Arquitectura & Diseño

El renacimiento del brutalismo de la mano del diseño de interiores

Por María Couso

360 house © Studio MBM

Este estilo, que ha contado con muchos detractores en el pasado, vive una época de esplendor en el marco del diseño gracias a la apuesta de interioristas de renombre que lo han elegido para vestir tanto casas de estrellas de Hollywood como hoteles de lujo europeos. Hasta firmas de moda se han sumado a esta tendencia.

A unque el mero nombre es desafiante, ‘Brutalismo’, su origen etimológico es más sencillo y práctico, como su razón de ser: ‘Bèton brut’, que significa “hormigón en bruto”, en francés. Una corriente arquitectónica en boga a mediados del siglo XX y con un conocido padre fundador: el polifacético Le Corbusier.

El franco-suizo, como buen arquitecto dedicado durante años a la planificación urbana de viviendas sociales, comenzó a cambiar su estilo y su forma de entender la profesión. Comenzó a diseñar por edificios sin grandes ostentaciones decorativas, cimentados con materiales puros como el hormigón y la piedra, que contaban con grandes estructuras monocromáticas, formas geométricas repetitivas y simples, así como pilares y vigas.

Este estilo fue muy criticado por sus colores apagados, su gigantescas dimensiones y por la asociación de sus edificios con estados socialistas malogrados, utopías fallidas que dieron lugar a moles que, a pesar de ser consideradas como “obras de arte” por muchos, fueron consideradas de mal gusto por otros. Ese fue el caso de la Pagoda de Miguel Fisac (1965), una obra maestra del brutalismo español que fue demolida en 1999. Lo mismo ocurrió con Robin Hood Gardens de los Smithson, en Inglaterra, o el Hospital de Mujeres y Maternidad Prentice de Chicago (1975), diseñado por Bertrand Goldberg; ambos, hoy, desaparecidos.

Miguel Fisac. Laboratorios JORBA (Pagoda)
Hospital de Mujeres y Maternidad Prentice de Chicago (1975)
Imagen de Robin Hood Gardens. Foto: Sandra Lousada, 1972, Smithson Family Collection.

Muchas décadas después, sin los prejuicios políticos y estéticos de la época de la posguerra, el Brutalismo recibe su merecido reconocimiento situándose, incluso, como una de las tendencias de 2023 en interiorismo y diseño. ¿Sus señas de identidad? Las superficies sin pulir, los tonos neutros, las formas geométricas y los diseños rotundos, al más puro estilo Le Corbusier, pero con matices.

Este neobrutalismo se mezcla con elementos orgánicos y hace constantes guiños a otros estilos e, incluso, épocas. Los decoradores y arquitectos que veremos a continuación están dando forma a una nueva versión del brutalismo que maridan con su sello personal.

Todo vuelve

Kelly Wearstler ya lo dijo: “Me inspira mucho el colorido enfoque de Ricardo Bofill hacia la arquitectura brutalista. Sus creaciones utópicas son muy ricas y reflexivas”. Así entendemos que la arquitectura y, en este caso, el diseño de interiores, es algo cíclico. Todo vuelve, como demuestra la interiorista estadounidense, archipremiada en todo el mundo y que ya se une a la moda de la decoración brutalista.

Wearstler (1967, Carolina del Sur) es una diseñadora de mobiliario e interiores conocida por decorar y transformar los hogares de muchas celebridades de Hollywood, como la mansión de Cameron Díaz o la de Gwen Stefani. Su madre era anticuaria, ella vivió el amor por el arte, los muebles y las piezas con historia. Eso definiría su estilo y su gran pasión.

