LA ODISEA DE LA VIRGEN DE LOS 100 M$ DE BOTTICELLI QUE REAPARECIÓ TRAS 50 AÑOS ESCONDIDA

L a capilla de Santa Maria delle Grazie, situada en Santa Maria la Carità, una pequeña localidad de la provincia de Nápoles, guardaba en su interior un tesoro de valor incalculable: una pintura de una virgen con un niño, firmada por el artista italiano Sandro Botticelli. Pero en los años 80, el lienzo desapareció sin dejar rastro, llegando incluso a darse por perdido en los registros de arte del Estado de Italia. Ahora, tras más de medio siglo en el olvido, las autoridades italianas han recuperado aquella madonna de bucles dorados, pintada durante los últimos años de vida del artista.

Al parecer, el cuadro sería protagonista de una historia apasionante recogida hace más de una década por el historiador Giuseppe Di Massa en su publicación Gragnano e l'arte negata. Según su testimonio, fue el Papa Sixto IV quien convenció a Botticelli para que entregara el lienzo a la capilla en la que permaneció hasta su desaparición. Lo hizo como una estrategia para ganarse el favor de la pudiente y poderosa familia Médici, que se había hecho con varios terrenos en la zona de la campiña napolitana con el fin de cultivar viñedos. Tal y como cuenta el historiador y recoge el diario italiano la Repubblica, se trataría de “una donación para obtener ayuda económica con el objetivo de financiar el fin de los trabajos de la Capilla Sixtina”.

El paso del tiempo y la consecuente oxidación de los barnices han hecho que la pintura se encuentre en un estado de conservación lamentable. Los trabajos de restauración, que están previstos para extenderse durante más de un año, le devolverán su brillo original antes de que pueda exponerse al gran público en algún museo napolitano. Pese a su estado, se estima que el valor de Virgen con el niño es de alrededor de 100 millones de dólares. No olvidemos que como todo artista consagrado, las obras de Botticelli son ampliamente aclamadas en el mercado del arte. Su récord en subastas lo ostenta Retrato de un joven sosteniendo un círculo, una pequeña pintura que data de 1475 y que se convirtió en la segunda obra renacentista más cara jamás vendida. La subasta tuvo lugar en enero de 2021 de la mano de la casa neoyorquina Sotheby’s, cerrando la venta por un precio final de 92 millones de dólares.

El secreto de los Somma

Virgen con el niño, indudablemente una joya del Quattrocento italiano, llegó a la capilla napolitana a principios del siglo XX, tras el incendio de la pequeña iglesia rural en la que se encontraba originalmente. Allí el lienzo fue tratado con mimo, participando incluso en procesiones, posiblemente ante el desconocimiento de su altísimo valor. Pero la necesidad de una reforma en la parroquia tras los desperfectos de un terremoto, hizo que la obra se confiara a una familia local, los Somma. Durante décadas, las paredes de su casa han guardado con celo el cuadro de Botticelli, pasando su legado de generación en generación.

Al parecer, los habitantes de la zona tenían constancia de la existencia del cuadro, aunque la familia pasó décadas sin revelar su paradero. Tal vez intentaban proteger de robos una pintura de tan alto valor o tal vez tenían miedo a las posibles consecuencias de tenerla en su posesión. En todo caso, pese a todos los registros, por algún motivo que de momento se desconoce la obra fue añadida en la lista de arte desaparecido y tratada como tal durante años. Como explicaba Massimiliano Croce, capitán de los Carabinieri, “la última vez que las autoridades inspeccionaron la residencia privada donde se guardaba la pintura de Botticelli fue hace más de 50 años”. En su reaparición han estado implicados uno de los miembros de la familia, así como el alcalde de Gragnano.

Según relataba el propio Croce a ARTNews, en Italia, una pintura de tan alto valor cultural solo puede ser propiedad de un individuo cuando se puede garantizar su seguridad y conservación, manteniendo inspecciones periódicas por parte de los carabinieri. Ahora, una vez recuperada la pintura, toca investigar si la procedencia de la obra y su llegada a las manos de la familia fue, efectivamente, legítima.

Un posible retrato de su musa, Simonetta Vespucci

Entre los datos aportados por el historiador Giuseppe Di Massa, se encuentra la posibilidad de que esa virgen sea en realidad un retrato de la mismísima Simonetta Vespucci, musa de muchas de las obras del pintor entre las que destaca El nacimiento de Venus. Aunque es más conocida por sus apariciones en los cuadros de Botticelli, la belleza de esta mujer le llevó a protagonizar obras de otros pintores italianos como Piero di Cosimo.

Hija de un noble genovés de apellido Cattaneo, Simonetta acabó casada con Marco Vespucci, un joven florentino de familia noble del que tomó su apellido tras asentarse ambos en Florencia. Allí, el rumor de su belleza corrió de boca en boca llegando a encandilar, más allá de a Botticelli (del que se ha especulado que se enamoró de ella), a personalidades de altos cargos y distinciones como Lorenzo y Giuliano de Medici. Estos, en el marco de unas justas, la llegaron a bautizar como “reina de belleza y dama de su corazón”.

Aunque una fulminante tuberculosis acabó con la vida de la joven cuando apenas tenía 23 años, la infinidad de pinturas en las que Botticelli la retrató, han convertido su rostro en un icono del Renacimiento italiano. Ahora, un cuadro más de su efigie nos permitirá seguir recordándola a ella y a su historia para siempre.