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Juana Francés, la artista de vanguardia que pudo reinar

Por El Grito

Juana Francés. Fotografía: MACA Alicante

A pesar de ser considerada como una de las artistas españolas más importantes del siglo XX, la alicantina tuvo que sufrir el menosprecio de sus colegas contemporáneos y la luz de gas del franquismo. El IVAM Alcoi reivindica su figura a través de una antología que reúne más de un centenar de piezas.

El despertar artístico de Juana Francés en 1950 coincidió con la aparición de los primeros síntomas de renovación plástica en la España franquista. Vinculándose a los círculos vanguardistas que se reunían en Madrid, Francés fue el único miembro femenino de El Paso -del que también formaron parte artistas como Antonio Saura, Luis Feito o Pablo Serrano-, grupo que nació bajo la influencia del expresionismo abstracto americano, de su violencia gestual y matérica. Sin embargo, abandonó el grupo en 1957, precisamente debido al menosprecio de su arte y de su condición femenina por parte de algunos de sus compañeros, en una época en la que el arte era todavía una parcela dominada por los hombres.

La sede alcoyana del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) revisita la trayectoria de Juana Francés para mostrar a una artista con voz propia, más allá del informalismo. La exposición antológica reúne más de un centenar de piezas y numerosa documentación procedentes de los cuatro museos que custodian su legado: el IVAM, el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA), el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) y el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos Pablo Serrano (IAACC), además de otras colecciones privadas.

Juana Francés. Moderador mórbido, 1976

Hasta 1960 Juana realizó obras en las que agregó diferentes texturas, colores sobrios -negros, blancos y tonos tierra- y nuevos materiales tales como las arenas de río. Desde 1963 y durante casi 20 años, produjo su serie ‘El hombre y la ciudad' para describir un entorno humano angustioso y agobiante producto de la creciente industrialización y del desarrollo económico que se dio en la España urbana tras la aplicación del Plan de Estabilización de 1959.

Posteriormente, en los años 80, la artista vuelve a la abstracción, realizando entre 1986 y 1990 (año de su muerte) sus series ‘Fondos Submarinos’, ‘Cometas’ y ‘Escudos’, donde experimentó de nuevo con la materia y el gesto con la intención de traducir al soporte el movimiento, inspirándose en el cosmos o el mundo de las profundidades del mar y utilizando el círculo y el rectángulo como protagonistas.

‘Juana Francés’, que puede visitarse hasta el 14 de enero, abarca todas las etapas creativas de una de las artistas españolas más importantes del siglo XX. La exposición “resalta la influencia que el teatro del absurdo tuvo sobre la obra de Juana Francés o cómo quiso poner de relieve la incomunicación del hombre en la era moderna”, asegura la comisaria de la muestra María Jesús Folch. Asimismo, ubica a la artista en un contexto histórico “bien sea en el arte de posguerra o en la política cultural que el régimen de Franco desarrolló para vender la modernidad española en el extranjero”.

Juana Francés. Maternidad, 1952
Juana Francés. Sin título, 1955
Juana Francés. Sin título, 1960
Juana Francés. Composición nº68, 1960
Juana Francés. Tierra de campos, 1962
Juana Francés. Cometa (VI), 1986

Aunque fue una creadora que participó de las citas artísticas internacionales más relevantes del momento, durante la dictadura fue invisibilizada. “La exposición da una nueva visión de su arte y de sus fuentes de inspiración”, explica.

A lo largo del recorrido se muestran elementos inéditos en la trayectoria de Juana Francés, como su participación en los poblados de Colonización dirigidos por el arquitecto José Luis Fernández del Amo que revelan su interés por la arqueología. “Otro punto novedoso es la relación de sus últimas series -’Cometas’ y ‘Fondos submarinos’- con las imágenes recepcionadas en la tierra desde la nave espacial Viking I tras su llegada a la órbita de Marte en 1976”, apunta la comisaria. Esas fotografías tuvieron una importante influencia sobre los motivos desarrollados por Francés a partir de los años 80, “de ese universo infinito que se abría entonces ante la humanidad”.