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K-pop, miss sohee y ahora también el mercado del arte: la 'ola coreana' llega a las casas de subastas

Por Sol G. Moreno

Desde la pandemia, el ascenso del mercado del arte en Corea del Sur ha sido meteórico. En 2021 triplicó sus beneficios globales y en 2022 las piezas contemporáneas se dispararon en subasta más de un 300%, una increíble escalada que ha suscitado el interés de sus competidores. Ahora todos quieren sumarse a la ola coreana, como hizo Frieze el año pasado.

Corea del Sur está de moda. Lo vemos en las series de televisión, los cantantes de K-pop o los diseños de Miss Sohee que triunfan por todo el mundo. Incluso los Oscar de Hollywood, históricamente patrioteros, han caído rendidos ante sus películas. Durante 2020, el peor año de la pandemia, el país apenas experimentó una caída del 0,9% del PIB –España se dejó más de un 11%– y en 2021 ya estaba creciendo al 4%. Un ‘milagro’ que se ha extendido por los diferentes sectores de la sociedad y que en el último lustro ha alcanzado muy especialmente el terreno cultural de una forma arrolladora; tanto, que se ha creado el término hallyu [ola coreana] para definirlo.

Como es lógico, tanto galeristas como ferias y casas de subastas occidentales se han lanzado a la aventura coreana; quieren subirse a esa cresta de la ola que se encuentra en su punto más álgido. Nombres de primer nivel como Opera Gallery, Thaddaeus Ropac o Perrotin, Christie’s o Phillips –que tienen oficinas, aunque no celebran subastas– y más recientemente Frieze se han establecido en su capital. ¿La razón? “Definitivamente es el mercado más vibrante y emocionante ahora mismo en Asia”, considera Alice Lung directora de Perrotin.

Stand de la galería Taru Nasu en la primera edición de Frieze Seoul celebrada en septiembre de 2022 Fotografía: Lets Studio

El país con más museos privados del mundo

No parece que ese dinamismo actual se deba a una moda pasajera, sino más bien al trabajo realizado por los agentes locales durante décadas. La suya ha sido una carrera de fondo que empezó en la posguerra coreana, cuando algunos sureños comenzaron a adquirir artistas locales como si fueran héroes, y que ahora, por fin, ha conseguido despuntar lo suficiente como para adquirir relevancia internacional. Ya desde principios del milenio creó la estructura para establecer un mercado propio –primario y secundario– con ferias como KIAF o casas de subastas como Seoul Auction o K Auction. No es casualidad, por tanto, que ahora mismo Corea del Sur ostente el primer puesto mundial en museos privados, que disponga de una potente selección de galerías y el mismo número de coleccionistas multimillonarios (la del difunto presidente de Samsung, Lee Kun-hee, por ejemplo, se valoró en 1.500 millones de dólares). Todo eso ha provocado un súbito interés por Seúl y ha generado expectativas sobre un posible sorpasso de Hong Kong (quien ahora mismo marca el ritmo en Asia).

Lo cierto es que este no es un interés aislado. Hace tiempo que Occidente está muy pendiente de lo que ocurre en Taiwán, Hong Kong, Singapur y Corea del Sur. El aumento de millonarios en la zona –Asia ya supera a Estados Unidos–, la preferencia de los jóvenes por invertir en arte contemporáneo como un valor seguro y los remates de récord como el paisaje de Zhang Daqian (47 millones en 2022) explican por qué el mundo ha girado su cabeza hacia Oriente. Y si hace tiempo la brújula del arte apuntaba directamente a Nueva York, ahora parece que señala también a Asia (aunque aún se está perfilando la ciudad que tomará el testigo de la Gran Manzana).

Zhang Daqian. Paisaje después de Wang Ximeng. Tinta y color sobre seda
Imagen cortesía de Sotheby’s.

Art Basel, por ejemplo, apostó por Hong Kong cuando se estableció en 2013 en la colonia británica. Frieze acaba de decantarse por Seúl y hay quien pone sus esperanzas en Tokio (puede que la isla sea la tercera economía mundial, pero no termina de convencer en el sector artístico).

En esa lucha por conseguir el liderato, la capital surcoreana se ha posicionado como un potente centro artístico de referencia, tras experimentar un crecimiento explosivo desde la pandemia. Ya en 2021 casi triplicó su volumen de ventas al obtener unos beneficios globales de 770,7 millones de dólares según el Korea Art Market emitido por el Ministerio de Cultura del país; lo que supuso un aumento del 180% con respecto al año anterior. En 2022 redujo ligeramente su facturación, pero es que a veces las cifras totales no importan tanto como el aumento del negocio. Y eso se percibe claramente en el caso de Corea: es verdad que recaudó menos dinero, sin embargo creció en el mercado primario un 40% gracias a Frieze. Justo el año pasado la empresa británica exportó su cita cultural a la capital de moda, con un estreno en el que participaron 110 galerías y más de 70.000 visitantes. Todo un logro que demuestra cómo ahora mismo Seúl está en plena ebullición.

