Exposiciones

El provocador erotismo chic de Helmut Newton

Por LORENA BUSTABAD, A Coruña

 Helmut Newton -  Fact & Fiction © Profirst - Justin Paquay

Irreverente, perturbador y voyeur. El universo fotográfico del australiano (y sus obsesiones) aterriza en A Coruña en la tercera gran exposición de la Fundación Marta Ortega (MOP): Fact&Fiction, un banquete de imágenes gratuito hasta el 1 de mayo.

Érase una vez un judío alemán que huyó de los nazis en un barco a Singapur y acabó deportado en Australia, su segunda patria. Había sido un niño caprichoso y mimado de Berlín (1920) que creció con el ascenso social y político de Hitler y en el seno de una familia muy rica que acostumbraba a destrozar todos sus juguetes menos uno: la pequeña cámara de fotos que le regalaron con 12 años, una Alfa Tengor. Despilfarró el primer carrete en el metro y aprendió una lección que grabará a fuego: la luz lo cambia todo.

La cámara fue su salvavidas. Helmut Newton -así tradujo al inglés su apellido germano Neustädter- escapó de un Berlín asfixiante tras la Noche de los Cristales rotos con 18 años y sobrevivió en las antípodas como fotoperiodista hasta que pudo regresar a Europa, con un nuevo pasaporte tras servir en el ejército austral, y dedicarse a lo que mejor se le daba: la fotografía de moda, entre los hechos y su ficción.

Helmut Newton: Fact&Fiction es la tercera gran exposición que la Fundación Marta Ortega Pérez (MOP) atraca en los antiguos silos del puerto de A Coruña después del homenaje a la sensibilidad foto poética de Peter Lindbergh y el glamour intrínseco de Steven Meisel y su reinvención de las supermodelos. “Me fascinó el poder y el arrojo de las mujeres que retrata”, destaca Ortega en el prólogo del catálogo.

 Helmut Newton -  Fact & Fiction © Profirst - Justin Paquay
 Helmut Newton -  Fact & Fiction © Profirst - Justin Paquay

El alemán, uno de los revulsivos de la imagen del siglo XX, tiene el enorme desafío de superar las 110.000 visitas del Lindbergh y las 137.000 que logró Meisel en esta apuesta personal por la presidenta de Inditex de forjar una tríada entre la moda, la fotografía y A Coruña como base nodriza y referente internacional.

Dentro de la nave del muelle de batería todo está diseñado al milímetro, desde la iluminación original del galerista británico Richard Hamilton hasta la sucesión -y el orden- de las fotografías que componen la muestra, explica Philippe Garner, amigo personal de Newton y uno de los tres comisarios junto a Matthias Harder y Tim Jefferies.

Desde las Polaroid con las que trataba de fijar su memoria en los set hasta los paneles originales de 2,5 metros de altura de sus archiconocidos big nudes en 1981, los grandes desnudos que marcaron una época y batieron récords de ventas: más de 700.000 euros se pagó por una foto coral en movimiento de cuatro mujeres vestidas que tiene su réplica en las mismas cuatro desnudas. Demostró que, aunque hacía fotos para vender prendas, el poder no estaba en la tela.

 Helmut Newton -  Fact & Fiction © Profirst - Justin Paquay
‘Big Nudes’, 1981, Helmut Newton
 Helmut Newton -  Fact & Fiction © Profirst - Justin Paquay
 Helmut Newton -  Fact & Fiction © Profirst - Justin Paquay
 Helmut Newton -  Fact & Fiction © Profirst - Justin Paquay

Cuando regresó a la Europa de posguerra, Newton ya era un adulto y el mundo era otro. Primero probó suerte en Londres en 1961 pero acabó triunfando en París tras su primer gran contrato con Vogue, que era la Biblia de la moda mundial.

Él mismo se consideraba un shooter, un pistolero a sueldo y mercenario egoísta de la fotografía. Pero su mercantilismo no opacó su talento: la teatralidad de unas imágenes analógicas donde mandaba (siempre) la luz natural y que bebían de la inspiración del cine de Alfred Hitchcock y de las Venus y Majas de Velázquez y Goya, Monet o de François Boucher, y su ‘Odalisca morena’ y que reproducía en burdeles y desde su apartamento de la calle Aubriot de París.

Newton no aceptaba tutelas ni toleraba imitaciones pero detrás de su ejecución estaba la imaginación mágica de June Brunell, su mujer desde 1948 y, en realidad, la gran artífice de su carrera. “June está siempre presente en la sombra y en los reflejos. Era actriz y terminó siendo una gran fotógrafa bajo el pseudónimo de Alice Springs. “Se hacía lo que ella aprobaba”, explica Tomi, uno de los guías de la muestra, que ofrece recorridos explicados a cambio de un precio simbólico a través de la web que se destinan al proyecto Future Stories para apoyar el talento joven.

Las obsesiones de un fotógrafo diferente

“Esta es Henriette, será una de las modelos americanas más versátiles y camaleónicas con las que trabaja Helmut. Cobró unos 61 euros por esta fotografía (Big Nude III) que se subastó por 264.000“, explica el guía que le da una nueva dimensión a la visita para repasar las obsesiones de Newton: observar (voyeur), los tacones, los labios mediterráneos de Mónica Bellucci, a su amante Elsa Peretti, el poder de Margaret Thatcher, el erotismo de Charlotte Rampling (Venus en piel), las largas extremidades de Jerry Hall saltando a la piscina o los ángulos faciales de David Bowie.

Provocador y rupturista, fue el primero en mostrar a una mujer empoderada, una suerte de hembra alfa que tomaba la iniciativa y disfrutaba del sexo. Una imagen, más sugerente que explícita, pero provocó un rosario de cancelación de la suscripción de Vogue en el medio oeste americano. Todo un desafío a los roles de género que tardaría años en comprenderse y que le granjeó muchas críticas, también por cosificación y misoginia.

‘Big Nude III’, 1980, Helmut Newton.
‘Big Nude III’, 1980, Helmut Newton.

Más allá de la moda, también realizó otras fotografías más personales donde el mar, la luz, la naturaleza son ingredientes que se repiten desde la costa de Montecarlo al desierto de Las Vegas.

Helmut Newton falleció en 2004, una vida larga con una carrera reconocida y plasmada en maravillosas publicaciones como SUMO; pesa 35 kilos y fue el libro más caro del siglo XX. Una Fundación propia en Berlín atesora su legado como el gran provocador y creador del porno chic que fue. Sus disparos (y otros objetos personales como una Rolleiflex, una Nikon y su maletín Louis Vuitton) están al alcance de cualquiera en A Coruña hasta el 1 de mayo.