Protagonistas

‘God save the punk!’: una oda a Jamie Reid

Por Sandra Carbajo

Jamie Reid

Transgresor, gamberro y anarquista. El ‘punk’ no solo fue un estilo musical que vivió su época dorada en la Inglaterra oscura de los 70, sino una forma de ser. ‘God save the Queen’ de Sex Pistols fue el inicio de la provocación. Sirva este artículo de tributo a su artífice gráfico, el recién fallecido Jamie Reid, y al movimiento que transgredió todos los cánones.

En mayo de 1977, la banda británica, Sex Pistols, lanzaba su single ‘God save the Queen’. Incluso antes de sonar, el tema ya había hecho mucho ruido. A las suspicacias que ya levantaba de por sí que una banda de punk hubiera dedicado una canción a la reina de Inglaterra, se sumaba el rumor de que las imprentas se estaban negado a dar salida a la portada que Jamie Ried había diseñado para el sencillo. En ella aparecía un retrato que Cecil Beaton había hecho de Isabel II enmarcado por la bandera nacional. Había un detalle que tornaba lo que podría haber sido un homenaje a la regente -que en junio celebraba el 25 aniversario de su reinado- en todo lo contrario: sus ojos y su boca estaban tapados por el título de la canción y el nombre del grupo escritos con recortes de periódicos y revistas similares a los que emplean los secuestradores en sus cartas de rescate. La era punk había comenzado.

Se decía que aquella era la respuesta de Reid a un artículo publicado en el ‘Daily Express’ unos meses antes: ‘Punk? Call It Filthy Lucre’ (‘¿Punk? Llamadlo dinero sucio’). Sea como fuera, aquel collage catapultó al diseñador, fallecido el pasado 9 de agosto a los 76 años, al mismo estrellato que a la banda.

Jamie Reid, God save the Queen. She ain’t no human being. Sex Pistols

Lo cierto es que Reid, anarquista redomado, era más punki que los propios Pistols y la portada de ‘God save the Queen’ que se comercializó era la más light de todas las que había diseñado. En una primera versión, colocaba a la regente un clip en la boca e incluía parte de la letra de la canción alrededor del óvalo del retrato: “God save the Queen. She ain’t no human being. Sex Pistols (Dios salve a la Reina. Ella no es un ser humano. Sex Pistols)”. En otra, además del clip, la regente lucía dos esvásticas en los ojos. No fue necesario llegar a tales extremos para que la BBC censurase el tema y muchos retailers se negaran a venderlo. Aun así el tema se colocó en el top 2 de ventas.

Jamie Reid, God save the Queen. She ain’t no human being. Sex Pistols

La red social

Un telegrama fue el responsable de unir los destinos de los Sex Pistols y Jamie Reid. Su remitente era Malcom McLaren, mánager de la banda y antiguo compañero de la escuela de arte del diseñador. En él, le ofrecía ser el director de arte de una banda de cuatro jóvenes cuya música rompía todas las normas.

McLaren había conocido a Glen Matlock y compañía en Sex, la tienda que regentaba junto a Vivienne Westwood en King’s Road (Londres). Allí vendían prendas transgresoras y contestatarias donde el do it yourself (hazlo tú mismo) se fusionaba con chaquetas de cuero, tachuelas, pinchos, cadenas, clips, cuadros escoceses, faldas de vinilo, camisetas con eslóganes anarquistas, accesorios sado, crestas y pelo de colores… Su estilo era el anti de la moda del momento y en su establecimiento era muy normal ver a personajes reconocidos de la escena artística londinense: escritores, músicos, diseñadores, pintores...

Por su parte, en aquel momento Reid andaba inmerso en la edición de fanzines, folletos, panfletos y carteles anarquistas, muchos de ellos en la revista Suburban Press, con un estilo particular: una tipografía ransom note (unión aleatoria de letras) basada en el recorte de titulares de periódico con una estética dadá, donde primaban los collages y fotomontajes (¿Les suena?), influido por figuras como Hannah Höch o George Grosz, que habían empleado el arte como herramientas de resistencia contra los regímenes de poder.