Primera edición de Frieze Seoul (2022). Fotografía: Lets Studio

Pero si hay un sector que se ha disparado hasta límites insospechados ese ha sido el secundario, concretamente el referente a las subastas de arte más actual. El informe sobre ultracontemporáneo elaborado por Art Prize habla de una escalada del 344% y destaca que “Seúl se ha consolidado como una de las nuevas capitales del arte contemporáneo a escala mundial”. De hecho, ya ha superado a Tokio –a pesar del crecimiento de esta de más del 55%– y ocupa la quinta posición en el ranking de países con mejores resultados en este tipo de subastas. Ese brutal ascenso en las ventas modernas permite hablar de una entusiasta evolución del mercado coreano y reitera, una vez más, el dinamismo que se está generando actualmente en su capital.

¿Conseguirá adelantar a Hong Kong, inmersa en una situación política delicada? Todo puede pasar. De momento, los números parece que invitan al optimismo, pero para eso tendrían que seguir manteniéndose esos elevados niveles de crecimiento y los buenos remates en las subastas. Quizá por eso desde Seoul Auction se muestran bastante cautos: “La presencia de Corea en el escenario mundial se está fortaleciendo y ha conseguido avances significativos, pero Hong Kong tiene una reputación bien establecida como mercado clave. Creemos que el ascenso de Seúl no indica necesariamente competencia con Hong Kong; más bien subraya una relación complementaria que se suma a la riqueza y diversidad del continente. Ambas ciudades tienen sus fortalezas particulares y contribuyen al floreciente mercado del arte asiático”, comentan a El Grito.

Gráfico del porcentaje de ventas en subastas de arte contemporáneo

Millennials y generación z, los que más compran

Es curioso comprobar cómo las subastas contemporáneas son las que están detrás de buena parte de la vitalidad coreana, porque la verdad es que no se celebran tantas jornadas como en otros países (Seoul Auction tuvo 71 en todo 2022). Y tampoco existen tantas empresas a las que acudir. Lo que sucede es que los coleccionistas –a menudo millonarios y multimillonarios, dada la desigualdad del país– están dispuestos a desembolsar mucho dinero para adquirir las obras que quieren, normalmente de artistas locales como Lee Ufan, Whanki Kim o la japonesa Yayoi Kusama (nuestro Javier Calleja también causa furor). Otro aliciente es la gran cantidad de pujas online, que atraen a todos esos nativos digitales que de forma anónima y casi inmediata gastan miles de wones a golpe de clic. Precisamente los Millennials y la Generación Z, sumamente interesados en las tendencias más actuales, son los responsables de muchos de los remates obtenidos en subasta el año pasado.

¿Y por qué los jóvenes coreanos se han lanzado a comprar arte? Esa es la pregunta que se hizo el gobierno el año pasado, en vista del elevado número de coleccionistas menores de 40 años. El resultado, sin duda, fue revelador. Aunque nueve de cada diez encuestados dijo que lo hacía por gusto, un 67,9% admitió que lo hacía también para invertir. Eso podría implicar una reventa masiva de piezas a medio plazo, perspectiva que podría hacer tambalearse el mercado.

Lee Ufan. From Line, No. 760219
Imagen cortesía de Sotherby’s

Lee Ufan. From Line, No. 760219 Imagen cortesía de Sotherby’s

Kim Whanki - 10-VIII-70 #185 (‘Where, In What Form, Shall We Meet Again’ series)

Kim Whanki - 10-VIII-70 #185 (‘Where, In What Form, Shall We Meet Again’ series)

Yayoi Kusama. A-Pumpkin (OTRSSA). Rematada en Seoul Auction en 2022 por 5,7 millones Imagen cortesía de Seoul Auction

Yayoi Kusama. A-Pumpkin (OTRSSA). Rematada en Seoul Auction en 2022 por 5,7 millones Imagen cortesía de Seoul Auction

Javier Calleja. Imagen cortesía de P55.ART

Javier Calleja. Imagen cortesía de P55.ART

Kim Sunwoo. Lux Prima of Luxury - The Age Collection, 2021
                Imagen cortesía de MutualArt

Kim Sunwoo. Lux Prima of Luxury - The Age Collection, 2021 Imagen cortesía de MutualArt

Anna Park. Now You See Me, 2021. Imagen cortesía de Half Gallery

Anna Park. Now You See Me, 2021. Imagen cortesía de Half Gallery

GaHee Park. Valentine’s Dinner, 2018
                Imagen cortesía de la artista y Taymour Grahne

GaHee Park. Valentine’s Dinner, 2018 Imagen cortesía de la artista y Taymour Grahne

De momento, la realidad es que el arte se ha convertido en la mejor alternativa para mantener sus ahorros y por eso se encuentra en pleno crecimiento. “Muchos jóvenes sufrieron en el pasado amargas pérdidas por inversiones en acciones y criptomonedas; las obras de arte parecen una apuesta segura, especialmente después de casos de éxito”, considera Hwang Dal-seung, presidente de la Asociación de Galerías del país. Esta tendencia ha ayudado a encumbrar a varios artistas igualmente jóvenes como Sunwoo Kim, Anna Park o GaHee Park que recientemente han conseguido entrar en la lista de las 200 mejores obras contemporáneas de Artprice. Excelentes resultados, pues, para los recién llegados. Veremos hasta cuándo dura su éxito en la hallyu coreana.