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Gaella de la Serna: "El coleccionista compraba con la idea de no vender y ahora hay inversores que no ven la obra colgada"

Por Paloma primo de rivera

Fotos Fernando Puente

Gaella de la Serna, directora de López de la Serna CAC, nos abre las puertas del Centro de Arte Contemporáneo. Hablamos con ella de sus casi tres décadas de trayectoria como galerista, los comienzos del espacio que se inauguró hace ya un año con el artista Peter Halley, y sus próximas exposiciones.

Lo primero que salta a la vista al acceder a este prometedor Centro de Arte Contemporáneo (CAC), es su singularidad y belleza estética. Un espacio en plena naturaleza, que linda con el monte de El Pardo y que poco tiene que ver con las galerías habituales urbanas. Proyectado por el estudio de arquitectura Vicens + Ramos, dispone de un precioso jardín jalonado de esculturas contemporáneas como el tiburón de Xavier Veilhan o la columna de Pascale Marthine Tayou, que envuelve dos edificios de escala moderna, volados sobre el mismo vergel. Son estos precisamente los que atesoran en su interior la colección de arte del CAC.

La sala principal ocupa la actual exposición dedicada al artista norteamericano Alex Katz (Brooklyn, 1927), uno de los creadores vivos más cotizados y artista fetiche de cabecera de este centro. La muestra permite explorar y disfrutar de cuatro décadas de su trayectoria a través de una selección de retratos y paisajes, en una mirada retrospectiva a la icónica labor creativa del pintor neoyorquino. Su directora, nos recibe a las puertas de este gran espacio expositivo, donde los enormes lienzos de Katz, rezuman color y luz, ofreciendo una sorprendente acogida.

¿Cómo surge la idea de este espacio expositivo, pionero en exponer arte en diálogo con arquitectura y naturaleza?

Este proyecto es un reto muy personal. Está en la línea de lo que siempre vimos en el centro de Europa, en fundaciones y Kunsthalles, situadas fuera del centro urbano, rodeadas de naturaleza. Encontramos este lugar maravilloso, lleno de árboles, y decidimos construir aquí el nuevo espacio, que empezó como galería en 2010 con una retrospectiva de Alex Katz llamada 'Once in a Lifetime' (título que escogió el propio artista), y, en 2022, abrimos como Centro de Arte Contemporáneo. La idea era hacer de nuestro espacio particular, un manifiesto estético, basado no solamente en la arquitectura, sino también en un entorno maravilloso en mitad de la naturaleza. Tenemos el compromiso de dar a conocer artistas consagrados pero, a su vez, apostar por emergentes, como en la siguiente exposición que tendrá lugar el próximo mes de octubre.

Sus comienzos pasaron por la apertura de una primera galería en Londres, Javier López Gallery. Hoy esa pequeña sala es un gran Centro de Arte Contemporáneo.

Empezamos en 1995 en Londres, detrás de Oxford Street, Javier López y yo, con la galería que llevaba su nombre y con el objetivo de mostrar una visión muy personal y única del arte contemporáneo en ese entonces. Apostamos por jóvenes creadores como Martin Creed (que obtuvo el premio Turner en 2001) o Simon Martin. Al año siguiente abrimos la primera galería en España, para dar continuidad al proyecto. Estaba en el centro de Madrid, en un primer piso, no a pie de calle, y era mitad galería y mitad vivienda. Era muy habitual que los artistas vinieran a casa, ya que era un ambiente muy íntimo. Hacíamos en ese momento exposiciones muy innovadoras, con artistas como Andreas Gursky (que expuso por primera vez en España con nosotros), Sugimoto, Alex Katz, Francesco Clemente o Peter Halley. Autores que, con el tiempo, se han ido consagrando. Hoy son requeridos por los mejores museos y galerías del mundo. En aquellos años finales de los noventa, presentamos tendencias que después marcaron el panorama artístico, mostrando artistas por primera vez en España. A partir del 2000 continuamos con artistas prácticamente desconocidos aquí, como Tatsuo Mirajima, Liam Gillick, Araki, Sarah Morris, Hanna Collins, Robert Indiana, Jenny Holzer o Dan Flavin.

