las gestiona el Estado de Israel. El 93% de la tierra propiedad del Estado israelí procede de esta ley.

Calle Dizengoff, Tel Aviv, circa 1930s
        Library of Congress, Prints and Photographs Division, G. Eric and Edith Matson Photograph Collection/Wikimedia Commons/Public Domain

Su libro dice que "la Ciudad Negra solo existe en relación con la Ciudad Blanca [...] es todo lo que oculta la larga y oscura sombra de la Ciudad Blanca, todo lo que Tel Aviv no ve y todo lo que no quiere ver". Esto recuerda a la ceguera de los primeros colonos sionistas respecto a la población indígena árabe palestina, descrita en novelas históricas como 'Mi Tierra Prometida', de Ari Shavit. ¿Es esta invisibilidad un factor que atraviesa todos los aspectos de la vida en Palestina-Israel?

Sí, y prueba de ello es la desaparición del barrio de Manshiyya (Manshieh) de los dibujos que el artista Nachum Gutman hizo de Tel Aviv de 1917. Estas ilustraciones están entre las imágenes más icónicas de Tel Aviv, que posteriormente han sido copiadas en carteles, álbumes, portadas de libros y obras de arte. En los dibujos de Gutman, reproducidos entre 1936 y 1959 antes y después de la demolición de Manshiyya, Tel Aviv se alza solitaria entre las dunas. Solo el acantilado de Jaffa se ve en el horizonte. Pero la realidad de 1917 era muy diferente a la de esos inocentes dibujos del Tel Aviv de la época. Entonces Manshiyya era un barrio musulmán grande y denso entre Jaffa y Tel Aviv. Las fotos aéreas de 1917 muestran calles y casas que cubren toda la zona. Sin embargo, la imagen que recuerdan muchos israelíes es la de Gutman, porque la han visto millones de veces. En ese sentido, esos dibujos eran también una profecía: lo que ha sido invisible en la imagen desapareció más tarde de la realidad.

En este barrio está el Museo Etzel, uno de los ejemplos más infames de blanqueamiento y "urbicidio". ¿Puede describirnos por qué?

Tras su demolición, Manshiyya fue sustituido por parques, aparcamientos, una terminal de autobuses y un centro comercial. Los promotores, que también fueron los demoledores, decidieron conservar una casa palestina, insertando una moderna caja de cristal en ella, y utilizarla como edificio público. El museo está dedicado a la organización Etzel; el grupo paramilitar de extrema derecha que inició el primer ataque contra Jaffa antes de la declaración del Estado de Israel. Es el único museo militar de Tel Aviv. El parque que lo rodea también es utilizado por la población árabe de Jaffa. Es una abominación y un insulto. Hay ejemplos similares en Jaffa, como el complejo residencial de lujo Andrómeda en uno de los lugares más bellos de la ciudad vieja. También en Gaza, donde una hermosa parcela palestina para el cultivo de naranjas fue transformada en una zona industrial contaminante. Pero el Museo Etzel es especialmente simbólico. Hay un proverbio hebreo que dice: "En casa de un ahorcado no se debe hablar de la soga".

En el desarrollo de Israel, ¿qué papel desempeña la estrategia arquitectónica basada en el "Homa Umigdal" (Muro y Torre)?

Considero dos tradiciones de arquitectura en Israel. La primera es la del periodo de la llamada Bauhaus, realizada por una generación de arquitectos que nacieron y educaron en Europa antes de emigrar a Palestina. Es decir, de tradición europea y que no hablaban hebreo. La segunda, sostengo, es la desarrollada por una generación posterior de arquitectos criados en Israel/Palestina y educados en hebreo.

La primera expresión de esta tradición posterior puede encontrarse en los proyectos "Homa Umigdal" (Muro y Torre) realizados entre 1936 y 1939. "Homa Umigdal" era un método de asentamiento que consistía en la construcción rápida (en un día o de un día para otro) de "puntos de asentamiento" prefabricados y situados en lugares cuidadosamente elegidos de todo el país según un plan general siguiendo diferentes formas y escalas. Estos proyectos se encuentran incluso en cualquier entorno rural: kibbutzim, moshavim y asentamientos comunitarios. Hoy el Estado de Israel está amurallado por todas partes, aunque los muros son más altos, sofisticados, más profundos; y las torres de observación han sido sustituidas por satélites, globos o drones. Aunque la Ciudad Blanca suele presentarse como el momento cero de la Historia Arquitectónica de Israel, yo sostengo que el verdadero momento cero debería ser el de "Homa Umigdal" (Muro y Torre), que fue una auténtica expresión de la arquitectura y el urbanismo autóctonos israelíes, porque define su existencia.

Usted ha dicho que el conflicto político entre judíos y palestinos puede resolverse de algún modo si lo trasladamos al campo de la urbanística. ¿Qué quiere decir con eso y es aún posible?

Cuando escribí este libro en 2005, acababa de producirse el colapso del proceso de paz de Camp David. Pero aún había algo de diálogo y esperanza. Sin embargo, desde entonces ha habido demasiada violencia y ahora soy mucho menos optimista. Hoy parece que ambas partes, palestinos e israelíes, están inmersas en un proceso de aniquilación mutua.