Where it all began: the radical. Portada de la revista Suburban Press
Jamie Reid. The Sex Pistols, Flogging a Dead Horse. 1980
Jamie Reid, Sophie Richmond, Vivienne Westwood, Ray Stevenson. Anarchy in the UK no. 1 (Zine cover featuring Soo Catwoman). 1977
Jamie Reid, Virgin Records. Album cover for Sex Pistols, Never Mind the Bollocks. 1977

El diseñador aceptó la oferta de su amigo con una única condición: tener el control artístico total.

Aquella alianza creativa, que duró lo mismo que la banda, dio sus buenos frutos. Al bombazo de ‘God Save the Queen’ le siguió el de ‘Never Mind the Bollocks. Here’s the Sex Pistols’, el primer y único álbum de estudio del cuarteto. Muy simple pero potente visualmente, Reid, convertido ya en adalid del dadaísmo posmoderno, colocó sobre un fondo amarillo chillón el título del álbum en color negro y en tres fuentes diferentes; el nombre de la banda estaba destacado en rosa neón. El disco llegó incluso a ser retirado de un escaparte por considerarse obsceno. Y es que bollocks era una forma nada bien vista de referirse a los testículos. En español lo podríamos traducir como cojones.

Jamie Reid. Sex Pistols, Anarchy in the UK 1976
Jamie Reid. Sex Pistols, The Great Rock N Roll Swindle. 1979

Paradójicamente, su obra, que bebía del situacionismo, acabaría colgado de las paredes de prestigiosos museos como el MoMa de Nueva York, donde pueden verse ‘Anarchy in the U.K.’ o ‘The Great Rock ’n’ Roll Swindle’, otros dos ejemplos del trabajo de Reid a la hora de configurar la imagen de una de las bandas por excelencia de la historia del punk. Obra del inglés también es el póster en el que aparece el bajista de los Pistols, Sid Vicious.

Por qué nació una contracultura

El éxito y la trascendencia de Reid y su círculo no se puede entender sin explicar el contexto histórico. La Gran Bretaña de los 70 era el caldo de cultivo perfecto: una fuerte recesión sumía al país en un declive económico en el que las palabras huelga y disturbios en las calles poblaban las portadas de las cabeceras británicas día sí y día también. Los jóvenes sentían que les estaban robando el futuro y su respuesta fue una contracultura rebelde e inconformista llamada punk. Los punkies vestían, se comportaban y escuchaban lo que entonces era una aberración. Y aunque musicalmente las bases se habían sentado al otro lado del charco, en el barrio neoyorquino de Queens, fue en esa Inglaterra oscura, donde este género se convirtió en algo más que música.

La relevancia de esta estética no solo se traduce en que las obras de Reid y las prendas de Westwood hayan estado expuestas en grandes museos. Las casas de subastas también son un buen termómetro: el año pasado, Sotheby’s sacó a subasta una colección de pósteres, collages, borradores de notas de prensa y manuscritos de las letras de las canciones de los Pistols, entre los que se encontraba un póster promocional de ‘God Save the Queen’ que perteneció a Sid Vicious.

Jamie Reid with John Varnom | Never Mind the Bollocks, promotional poster, November 1977
            ©Sotheby’s
Jamie Reid | Holidays in the Sun, promotional poster, 14 October 1977
            ©Sotheby’s

Jamie Reid, Malcom McLaren y Vivienne Westwood supieron crear la estética de un movimiento gamberro y anárquico que cruzó fronteras y rompió con las normas establecidas en cada rincón donde llegó. Ellos concibieron la imagen de esta contracultura. Hoy en día, seguimos usando el término punki para definir algo (o a alguien) controvertido, inconformista y rebelde. Esa es la grandeza de lo que estos tres genios crearon en el Londres oscuro de los 70. ‘God save the punk!’