Más tarde tuvieron también un espacio en Nueva York, ¿verdad?

Sí, desde 2006 hasta 2013. Se llamó Gering & López Gallery, que diseñó el arquitecto Joel Sanders, un espacio tan precioso que estaba en el histórico Crown Building de la 5ª Avenida, con la calle 57, donde había artistas muy rompedores, que ahora son muy conocidos, como KAWS, Leo Villareal o Todd James. Nosotros apoyamos sus carreras desde sus inicios.

Háblenos del Centro de Arte Contemporáneo.

Al principio tuvimos proyectos de Jason Martin, Francesco Clemente o Yturralde, y desde nuestros inicios apostamos por una programación muy dinámica con creadores jóvenes y consagrados, y trabajos innovadores abiertos a técnicas más actuales y cualquier tipo de soporte. El espacio cuenta con salas expositivas, pero también con zonas privadas que no están abiertas para todo el público, sino que están bajo requerimiento de una fundación, institución o coleccionistas.

¿Qué relación mantiene con sus artistas?

Desde el comienzo, los artistas han estado como en casa. Mantenemos una buena amistad con los de siempre, después de tantos años trabajando juntos. Incluso con alguno de ellos, como Alex Katz, David Salle o Francesco Clemente, tanto mi hija Jimena como yo, hemos sido musas para sus creaciones. Esto ha ocurrido porque tenemos una relación muy estrecha con ellos; son casi familia.

¿Cuál es el criterio que se sigue para el diseño de las exposiciones?

Se hacen pensando en el espacio. Están personalizadas. Los artistas, por su parte, también se involucran. Piensan sus exposiciones en base a ello. Martin Creed en una ocasión comentó que su exposición había quedado mejor que la de una sala de museo. A veces nos involucramos con tanto entusiasmo que dejan volar su imaginación en este marco tan hecho a su medida. Es una maravilla ver cómo el espacio se va transformando según van interviniendo.

Las inauguraciones en su galería se han convertido en un referente de la escena artística madrileña como lugar de encuentro. Apuesta por conectar a los artistas con los coleccionistas, críticos, comisarios, con presencia destacada de invitados internacionales de diferente índole…. ¿Cómo lo logra?

Buscamos que nuestras inauguraciones sean un punto de encuentro del mundo cultural, tanto nacional como internacional. Se trata de recibir a los amantes del arte en general, siempre destacando un número muy alto de extranjeros. Ver la galería llena de personas interesadas por el arte, es el premio a una trayectoria bien hecha. Además, siempre que inauguramos vienen los propios artistas, como por ejemplo cuando Alex Katz inauguró la galería, que vino desde EEUU acompañado de su mujer Ada, su gran musa.

¿Qué caracteriza el nuevo rumbo de la galería como Centro de Arte Contemporáneo?

Desde 2022 hemos iniciado una nueva etapa como López de la Serna Centro de Arte Contemporáneo. Un espacio privado que tiene como objetivo impulsar proyectos y colaboraciones con artistas, museos e instituciones, nacionales e internacionales, con un enfoque personal, para realizar diversas actividades culturales. Hemos cedido obras de nuestra propia colección a grandes museos como el Guggenheim de Nueva York o el Thyssen. Varias obras que cuelgan hoy en nuestra exposición actual de Alex Katz, estuvieron en su última retrospectiva. Se trata de dar un paso más allá de una galería convencional, un paso más grande y entusiasta, que acapara más tendencias. Tener libertad de exponer a los artistas que queramos, dando a su vez apoyo y difusión a las artes en general. Queremos hacer proyectos paralelos a las exposiciones, debates sobre arte y también ciencia, talleres, coloquios, conciertos o presentaciones de libros con la idea de hacer actividades con un enfoque más divulgativo.