La casa de Malibú por Kelly Wearstler
La casa de Malibú por Kelly Wearstler
La casa de Malibú por Kelly Wearstler
Four Seasons Anguilla por Kelly Wearstler
Four Seasons Anguilla por Kelly Wearstler

En los últimos años, Wearstler se ha convertido en una de las abanderadas del brutalismo de interior gracias a proyectos como la casa-garaje que diseñó en 2021 para el modelo eléctrico del Hummer EV en la que abrazaba “el diseño histórico llevándolo al futuro a través del brutalismo y el modernismo de mediados de siglo”; o la casa de Malibú en la que pasó la pandemia con su familia, artesanía y brutalismo en una construcción de los años 50 que perteneció al actor estadounidense Carroll O’Connor. Ella es tendencia y el brutalismo es un denominador común en sus espacios.

El libanés Chahan Minassian (Líbano, 1961), apasionado del arte y el diseño, también ha integrado el brutalismo en sus proyectos. En ellos armoniza sedas, cobre, cemento y reliquias de diseñadores americanos de los años 50 y 60. Su propio apartamento en París es el mejor escaparate de su trabajo, también su exclusiva Galería Chahan en el número 11 de la rue de Lille.

Chahan Gallery, Paris. © Peter Lane

Después de siete años como director creativo europeo de Ralph Lauren, fundó Chahan Interior Design en 1993, con proyectos en Estados Unidos, en ciudades europeas, en Oriente… Además, se ha consagrado como uno de los decoradores de referencia en Francia, sus diseños abarcan desde residencias privadas hasta tiendas de lujo y hoteles.

De Tribeca a las montañas

La aproximación al brutalismo por parte de los hermanos Amoia, de AMOIA Studio (2015) es algo distinta. Esta parte del respeto hacia los materiales surgidos de la tierra. Su pretensión es “mantener la belleza innata de estos minerales y sus propiedades metafísicas mientras exploramos nuestro aprecio por la geometría y el diseño icónico del siglo XX”.

Expositores de terrazo, consolas de malaquita triturada del Congo, de jaspe rojo, de piedra y cemento, mesas de lapislázuli, de aluminio… Materiales como la amatista o la pirita, que habitualmente no se utilizan para hacer muebles, son ahora la materia prima protagonista: las lavan, las trituran y las manipulan ellos mismos. Un trabajo familiar donde combinan la visión de este tándem formado por Samuel Amoia, que aporta el diseño, el color, la textura y los muebles; con el proceso de fundición original del escultor Dominic Amoia.

Su estudio ha diseñado piezas exclusivas y de edición limitada para DeLorenzo Gallery en Nueva York, así como encargos para Lauren Santo Domingo, Dior, Peter Marino, Moda Operandi, Stella Mccartney, Calvin Klein, Dover Street Market o Soho House Berlin, entre otros.

© AMOIA Studio
© AMOIA Studio
© AMOIA Studio

Otra joven promesa del diseño americano moderno, que también apuesta por líneas puras y materiales como el bronce, el cemento o la madera es Colin King. El estilista se ha declarado un gran admirador de los elementos arquitectónicos grandes y fuertes, monolíticos.

Aunque nació para ser bailarín, o eso creía cuando estudió danza en Nueva York, finalmente transfirió su experiencia creativa al ámbito de los interiores trabajando con varias firmas de diseño en la creación de contenido y la dirección de arte, hasta que finalmente fundó Colin King Studio.

Schindler House. Foto: Adrian Gaut. © Colin King
Artistic House. Foto: Gentl & Hyers © Colin King

La lista de referentes continúa con nombres como el de Maurizio Bianchi Mattioli, capaz tanto de transformar una antigua fábrica en Nueva York una impresionante casa de estilo brutalista como de diseñar de la nada un refugio en las montañas de Utah con suelos de hormigón. El arquitecto cataliza en sus diseños -de casas, de interiores y de muebles- una visión moderna de la impronta que la arquitectura de su Venezuela natal, polo brutalista latinoamericano, dejó en él.

© Studio MBM
360 house © Studio MBM

No podía imaginar Le Corbusier que, décadas después de su fallecimiento, el brutalismo adoptaría tantas vidas propias.