¿Siguen acudiendo a la cita de Arco? ¿Le interesan las ferias?

Ya no acudimos a ferias como antes. Yo voy como asesora de colecciones o coleccionista. No somos galería, sino centro de arte con una visión muy completa del artista.

En estas décadas como galerista, ¿cómo cree que ha cambiado el coleccionismo? ¿Ve tras la pandemia nuevos modos de coleccionar?

En los noventa el coleccionista compraba con la idea de no vender. Iban juntos a las inauguraciones, más en grupo. Era como un movimiento. Echo de menos aquellos coleccionistas, que algunos ya no están, como Fernando Meana o Antonio Arias. Ahora hay inversores que compran y no llegan a ver la obra colgada. Pero está muy bien porque cada vez hay más gente comprando. El arte llega a más público, no es tan elitista, y eso es bueno. Tras la pandemia veo una evolución del coleccionismo hacia un perfil de público más joven, además de plataformas on line que antes no existían.

¿Cómo cree que está funcionando la venta ‘on line’?

Es curioso pero las ferias on line funcionan regular, no como con las galerías o subastas. A la gente le sigue gustando asistir, ver y ser visto.

¿Cuál cree que es hoy el interés del coleccionista?

En los últimos años se está produciendo un mayor interés por la pintura, frente al protagonismo de la fotografía de hace unas décadas. Igualmente creo que vamos a ver una vuelta a la convivencia con la abstracción.

¿Se ha producido un relevo generacional con ustedes, en la línea de otros grandes galeristas españoles como Elvira González o Leandro Navarro?

Sí, se ha dado el testigo a Jimena, mi hija mayor, como Directora Artística para dar continuidad a este maravilloso proyecto como centro de arte. Jimena ha vivido el arte desde que nació, lo lleva en las venas, y ha convivido con artistas desde la etapa de Londres. A pesar de su edad, tiene una dilatada experiencia en mercados emergentes y asiáticos, catalogación de arte y ha comisariado exposiciones en Suiza, Hong Kong y Tokio.

De las últimas exposiciones que ha visitado, ¿cuál le ha llamado más la atención?

Me pareció espectacular una exposición que disfruté el verano pasado en Kunstmuseum de Basilea, que ahora se puede visitar en el Museo del Prado, 'Picasso, El Greco y el cubismo analítico', comisariada por Carmen Giménez, una de las grandes expertas internacionales en Picasso, a la que admiro muchísimo. Una exposición inédita, fruto de la investigación de Paco Calvo Serraller, a quien está dedicada la muestra.

¿Cuál sería su ciudad por excelencia para disfrutar del arte?

Para mí la ciudad en la que uno se empapa de arte contemporáneo es Nueva York. Es una ciudad rápida, viva, vibrante, donde todo cambia. Es el cruce de artistas, comisarios, coleccionistas… En América, en ferias, por ejemplo, he visto apostar por artistas de vanguardia, arte digital, performance, instalaciones, video arte. En cambio, en Europa, veo más presencia de galerías clásicas donde todo es muy parecido y equilibrado. Es, sin duda, consecuencia del gusto del público.

Presentarán a un artista chino inédito en España este otoño.

Sí, vamos a presentar por primera vez en España y en Europa a un artista chino emergente, Xiao Jiang (Jinggangshan, Provincia de Jiangxi, China, 1977), que hasta ahora era un desconocido. Vive y trabaja en Shanghái, y galerías muy buenas están apostando por él al igual que ya está presente en algunos museos. Es un artista que invita a la reflexión y a la propia interpretación del espectador; sus obras calmadas e introspectivas, donde la presencia humana es ocasional, generan una sensación de intimidad. Es una pintura evocadora y desconcertante, y estamos seguros de que va a tener una gran acogida.